La relación videojuego y cine sigue siendo compleja con grandes altibajos durante toda su historia y nuevamente nos vemos enfrentados a esta encrucijada de cuan satisfactorio será el resultado de esta nueva adaptación.

A cargo de la exitosa productora Blumhouse el mítico juego de terror que vio la luz en plena década del dosmil tiene su aventura en la gran pantalla con una propuesta que genera sentimientos de, por un lado, decepción y en otros de gran satisfacción y eso se deriva a la eterna batalla de críticos versus fans.

En mi caso, se trata de una combinación de ambas situaciones. Me parece que la película cumple con la necesidad de los seguidores y se siente gratamente agradecida. Sin embargo, para aquellos que buscan una película de terror, el resultado es evidentemente insatisfactorio, ya que para aquellos que buscan una película de terror, se olvida de otorgar sustos necesarios para una película que alberga un lugar abandonado, animatronics asesinos y una gran cantidad de sangre disponible.

La dirección por parte de Emma Tammi es un tanto decepcionante, más teniendo en cuenta que la directora sabe manejar el terror y la atmosfera y en esta ocasión parece solo tratar de cumplir con lo que se le pide sin dejar mayor esfuerzo en aquello. Por otro lado, tenemos un reparto que cumple con lo justo en sus interpretaciones, agregándole que tienen personajes a su disposición con muy poco que contar más allá de sus protagonistas.

No obstante, no todo es inusual en esta adaptación, la elección de evitar el uso de la tecnología de gráficos para los animatronics propicia una auténtica sensación de terror en ellos, lo cual a su vez resulta en los momentos más placenteros que la película narra.

Es un pasatiempo del momento, es una película que dejara satisfechos a los más fans de la saga y para los que no lo son será un horrible recuerdo de perdida de tiempo.

Con decisiones cuestionables de libertad creativa que pueden funcionar o no, nos quedamos con una película que puedes ver tranquilamente en familia, incluyendo a los más pequeños del hogar debido a que es una propuesta que no deja de tener un terror pensado para ellos, que me parece un logro a destacar.

Un impecable thriller es el que nos regala en su segundo largometraje el director Zachary Wigon bajo el guion de Micah Bloomberg. Es un thriller con tintes sexuales que tiene su gran fortaleza en la impecable química que nos ofrecen Margaret Qualley y Christopher Abbott quienes son capaces de sostener entre sus hombros un contundente juego de dar y recibir para transformarlo en un placer visual y emocional de primera.

La película funciona de maravilla gracias al contundente guion con el cual sostiene 96 minutos que pasan de manera rápida y contundente bajo el hipnótico juego de diálogos y acciones que ofrece la película en su totalidad. Con una inteligente dirección por parte de un director que hace méritos para tenerlo muy presente para futuros proyectos, tiene la astucia de manejar la cámara de forma que te sientas uno más de la tormenta de relación por la cual pasan sus dos protagonistas a eso le sumamos la intensidad interpretativa de su pareja protagonista lo que nos da como resultado tener una muy gratificante película que termina siendo una sorpresa absoluta que demuestra la inteligencia detrás de ella por parte de todos sus involucrados.

Es una película para adultos que se disfruta como tal, es una película llena de intenciones de todo tipo y que te invitan como espectador a disfrutarla como se debe con una mirada audaz y sarcástica de los deseos y las acciones o de las necesidades ocultas que tenemos todos en nuestra vida más íntima.

Una apuesta inquietante y adictiva que te sumerge en una tensión sexual evidente, pero que tiene la facultad de dejar todo lo sexual de lado y llevarte al deseo solo con diálogos y miradas que te envuelven en un deseo constante de saber como terminara todo lo que estamos viendo. Una película inteligente es lo que mejor describe a Sanctuary a la cual vale la pena darle una oportunidad y disfrutarla con todo lo positivo que tiene y también con los puntos más bajos que le podamos encontrar.

Una grata sorpresa que se gana un lugar entre lo más satisfactorio que llevamos de este 2023.

Home Alone es una película que ha marcado a generaciones cada navidad que tenemos. El clásico que protagonizo Macaulay Culkin y dirigió Chris Columbus en 1990 es una película que todos queremos y disfrutamos cada vez que la vemos.

Es todo lo contrario a lo que ocurre con Home Sweet Home Alone, la nueva película de la franquicia es una película bastante olvidable y poco afortunada. En realidad, solo funciona para hacernos recordar a la película de 1990.

No puedo negar que me produjo un par de carcajadas las trampas y la violencia física que se ejerce sobre los invasores, sin embargo, es lo que más funciona en una película que mantiene todo el rato su aroma a todo es bonito y todo es genial. La pareja de invasores te permite hasta empatizar con ellos y su motivo para hacerlo, una película realmente digna de Disney +.

Su reparto está muy bien en especial Ellie Kemper y Rob Delaney quienes le entregan algo de vida y espíritu a una película que no tenía por donde sobresalir. Archie Yates, tiene carisma y es entretenido de ver, pero en ningún caso llega a hacernos olvidar a Kevin.

Una película navideña con un mensaje para estas festividades de principio a fin. No ofrece nada nuevo y nada que la haga recordar en la posteridad. Para los que gusten ver algo en familia puede que la disfruten, para los que esperábamos al menos sentir esa sensación de entretención que nos brinda cada año Home Alone, hay que seguir esperando por aquello.

Quizás una de las películas que genera más expectativas por su tremendo reparto y por su interesante historia.
Y la verdad es que personalmente para mi las cumple con una gran película que te mantiene totalmente cautivado desde que comienza hasta su final. Una película que se va solidificando a medida que transcurre, aunque su primera media hora es bastante sólida, es cuando entra a su clímax final donde la película se vuelve aún más atrapante.

Y el tremendo reparto con el que cuenta le juega extraordinariamente a favor, en especial la tremenda actuación de Tom Holland que presenta todas las cartas para demostrar que no es solo el hombre arácnido de Marvel, sino que también un tremendo actor joven lleno de talento por mostrar. Así como el resto de su reparto que se luce con tremendas actuaciones, mención para Robert Pattinson que con su personaje viene a dejarnos claro que es un gran actor.

La dirección de Antonio Campos está a la altura de su gran reparto y el director sabe construir con un pulcro manejo de cámara e intensos planos una película que te llena tanto visualmente como actoralmente. Quizás por momentos pierde un poco de fuerza, pero es lógico en una película bastante sórdida y oscura.

Para mi es una de las destacadas películas que ha estrenado Netflix en este 2020. Entra de lleno a mi top de buenas películas que el 2020 nos entregó y quizás pueda entregar una que otra nominación por ahí a un Tom Holland que está soberbio en un personaje que le cae como anillo al dedo.

Una película totalmente recomendada para los que les gusta ver buenas películas.

Dirigida por Philip Martin (The Crown) y protagonizada por Gillian Anderson, Keeley Hawes, Billie Piper, Rufus Sewell y Romola Garai.

Sinopsis:

Cómo la BBC obtuvo la explosiva entrevista con el Príncipe Andrew sobre su amistad con el delincuente sexual convicto Jeffrey Epstein.

La nueva apuesta de Netflix prometía ser una interesante película sobre la infame entrevista del príncipe Andrew y su relación con el pedófilo Epstein. Sin embargo, nos encontramos con una película que cumple con ser entretenida debido a que tiene una historia bastante potente a sus espaldas, pero aquello no quiere decir que terminemos con una gran película en su totalidad.

El motivo es que nos encontramos con un guion por parte de Peter Moffat que no propone nada nuevo y se dedica más bien a replicar sin mayor novedad la misma entrevista, dejando atrás muchas ideas y subtramas contundentes que ofrece este mismo guion. Motivo por el cual uno como espectador queda bastante contrariado, porque cuando ya estamos totalmente entregados a la historia caemos en una zona de confort donde la película nunca sale y simplemente es su poder interpretativo lo que mantiene esa conexión profunda con el espectador.

Teniendo en un reparto a Gillian Anderson y Rufus Sewell es muy poco probable que nos defrauden en sus interpretaciones y ambos logran captar de manera perfecta esa tensión entre entrevistado y entrevistadora que hace que sea el mayor momento de la película. Además, tenemos un resto de reparto que también se entrega por completo a sus personajes y es por aquello que uno queda con la sensación de que nos faltó desenvolver mucho mejor a sus personajes y lo que tienen tras sus espaldas.

Dejando en claro entonces que interpretativamente que la película está muy bien ejecutada, nos centramos en la propuesta de dirección donde el director que bien conoce la historia de la familia real logra capturar muy bien la imagen de Andrew y lo que muy probablemente hizo, si no también logro reflejar esa sensación de que se saldría con la suya. La mano del director se nota en esa puesta en escena, pero también se extraña que no se haya atrevido a cruzar un poco más la línea de ser más punzante y más contundente en sacar las riquezas de una historia que tenía mucho, pero mucho por donde ser explorada.

Entonces nos quedamos con una película que pudo ser mucho mejor de lo que termina siendo, ya que aunque tenga varios defectos a su haber, es una película que te cautiva y que te entretiene en todo su trayecto. Está muy lejos de obras como Spotlight o The Post, pero en ningún caso es un desastre o una mala película.

Merece ser vista sin dudas.