Hace bastante tiempo vi un documental sobre Billy Wilder en el que el mismo Wilder comentaba que en su escritorio, junto a su máquina de escribir y su lámpara de sobremesa tenía un cartelito que decía algo así como "El Toque Lubitsch". Wilder, genio de la comedia americana y autor de grandes prodigios como Con Faldas Y A Lo Loco, La Tentación Vive Arribe o Irma La Dulce comentaba que cuando escribía un guión siempre se preguntaba cómo haria esta escena Lubitsch, y que nunca paraba hasta darle el toque Lubitsch.

El toque Lubitsch era, según Wilder, cuando se le contaba un chiste al espectador con un supuesto final, éste se reía pensándolo terminado y acto seguido, había un giro de tuerca con un segundo final del chiste que pillaba desprevenido al espectador convirtiendo el chiste en algo antológico.

En la genial Uno, Dos, Tres, tenemos miles de muestras del “toque Lubitsch” con los que Wilder ataca al capitalismo, comunismo, nazismo, familia, publicidad, amor, etc. No deja títere con cabeza y no da un respiro al espectador ya que si te da por reírte mucho en un chiste, te pierdes los dos siguientes seguro.

Una de mis películas favoritas y de las mejores comedias rodadas nunca.

El deporte en general no suele tener grandes películas que le hagan justicia (el género documental ya es harina de otro costal). Hay muchas, y muy buenas, pero no es un género en el que prodiguen las obras maestras. En boxeo quizás hay más (Toro Salvaje o Million Dollar Baby, por ejemplo) pero deportes mayoritarios como el fútbol (quizás Evasión o Victoria sea la mejor), baloncesto (Hoosiers) o atletismo (Carros de Fuego) están un poco carentes de más calidad en sus películas.

En este caso, por fin el tenis, como eje central de una película (excluyo Match Point), tiene una película de calidad digna de ser recomendada.

Borg McEnroe es una película de factura sueca y es de una calidad magnífica. La mejor película sobre tenis hecha hasta ahora. La historia se cuenta a modo de flashbacks para mostrarte cómo forjaron sus personalidades estos dos monstruos del tenis, mientras que ambos se dirigen inevitablemente a su enfrentamiento en la final de Wimbledon de 1980, duelo que durante muchos años ha sido considerado como el mejor partido de tenis de la historia.

Ya seas amante de este deporte y de sus héroes o no, la película está muy bien contada. Ambos actores principales están muy bien caracterizados y no desentonan para nada en las escenas sobre la hierba de la pista central de Wimbledon. Es una auténtica gozada ver su duelo. La historia atrapa. Las fuertes personalidades y estilos de entender la vida de ambos tenistas está muy bien reflejado viéndose incluso un proceso de transformación de uno en el otro. En su juventud Borg era como McEnroe pero consiguió encerrar su carácter dentro de una cárcel de hielo. por el contrario McEnroe era pura explosión de sentimientos en la pista logrando en aquel partido tomar las riendas de su impulsivo carácter.

Buena película para pasar un muy buen rato.

2 de la mañana de un 5 de julio. No puedo dormir, y en vez de seguir dando vueltas en la cama y despertar a mi esposa, prefiero levantarme a ver si viendo algo me entra el sueño.

En mi disco duro tengo cientos de películas pendientes y elijo La Mujer De Negro a ver qué tal... y craso error. Desde el primer momento la ambientación y el argumento me atrapó, además de ponerme los pelos como escarpias con típicos sustos de subida de volumen y rostros blancos (tipo Insidious) que aparecen tras ventanas y tal... todo previsible pero no por eso poco efectivo y es que si algo funciona, ¿por qué cambiarlo?

Ya digo que la historia no está nada mal (alguna cosilla quitaría desde luego) y el final es mejor que la media habitual de las películas de este género. Además la ambientación, decorados, banda sonora, vestuarios, etc. están muy bien cuidados y logrados.

Mención aparte tienen los actores porque primero tenemos a Harry Potter (Daniel Radcliffe), que como ya digo en mi título, aunque no sea un actor como para tirar cohetes, al menos en ningún momento me he acordado del mago puñetero, lo cual me ha parecido todo un logro del director y la guionista (Jane Goldman, guionista tambien de la estupenda La Deuda). Y luego, como segundario, tenemos a un actor que me encanta, Ciarán Hinds. Es sólo una debilidad personal.

Lo malo es que a las 3:43 de la mañana, ¿quién cojones se va ahora a dormir a la cama?... malditos niños y mujer de negro...

Salvo si te encanta Julia Roberts huye de esta película como de la peste porque tras un inicio algo curioso (lo confieso) la película cae, cae y cae en una espiral de primeros planos de Julia Roberts y en una historia partida en tres trozos cuyo interés y elaboración disminuye. Además, ni siquiera la presencia de Bardem logra que la cinta remonte.

La comida está relativamente bien presentada pero te deja con hambre. Con los rezos pasa lo mismo como cuando ibas de pequeño a la iglesia que mientras sucedía la misa tú ya estabas pensando en tus cosas. Y el romance es menos romántico que el desembarco de Normandía y te hace desear que la película termine cuanto antes.

Espero que al menos Bardem y James Franco se hayan llevado un buen dinero porque sino ¡¿qué puñetas hacían en esta película quintándoles el sitio a Bill Pullman, Dermot Mulroney o John Cusack?!

El documental sobre la vida de Pelé que nos trae Netflix no está mal en cuanto a la historia que cuenta y a las imágenes que muestra, sobre todo las deportivas, pero se queda bastante corto en todas las materias al no profundizar en uno de los deportistas más trascendentes del S. XX

Obviamente Pelé no llega al nivel de Mohammad Ali en cuanto a implicación política, pero Pelé sí que fue un personaje muy influyente en su país y en Sudamérica, y el documental pasa de puntillas en el contexto político que rodeó al futbolista (dictadura, democracia, escándalos económicos, etc.). Tampoco habla de su vida personal. Y en cuanto a lo deportivo, el documental muestra poco de su época en el Santos y nada de cuando fue el buque insignia de la primera liga de fútbol (soccer) que se creó en Estados Unidos. El 80% del documental gira entorno a los 4 mundiales que jugó Pelé: Suecia'58, Chile'62, Inglaterra'66 y México'70.

Las imágenes y secuencias de los Campeonatos del Mundo no son novedosas para los amantes al fútbol que, seguro, han visto los documentales oficiales de la FIFA de cada uno de los mundiales. Apenas hay metraje que no haya salido antes a la luz.

Por tanto, para jóvenes amantes del fútbol, el documental es una buena aproximación a la figura deportiva de Pelé, pero no es un documental que profundice en el personaje y en el hombre que hay detrás mostrando los claros y oscuros que siempre rodean a este tipo de personalidades.

Se queda corto.