La ambientación y el ritmo son claustrofóbicamente perfectos. Las escenas de canibalismo y los personajillos típicos de cualquier road movie, perfectas también. Mostrar la catástrofe como una luz lejana sin aparente importancia, un acierto.
Templar el desánimo con la esperanza en intervalos de metraje usando un niño mono, un desacierto. Un desacierto habitual del cine apocalíptico, que hace chirriar la película entera.
Esta peli, sin niño, sería maravillosa.

Sí señor: esa España de odios y envidias, no sólo sigue viva y ha vuelto a salir de la alcoba; es que crece cada día, y lo hace gozosa, llenándose la boca de faltas y reproches ni reflexionados ni fundamentados, por el mero hecho de bravuconear, entregándose el individuo a una de las pocas opciones que se le ofrecen, frente a un contrario que no es más que un ente, en cuanto a que está creado a partir del odio a tus ideas, igual que tú a partir del odio a las suyas… un frontón sin pared de fondo.

Tal vez sin querer, y sin ser adaptación a ninguna de sus novelas, comparte esta película de Saura la estructura y sequedad de la literatura de Don Miguel, el más grande. Y no hablo de ese de Alcalá de Henares, hablo del de Vallalodid, y se nota porque es dialogando, con palabras y miradas, como se retratan los personajes y a esto añade Saura los silencios para dibujar también sus mezquindades…

Hay cosas que no se pueden comprender... ¿por qué es James Dean un mito? ¿porque murió joven? No ha sido el único, ¡joder!.

Es que James Dean fue un gran actor que participó en tres obras maestras.

MENTIRA lo primero y MENTIRA lo segundo.

Dean no es un mito, es un icono. Un póster. Una imagen. Es tan imprescindible como la famosa foto de los obreros almorzando en el rascacielos.

Osea, como que desde el pitido inicial hasta el final, incluida la luminosa prórroga y los surrealistas penalties no me cosqué de nada.
Gracias a Pumares me enteré de que el monolito es Dios, pero el chavalote en la burbuja es aún un misterio para mí. Interpretaciones haylas, ya lo sé, pero tengo mis dudas de que haya una verdadera explicación. La parte de suspense hombre vs máquina es algo más llevadera porque es más convencional, aunque el toque realista de la respiración es para cortarse las venas con el monolito, y visual-sonoramente el baile de las naves no ha sido superado aún (y han pasado 40 años). En otras palabras, que te quedas así como flipao viéndola. Además, como todo es mítico, la peli se ve entre exclamaciones. Aparecen los monos y el hueso: "Oh. Mito", sale el tío andando por el pasillo ese:"Oh. Mito", sale el ojo HAL 9000: "Oh. Mito", salen las luces de la supuesta cuarta dimensión: "O Mitoy volviendo loco o esta peli mola un huevo".

De todas formas, prefiero que la grandilocuencia nazca del fluir del film que de las manos del director.

Una película francesa dirigida por un francés y llena de franceses. Qué asco. Encima la peli sólo se puede conseguir en versión original, con ese tonillo monsemuá repugnante y esas carillas de lechucillos que tienen todos los escuchimizados galos blancos, y no paran de rajar gilipolleces. Y para colmo de males la peli es buena de verdad; que ya puedes verla cargado de prejuicios que la película es la hostia y no hay más.