Haz click aquí para copiar la URL
Argentina Argentina · Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Críticas de El Golo Cine
Críticas 820
Críticas ordenadas por utilidad
4
3 de septiembre de 2023
3 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Producida y filmada para TV con poco presupuesto, esta película tiene un interesante punto de partida que se afea por su baja calidad. Coescrita y dirigida por Chuck Konzelman y Cary Solomon.

Por Nicolás Bianchi

Cuando los recursos son escasos es necesario contar con buenas ideas. En principio, Nefarious las tiene aunque estas no alcanzan para disimular todas las carencias de un film al que le falta un poco de todo. Es decir, mejores actuaciones, escenarios más creíbles y alguna toma con impacto narrativo, entre otras cosas.

El planteo inicial del film es similar al de una obra de teatro en la que hay un solo escenario. Un preso condenado a muerte (Sean Patrick Flanery), que dice estar poseído por el demonio Nefarious, debe ser evaluado por un médico psiquiatra, James Martin (Jordan Belfi) antes de ser ejecutado. Este profesional debe determinar si el reo dispone de la suficiente salud mental como para llevar adelante la condena. De lo contrario, debe ser trasladado a otra institución.

La película, entonces, pone al preso en la necesidad de actuar su posesión infernal lo suficientemente bien como para salvar su vida. Además, el doctor Martin es presentado como un personaje recto e incorruptible, por lo que no se va a sacar de encima el problema rápidamente. Si efectivamente el preso no está en sus cabales va a salvar su vida.

Por otra parte, Nefarious pone a su personaje principal en la necesidad de actuar su posesión infernal lo suficientemente bien como para que los espectadores crean que esto es así. El desempeño de Flanery es apenas aceptable, al igual que el de su contraparte.

Al revisar la carrera de Konzelman y Solomon es posible encontrar un largo listado de obras prácticamente desconocidas (como esta). Seguramente sean personas con oficio; el guión al menos lo demuestra. Pero, en este caso, falta calidad. Esto se nota tanto que lo bueno de Nefarious queda opacado por lo malo. Al final, la película está poseída por sus propios demonios.
El Golo Cine
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4
16 de octubre de 2021
3 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Halloween Kills (2021) regresa, sin mayor valor, sobre la figura del asesino serial Michael Myers, en un relato torpe que no concuerda con las mejores entregas de la saga creada por John Carpenter, aquí limitado a los créditos musicales. Sin más vueltas, la película no tiene mucho sentido.

Por Nicolás Bianchi

La Halloween de 1978 fue un hito en la historia del género de terror, mil veces referenciada, citada y, por lo general con poco éxito, homenajeada. La película tuvo muchas secuelas que buscaron retomar el personaje del asesino serial Michael Myers, pero nada nunca se acercó a la versión original de John Carpenter, que jamás volvió a dirigir otro film dentro de este mundo. No era necesario, ninguno podía ser mejor que el original.

De todas maneras, el reboot de 2018 con el mismo escueto título, Halloween, había logrado actualizar los conceptos del slasher original. Los asesinatos femicidas de Michael encontraron su contrapartida en la alianza que Laurie (Jamie Lee Curtis), adolescente en los 70 y abuela en el siglo XXI, logró entablar con su hija (Judy Greer) y su nieta (Andi Matichak). Las tres mujeres enfrentaron al asesino y lo vencieron, o al menos eso es lo que se había contado en el último film.

De forma incombustible el hombre de la máscara que encarna el mal más puro regresa en esta entrega, dirigida por David Gordon Green, sin mayores explicaciones. La película confía en que los seguidores de Halloween van a entender rápidamente que Michael Myers no puede morir. Ahora bien, la inmortalidad del monstruo debería tener algún tipo de justificativo.

Uno de los principales problemas de Halloween Kills es que muestra a Michael en demasía. Prácticamente carece de otros protagonistas, porque al seguir el hilo de la última entrega, Laurie se encuentra malherida e imposibilitada de participar hasta el último acto. Mientras tanto, Michael se encarga de masacrar a una serie de personajes que no tienen mayor relevancia.

Es, a comparación de la entrega original y del relanzamiento reciente, la película que más exhibe al asesino. Eso sucede porque no hay un hilo sobre el que la trama pueda discurrir. Simplemente se trata de que el mal que encarna Myers revivió, o más precisamente nunca murió. La sanción que antes imponía el asesino sobre las mujeres jóvenes que buscaban disfrutar de su sexo aquí se difumina. El enmascarado achura a quien sea que se le cruce por el camino, sin discriminar pero también de forma mecánica, sin mayor sentido que el de propiciar escenas con elementos gore que bordean el ridículo.

Decir que la violencia que ejercen los hombres sobre las mujeres no se va a terminar tan fácilmente, y que por eso Myers revive, o mejor, no puede ser matado, es un exceso interpretativo que la película no alcanza a plantear. Halloween Kills es apenas una secuela más, sin mayores méritos que los de proveer un par de escenas algo divertidas pero ridículas con un asesino que tiene la máscara de Michael Myers. Es, en definitiva, como un cosplay de las mejores entregas de la saga.

Se estrenó en cines y se consigue online. Contacto: [email protected].
El Golo Cine
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
5
17 de mayo de 2021
2 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
Those who wish me dead (2021), o Aquellos que desean mi muerte, es un thriller de supervivencia dirigido por Taylor Sheridan, que presenta nuevamente a Angelina Jolie en un papel de acción. Un guión atolondrado y efectos precarios provocan un resultado un tanto fallido.

Por Nicolás Bianchi

Si se supone que los géneros son fórmulas que se pueden llenar de distintas formas, se puede considerar que Those whose wish me dead es una de esas películas en las que malos muy malos persiguen a una serie de personajes para matarlos, en un bosque del interior de Estados Unidos, que fue completada con algunos aspectos que están en sintonía con la agenda progresista actual. Mujeres fuertes, una de ellas afroamericana, contra hombres violentos.

Hannah (Angelina Jolie) es la jefa de una brigada de bomberos paracaidistas que se ocupan de combatir incendios forestales y está traumada por un evento del pasado en el que se vio encerrada por el fuego en el bosque. Se trata de un papel ya transitado por la actriz, que consiste en una mujer masculinizada que hace lo mismo que los hombres de su división (bebe cerveza y arriesga su cuerpo en demostraciones inútiles) y es tratada como un par.

Con ella cruza su camino Connor (Finn Little), un niño fugitivo que escapa de un par de sicarios, interpretados por Aidan Gillen de Game of Thrones y Nicholas Hoult, que buscan eliminarlo porque lleva pruebas que complican a un jefe criminal. El contexto prácticamente no se reconstruye sino que todo lo que importa es la situación, o sea la búsqueda de la supervivencia contra la persecución asesina.

Entre ellos, o sea los que deben escapar y los que persiguen, hay otros dos personajes. Ethan (Jon Bernthal) es el sheriff local, que junto con su mujer afroamericana Allison (Medina Senghore), que además está embarazada de seis meses, se interponen a los villanos. En los momentos de acción la inteligencia, coraje, audacia y destreza de las mujeres resulta decisiva.

El principal problema de la película es un guión que se ajusta más a lo que necesita el director para hacer llegar al film adonde quiere que a lo que los personajes pudieran hacer dentro del marco racional que propone la historia. Así, los asesinos son presentados como seres tan crueles como fríos y determinados pero toman decisiones que, de manera inexplicable, entorpecen sus propios planes. El tono de la película, sumamente serio y formal, no permite una justificación por el lado del humor.

Desde el punto de vista visual Those who wish me dead es sumamente convencional y en algunas escenas ambiciosas, por ejemplo durante un incendio forestal, da cuenta del uso de animaciones computarizadas que no son las más logradas. A pesar de todas estas costuras que están demasiado a la vista se trata de una propuesta que resulta atractiva para observar algunos roles muy en sintonía con los tiempos que corren. Son esos detalles los que permiten que la película no caiga por completo en el desinterés.
El Golo Cine
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
6 de mayo de 2023
1 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dirigida por la francesa Alice Diop. Narra la historia de una escritora que asiste al juicio de una mujer acusada de matar a su hijo.

Por Nicolás Bianchi

Las imágenes que se ven en una pantalla como parte de una película, ya sea documental o de ficción, tienen la capacidad de sublimar algunos aspectos de la realidad. Eso es lo que dice la escritora y profesora Rama (Kayige Kagame) a sus alumnos en una de las primeras escenas de un film con cierto aire de ensayo académico. Debido a esta característica, cada palabra que se dice y cada toma que muestra Diop producen un aporte conceptual a una obra que el espectador debe terminar de armar en su cabeza.

A grandes rasgos es posible señalar que el tema de Saint Omer es la maternidad. De modo secundario la película trata sobre la situación de las mujeres inmigrantes en Europa, en este caso en Francia. Y también propone un encuentro o choque cultural. Si bien Rama es la protagonista de la narración, durante buena parte del film se trata de una espectadora que contempla un juicio.

Quien está en el banquillo de los acusados es Laurence Coly (Guslagie Malanda), una inmigrante senegalesa acusada de matar a su hijo. En principio, esta mujer no niega lo que se le atribuye, que es haber dejado a su bebé abandonado en una playa antes de que suba la marea. Lo que sí argumenta es que ella no era ella cuando hizo esto y que, probablemente, haya sido embrujada o compelida a llevar adelante esa acción por una fuerza externa (y bastante difícil de explicar).

Una de las cuestiones más interesantes de este relato es que Laurence no es una mujer proveniente de un mundo rural y atrasado. Se trata de una persona instruida, que ha cursado en la universidad. Otro matiz interesante está dado por el personaje del padre del niño, Luc Dumontet (Xavier Maly). Este hombre es al menos 30 años mayor que Laurence y no quería tener una hija con ella. Tampoco parece haberse hecho cargo de la pequeña en ningún momento. Al respecto, una idea ronda la presentación de esta pareja disfuncional: Laurence encontró en Dumontet un refugio en un país extraño y hostil.

El desarrollo del film consiste en la celebración del juicio contra Laurence y está filmado con un aire documental. Si bien esta parte de la trama ocupa un lugar central durante una buena cantidad de tiempo, poco a poco el film vuelve a Rama. Con el correr de las audiencias la asistencia al juzgado deja de ser una experiencia de observación. Desde el punto de vista emocional, Rama acaba completamente involucrada en el caso.

Esto se debe no solo a la trágica y angustiante historia de Laurence sino a cierta conexión con su pasado. La información que proporciona este caso estalla como una bomba para Rama, y repercute tanto en su pasado como en su futuro. En todo momento, Diop conserva un tono sutil pero profundo. Saint Omer es una obra densa con constantes referencias de distinto tipo. Aborda una revisión sobre la mitología griega y también plantea problemas de las mujeres inmigrantes de hoy en día. En la sala donde se juzga a Laurence, y en la cabeza de Rama también, se entrelazan la intelectualidad, la hechicería y la maternidad, como si la historia de una mujer fuera la historia de todas, por más que sea única e irrepetible.

Está disponible en Mubi. Contacto: [email protected]
El Golo Cine
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
6 de agosto de 2021
3 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Suicide Squad (2021) busca relanzar al grupo de villanos devenidos en héroes de la mano del director James Gunn. Se trata de una versión liviana, entretenida y violenta. Dentro del género superheroico se mezclan componentes de comedia, acción, western y el cine de monstruos gigantes.

Por Nicolás Bianchi

Dentro del mundo DC, The Suicide Squad se ubica en el polo opuesto de la recientemente repuesta Justice League, que por más de cuatro horas seguía una historia rígida, clásica y siempre solemne. Aquí, en dos horas y algunos minutos más, se despliegan una variedad de escenas de acción, gags, hits musicales y coloridas coreografías que acercan la película a la saga The Guardians of the Galaxy, creada también por el director Gunn para el otro universo de superhéroes, el de Disney y Marvel.

El primer tema de la rockola de hits que dispone Gunn es Folsom Prison Blues de Johnny Cash, utilizado para introducir la vida de los villanos en el presidio comandado por la inescrupulosa Amanda Waller (Viola Davis). A su vez, el primer gran chiste del film es el desembarco de un escuadrón de criminales en una isla latinoamericana, mucho de los cuales mueren antes de los títulos de la película.

Sin revelar mayores detalles, la historia comienza después, cuando otro grupo de estos curiosos héroes consigue hacer pie en Corto Maltese (nombre en homenaje a la historieta de Hugo Pratt del país insular mezcla de Cuba, Venezuela, Argentina y varios países latinoamericanos). Liderados por Bloodsport (Idris Elba) el verdadero escuadrón buscará abortar un peligroso proyecto militar de un país que se debate entre dictadores y guerrilleros que cumplen con todos los estereotipos.

Los mejores momentos de humor se consiguen a partir de una galería de personajes extraños en la que se destacan el siempre hambriento King Shark (un fornido humano tiburón con la voz de Sylvester Stallone), la adolescente Ratcatcher 2 (Daniela Melchior), una millenial sensible pero siempre cansada y somnoliente, el traumado Polka-Dot Man (David Dastmalchian) y la siempre llamativa Harley Quinn (Margot Robbie), que siempre actúa por su cuenta al punto que de a ratos luce como si estuviera en un film aparte.

La trama más vinculada a la acción se resuelve entre Bloodsport, el general Flag (Joel Kinnaman) y el musculoso Peacemaker (John Cena), en la que se cuela cierta mirada crítica sobre la política exterior de Estados Unidos. Durante el film, además de las clásicas coreografías de peleas con mucha cámara lenta y hits pop, se encuentran algunas resoluciones similares a la del género western. En el último tercio, la película se vuelca hacia el género de monstruos gigantes, como Godzilla y otras tantas más.

En el mundo latino recreado en Corto Maltese se destacan los personajes personificados por Alice Braga y el medio argentino Juan Diego Botto, que compone un personaje con acento rioplatense, más allá de que también se escuchan frases propias de estas latitudes en distintos momentos. Un cameo de Mafalda y una escena en la que los personajes toman Fernet acercan a la isla a algunas costumbres argentinas.

The Suicide Squad funciona como un entretenimiento liviano porque logra combinar todos sus componentes con relativa armonía. Las escenas de acción se entienden a la perfección, lo que no es siempre así en el género y constituye un mérito del director. El humor, que se acerca a lo absurdo y el disparate, también proporciona buenos momentos. Entre tantos personajes solemnes que pueblan el desprolijo universo de DC, visten capas y hablan con gravedad, el film es un aporte fresco.

Se estrenó en cines y está disponible online. Contacto: [email protected].
El Golo Cine
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow