Hollywood tiene toda una “maquinaria” económica a su disposición, y eso se nota en películas como esta. Por eso; para aquellas personas a quienes los efectos visuales y sonoros, son el eje principal de sus películas favoritas, no saldrán ni quedaran defraudados al final del film; para aquellos quienes el cine bélico es su mayor afición, tendrán más que una excelente película, y para quienes buscan una película cuyo peso, cae en el contenido del guion, ni pierdan el tiempo viéndola.

Ahora, analicemos por partes: Las películas de ciencia ficción, siempre han sido un “arma de doble filo”; en ellas cae el peso de nuestras volátiles mentes, que buscan afanadamente explicaciones inimaginables a preguntas existenciales de nuestra vida, y gracias a esto, es que pagamos una cuota muy alta de insatisfacción. Pero tranquilos, no todo está perdido, gracias a películas como “Blade Runner” de Ridley Scott y “District 9” de Neill Blomkamp, seguimos con la esperanza viva.

Algo similar ocurre con el cine bélico, pero en este, no buscamos respuestas existenciales, creo que allí queremos resarcir los errores cometidos en el pasado; falsas creencias y decisiones erradas, que han costado millones de vidas. Y por este lado tenemos películas hermosísimas, a pesar de sus crudas escenas, como “La ciudad de vida y muerte” de Lu Chuan y “La vida es bella” de Roberto Benigni.

Puesto este panorama, creeríamos que en “Invasión del Mundo: Batalla de los Ángeles”, vamos a encontrarnos con unas película que llene nuestras expectativas, pero desafortunadamente no lo es. La película peca por sus excesos bélicos, y es que en sus 112 minutos, no da lugar a que sus personajes logren capturar la atención del público (lastima por Aaron Eckhart a quien considero un buen actor), y toda la atención se centra en las escenas de acción, y a pesar de que están bien logradas, siempre nos dejan a la deriva. Lo mismo ocurre con el guión, son tantas las escenas de acción, que las pocas líneas de diálogos que existen, se pierden en tanto ruido.

Me pareció muy confuso y bastante paradójico, que esta película osara llamarse Tron: El Legado. Tron fue un personaje totalmente secundario, con poca participación (por no decir nula) y cuyo eje en la historia quedo relegada, simplemente, a la aparición de un par de escenas de este personaje que jugó un opuesto papel en su antecesora.
Lo que hicieron los productores y el director de esta película, fue a provechar una idea que surgió en los años 80´s y se llevo a la gran pantalla con un despliegue de grandes efectos como ocurrió en esta ocasión; pero a diferencia de su “primogénita”, esta vez los efectos visuales lograron atrapar al espectador, bueno en este caso a mi; cosa que no logro el formato 3D.
El argumento intento dejar una moraleja acerca del uso del internet y de cómo los desarrollos tecnológicos del hombre a un futuro, al parecer no muy lejano, dominarán la raza y, por ende, su dominio sobre la faz de la tierra, pero Disney sufrió de amnesia total con esta lección (claro que no solo Disney, me atrevo a decir que Hollywood en general), ya que este planteamiento está plasmado en varias films. Ósea que hasta el momento no hay nada nuevo.
Hay una cosa con la que realmente me quito el sombrero, y debo aplaudir, porque quede boquiabierto, es la manera excepcional y magistral en que se introdujo la música es este metraje. Pero claro, que mas podía yo esperar de Daft Punk.

Es una película de vida y muerte, se da el lujo de bordear la delgada línea que separa la violencia cruda o el “gore”, de la lucha inagotable de nosotros los seres humanos por vivir; nos mantiene en vilo durante muchas de las escenas a la espera de que algo suceda, lástima que esa sea la mala fortuna con la que cuenta el film, ya que casi nunca ocurre algo que le de un giro a la historia, y se mantiene durante todo el metraje en una interminable intriga que acaba por agotar al espectador, y si uno como espectador no está acostumbrado a historias de un manejo “pausado” termina sacrificando la moraleja de la película, la cual ya expuse en las primeras líneas.

Debo reconocer que pensé que la película tendría otro curso, pero luego de pensar quien es David Fincher, no debo sorprenderme. Pensé que la película estaría invadía por imágenes del Facebook, de cómo se fue creando la pagina, y de las emociones y conflictos entre sus fundadores, en fin, un film inundado de escenas manipuladoras de manera trivial como nos tiene acostumbrados Hollywood en su mayoría de films (digo mayoría porque obviamente hay excepciones a este comentario).

Traté durante las más de 2 horas que estuve en la sala de cine, de ponerme del lado de alguno de los personajes para no quedar con la extraña sensación de impotencia con la que quede. Creo que al tratar de justificar alguna de las acciones de los personajes se liberan las tensiones entre mi inconsciente y la pantalla del cine; y aunque no quedaron “liberadas”, y mi extraña impotencia quedó latente, debe reconocer el magnífico trabajo del director y de los actores; ya que fue impecable combinación. Y fue precisamente la manera en que nos revelaron cada uno de los personajes la que permitió que ninguno de los mismos, fuera antagónico ni héroe en esta historia, y considero que ese fue el gran logro, ya que mostrar una historia llena de conflictos como esta, y no permitir que uno como espectador odie o apoye (tomando partido) a alguno de los personajes, hace generar la extraña sensación a la que me expusieron durante la proyección de la película y es la que hace de ésta una gran película

La verdad esperaba mucho más de esta película, aunque debo reconocer que esta decepción se debe sólo a mí ilusa manera de pensar que las segundas partes pueden servir de pilar para hacer más consistente buena historia y que hasta el momento sólo lo he visto en El Padrino 2, o de la mano de James Cameron con Aliens y Terminator 2. Volviendo a Wall Street, la película entretiene, pero no sentí la fuerza ni la emoción que corrían por mis venas cuando Gordon Gekko hacía de las suyas, lo sentí ausente y débil, para un personaje tan intenso como Gekko este no fue su mejor regreso. La historia en general guarda unos detalles que sólo quienes vieron la primera parte podrán entender, y he ahí uno de los defectos que le encuentro, ya que para poder entregarse al hilo conductor de la película el espectador deben hacer un esfuerzo mayor a quienes disfrutamos de la primera; para deducir la forma en que se realiza una venganza en Wall Street y como esta afecta a todos los implicados.
Sin embargo, la película cumple su función: Entretener; y siendo laxos se merece un seis, en una calificación de uno a diez.