'Citizen Gangster' tiene uno de los mejores arranques del cine de los últimos años. Lamentablemente (o afortunadamente para otros), el director juega y alterna el tono melodramático de estilo negro, sobrio y con una particular ambientación con momentos de comedia hilarante que poco encajan en el contexto general. La intención es clara: hacer por un lado una película seria, dramática y que roce el tan afamado título 'de culto', a la vez que busca entretener al gran público con elementos y herramientas que Morlando no llega a dominar del todo.

A pesar de ello, merece verse por la arriesgada propuesta que presenta, diferente a todo lo convencional que su país vecino del sur (y no, no es México, sino los EEUU), nos tienen acostumbrados. Bella y trágica historia de uno de los mayores gángsters de Canadá.

La película de Herzog es un claro homenaje a la ya mítica obra de Murnau. Los diálogos, las expresiones, las tomas de imagen y los pasajes son exactamente iguales que la película de los años veinte. Sin embargo, el punto que diferencia al film de Herzog de su antiguo compatriota alemán no es otro que una mejora técnica en cuanto a captación de personajes, la grabación de los paisajes exóticos y una adaptación casi exacta del libro de Bram Stoker.

Para los puristas. Nosferatu de Murnau es insuperable, un mundo trasnochado y olvidado, el cine como arte de vanguardia, como crítica social y experimentación del mundo onírico.

La otra opinión, si bien destacando la magnífica obra de 1922, se declinan por la de Herzog de 1979, por el colorido y lo sólido de su argumento, que no desfallece en ningún punto de la película.

Ambas indispensables.