Buena serie con un magnífico Tosar y un muy buen Guillermo Toledo.
Un alto ejecutivo cuyo puesto ha sido heredado y el cual cuenta con pocos apoyos, se ve envuelto en una trama que en un principio le supera como también supera el caso al impector interpretado por Toledo.
Todos nos podemos hacer una idea de que el Poder es como muestra esta serie, pero da miedo ver la realidad plasmada como lo hace en esta serie.
Unos personajes bien perfilados y un buen guión. Merece, y mucho, la pena.

He escuchado a directores de cine decir que cuesta mucho, y no sólo monetariamente, hacer una película. Llegado a este punto me pregunto: qué le lleva a un director a embarcarse en esta empresa
La película es una comedia sin gracia, cosa a la que nos estamos acostumbrando, al igual que a películas de terror sin terror. La trama es manida; el guión, sin ingenio. Pablo Chiapela no logra desvincularse del personaje de Amador Rivas; Crema des, directamente no es un actor; sólo salvo a Fran Perea porque hace lo que puede y (ay) a Carlos Santos, actor que merece mejores papeles porque está sobradamente preparado.
Por lo tanto, otro disparo al pie del cine patrio.

La premisa y la trama es de lo más trillado, aun así, esto no debería ser óbice para hacer una buena película. No es el caso. Dennis Quaid da risa cuando se pone en su rol de malo y cuando va de bueno es menos creíble que un euro con la cara de Popeye.
Una perdida de tiempo que no la salva ni siquiera el veterano de Quaid, si no que la empeora como antes dije.

No funciona como película de terror ni como comedia. El argumento es previsible, antiguo, manido. Actuaciones aseadas sin más. Una muñeca, presuntamente mona, haciendo el mal. La máquina que logra pensar por sí misma. Muy tópico todo.

Un despropósito difícil de entender por momentos. Dos buenos actores desperdiciados. Desde un principio no sabes dónde estás y hacia dónde te quieren llevar. El guión (si tal cosa ha sido utilizada en eta película), parece ser retales sobrantes de otros guiones.