¡No nos gusta Capitán Morcilla! es un documental que te deja con ganas de más.

El documental se centra en la producción del videojuego "Capitán Sevilla" y, mientras tanto, va a haciendo un pequeño repaso sobre algunas compañías y sus videojuegos de la época conmunmente llamada "edad de oro del software español". El formato es a través de entrevistas a algunos de los principales protagonistas.

Resulta muy interesante, y también entrañable, ver cómo se formaron los primeros grupos para crear videojuegos. Grupos de jovencísimos autores interesados en la informática en una época donde el desarrollo de software todavía se encontraba en paños menores. La mayoría de los autores de aquella época se trataba de jóvenes menores de 20 años que de forma espontánea, sin saber muy bien en qué tipo de mundillo empresarial se metían, se juntaron para cumplir el sueño de crear su propio juego.

Para quien haya vivido aquella época y reconozca algunos nombres y títulos puede resultar bastante entrañable, para el que no, quizá pueda disfrutar de las descripciones más técnicas y de las historias personales de los protagonistas. El caso es que para quien busque un documental menos centrado en un título concreto y más en cómo se formaron otras empresas y cómo se crearon otros videojuegos igual o más conocidos puede resultar un poco escaso..

Y es lo que más me ha llamado la atención, la cantidad de diálogo en un género (thriller) y subgénero (posesión demoníaca) que no suele utilizar el diálogo como principal arma.

Los diálogos son entretenidos y bastante ágiles, no aburren en casi ningún momento. El objetivo de la película es bastante proselitista y el mensaje está claro notándose en todo momento el sesgo religioso, esto puede jugar en su contra, aunque también se agradece que, incluso en esto, sea diferente a la gran mayoría de las películas con mensaje político o religioso. Puedes estar de acuerdo con lo que muestra, no estarlo, solo en parte y estar pendiente de lo que va a suceder a continuación, los directores lo hacen con suficiente maestría para mantenerte en vilo.

Las actuaciones no son nada del otro mundo, aunque el papel del "poseído" está hecho para que el actor se pueda lucir un poco. No hay mucho más que destirpar, si te interesa el tema puedes escuchar con atención y pasar un rato entretenido, sin alardes ni fuegos de artificio.

Me hace gracia una de las críticas profesionales que dice que los efectos especiales de esta película son muy buenos. Son bastante malos de hecho, otra cosa es que con cuatro duros se haya hecho un trabajo digno y construido una película disfrutable por los fans de la serie B, la comedia y el gore (que tampoco es tanto). Desde esa perspectiva pues bien, además, siempre es un placer ver como se prescinde lo máximo posible de los CGI.

Tiene sus momentos hilarantes y sus momentos de vergüenza ajena, por algo es serie B. Creo que la idea de que una niña hiperactiva y tocapelotas acabe controlando un monstruo alienígena sanguinario capaz de destruir mundos tiene bastante gracia, como también creo que no se le ha sacado mucho jugo, y que podría haber dado situación a gags más descacharrantes.

Los actores niños están bien y el universo que se monta es atractivo, la película tiene buen ritmo aunque a veces se vuelve un poco empalagosa, algunos gags se notan forzados y existen unas cuantas sobreactuaciones, pero bueno, lo dicho, a quienes le gusten este tipo de películas (Bad taste, Braindead, Vengador tóxico, etc...) la encontrarán disfrutable, al menos por momentos, y aquellos que busquen algo más serio, será mejor que huyan.

Le he puesto un cuatro a esta película porque el apartado técnico es sencillamente sublime.

La fotografía encuadra y aprovecha perfectamente los coloridos y maravillosos parajes naturales así como se oscurece cuando es necesario, de forma justa, sin pasarse como hacen la mayoría de las películas de este género, además de "jugar" con otras partes en blanco y negro (y un ligerísmo sepia) o cuando simula una grabación antigua, también modificando la relación de aspecto. Pocas películas veremos que se preocupen de hacernos partícipes de su historia de esta forma.

El apartado sonoro también es de primer nivel, con una musica y unos sonidos que te destrozarán los nervios e incentivarán ese mal rollo en el ambiente tan necesario para este género.

Pero... A pesar de los esfuerzos de la dirección, aquí se acaba todo.

La historia tiene inspiracción en las enfermedades mentales de la propia familia del director. Es de agradecer que los artistas desnuden su alma, hace que su producto sea más personal y, por tanto, tenga más fuerza. Pero hay elementos que en la historia (y en el montaje), como la reiteración de la supuesta amenaza o como el excesivo cripticismo sobre lo que está ocurriendo con clara intención de buscar una ambigüedad innecesaria en ciertos momentos, hace que el producto final sea menos "verosímil", aunque si entras en su juego podrá agradarte. Igual que ciertos personajes que, con su rictus (demasiado robótico) y sus "disfraces", no transmiten ningún tipo de inquietud cuando deberían ser los principales artífices de esta.

También opino que la parte de los diálogos, en el guion, hay personajes que hablan demasiado mientras otros hacen todo lo contrario. Pero bueno, eso sería un mal menor. Es una lástima, porque lo que podría haber sido un viaje al fondo de varios de nuestros miedos (aislamiento, persecución, vigilancia, crimen, entidades sobrenaturales, etc...) se ha quedado en un prodigio técnico con un fondo demasiado críptico y con muy ligeras dosis de terror para el espectador medio.

Película cachonda sin caer en demasiados tópicos.

Si quieres pasar un rato divertido, y no necesariamente sentirte culpable, deberías echarle un vistazo. Apenas encontrarás momentos para el aburrimiento.

Un exmilitar traumatizado que habla consigo mismo (su otro yo es bastante simpático), evita el atraco a un banco con la mala suerte de que su acción implica que haya una víctima inocente por lo que será encarcelado.

En la cárcel decide que cuando salga de ésta va a vivir nuevas aventuras, por lo que dispara con un cerbatana a un mapa mundi para elegir destino azarosamente. El resultado es: Finlandia.

En Finlandia conocerá a una familia finlandesa de lo más particular.

El guion solo es una excusa, es un disparate a la altura del argumento, aunque las conversaciones con su otro yo no cansan (como suele ser habitual en estos casos) y las partes supuestamente románticas no resultan empalagosas.

El protagonista carga con todo el peso de la película, aunque la familia finlandesa hace bien su papel. Ben O´Toole da el pego como heredero de Bruce Campbell, quizá le falta un poquito de su carisma, pero no es tan histriónico y eso también se agradece.

Mención especial al apartado sonoro y la inclusión de la maraviilosa canción "Polca de Eva". También es curioso la cantidad de cine que se produce en EEUU sobre los males y terrores que le sucede a quien sale del país.

Si te apetece tomarte una hora y media de relajación, de constante sonrisa macabra viendo las desventuras de un tipo algo peculiar que no rehúye la acción y los peligros, aquí tienes un perfecto divertimento.