Belfast está dirigida por Kenneth Branagh, quien echa la mirada hacia atrás para adentrar al espectador en el barrio obrero irlandés en el que se suceden hechos tales como persecución de protestantes a católicos, lucha obrera y cambios culturales. Mientras eso sucede, Buddy (Jude Hill) soñará con la chica de su clase y disfrutará del cine junto a su familia. Un padre que trabaja en Inglaterra y una madre que los intenta educar (Jamie Dornan y Caitriona Balfe), además de unos abuelos de lo más carismáticos (Judi Dench y Ciarán Hinds).

BELFAST es una película bonita, en blanco y negro, lo que ayuda al espectador a implicarse en el filme. Bajo la tierna mirada de Buddy se esconde el sufrimiento de una familia que luchará por quedarse en una ciudad que amenaza con romperlos, todo eso mientras sobrellevan la distancia del trabajo del padre y la lucha social en sus propias calles. Cabe decir que son los abuelos los que realmente conmueven al espectador, los que ofrecen una perspectiva distinta a un niño que trata de entender lo que sucede a su alrededor.

En definitiva, BELFAST es una película interesante a nivel histórico, por la cantidad de sucesos que pasaron en los 60 en Irlanda. El choque cultural, la lucha entre propios vecinos, el asociacionismo, la lucha de la clase obrera y, obviamente, la inmigración a pesar de todo. Es duro irse de casa en busca de nuevas oportunidades debido a una situación así. No os la perdáis.

Alcarràs está dirigida por Carla Simón y se sitúa en el pueblo de Lleida, donde la familia Solé planta una gran extensión de melocotoneros. Por desgracia, será su última cosecha, pues no había nada firmado en sus tierras. Los seguiremos a todos ellos, desde el padre y la madre (Jordi Pujol Dolcet y Anna Otín), hasta sus hijos (Albert Bosch, Xenia Roset y Ainet Jounou). Con ellos caminaremos, sufriremos y veremos cómo se desmoronan ante el inminente cambio que se avecina. El abuelo, la abuela, los tíos, los primos, todos ellos cosechan allí desde hace 80 años, por lo que la pérdida, la memoria y los nervios están a flor de piel. Sobre todo en el padre, quien se niega a adaptarse a los nuevos tiempos (placas solares, etc) y se aferra a la cosecha.

ALCARRÀS no es una película para amantes de la acción ni de ritmos frenéticos. Narra la vida de toda una familia, de una situación social, de la dureza de la cosecha y de las aspiraciones de una serie de personas que asisten a su último año juntos. Por ende, las situaciones que se dan son muy cuotidianas, en ocasiones disfrutando de la felicidad de la juventud, de su adolescencia, de cómo ven los problemas de los mayores. A su vez, también sufrimos por sus padres y abuelos, quiene han de lidiar con traiciones y el advenimiento de un futuro al que se resisten. Todo ello condensado en dos horas de buen cine que, lógicamente, no muchos serán capaces de disfrutar.

En definitiva, ALCARRÀS es una joyita del cine español que no ha pasado desapercibido y ha logrado un Oso de Oro nada desdeñable. Carla Simón tiene licencia para dirigir lo que quiera a estas alturas y no defrauda en absoluto. Cine en mayúsculas, el que muestra, el que retrata la vida de una familia con una naturalidad implacable. Blockbusterianos, alejaos de ella; el resto de amantes del cine de calidad, no os la perdáis.

Te estoy amando locamente está dirigida por Alejandro Marin, quien nos transporta al año 1977, en Sevilla concretamente, donde un niño de 17 años (Omar Banana) siente que es distinto al resto de la sociedad que le rodea. Su madre, Reme (Ana Wagener), es muy tradicional, como el barrio, y le escandalizan algunas situaciones en las que se ve envuelta a causa de su hijo. Poco a poco se ve atraído por el movimiento LGTBIQ+, que se reúne en la propia iglesia (Jesús Carroza), donde se van gestando algunas manifestaciones, sobre todo, en consideración a la ley de peligrosidad pública y a dar visibilidad a la libre sexualidad y al feminismo. Conviene aclarar que era la España post-franquista, con la cuadratura de ideas conservadoras que eso trae.

Es interesante el reparto tan coral que tiene la película, con el protagonismo de Omar Banana, aunque quien realmente está espléndida es Ana Wagener, la madre del chaval, que con su cara lo dice todo y, de paso, consigue hacer un viaje personal que lleva al espectador a la empatía y a la lucha de una madre por la liberta de su hijo. Comprender eso en aquellos tiempos, cabe decir, era ponerse en contra de toda una sociedad. Además, acompañan La Dani y Alba Flores, entre otras, que consiguen aligerar el peso dramático, aunque nunca acaba de caer en ello y se convierte en una película histórica con dosis de feel-good que ayuda al espectador a situarse en la lucha de la época.

En definitiva, TE ESTOY AMANDO LOCAMENTE es una película que no tiene otra pretensión que seguir visibilizando el movimiento LGTBIQ+ y feminista, y que consigue narrar unos hechos que sucedieron hace casi cincuenta años. El problema es que la sociedad todavía está lejos de convivir con esas ideas, a raíz de las noticias que se suceden día a día. Hay que seguir en la lucha. Es altamente educativa. No os la perdáis.

No time to die está dirigida por Cary Joji Fukunaga, con un 007 en retiro que ha de volver puesto que Spectre (Christoph Waltz) vuelve a las andadas. Para cuando lo hace ya hay una nueva 007 (Lashan Lynch) y M (Ralph Fiennes) tiene alguna otra cosa que ocultar sobre una arma que es perfecta y que se les ha vuelto en contra ante la intromisión de un nuevo enemigo (Rami Malek). Al comienzo, sin embargo, nos cuenta la historia de amor entre James Bond y Madeleine (Léa Seydoux), y la cosa comienza a complicarse. Todo, por supuesto, entre dosis de acción, peligrosas secuencias de persecuciones, coches volando y lo típico en 007. Remarcar que es espectacular y que, a pesar de todo, es más verosímil que Fast and Furious, por lo que no nos echamos las manos a la cabeza en tantas ocasiones.

El reparto en SIN TIEMPO PARA MORIR es interesante, como siempre. Grandes nombres como Naomie Harris, Christoph Waltz, Ralph Fiennes... buenas interpretaciones, pero más largas que la de Ana de Armas, de quien diré que tanto para tan poco. Son apenas 5 minutos los que aparece y se le ha dado un bombo exagerado en comparación con el resto. Ya se sabe, una cara bonita vende mucho. En cualquier caso, es Daniel Craig quien convence al espectador con su humanidad. Se desenvuelve bien en escenas de acción y en las emocionales, principal atención al final de la película. Es una película redonda en la que ha tenido tiempo de prepararse para despedirse del papel.

En definitiva, SIN TIEMPO PARAR MORIR es en ocasiones adrenalina pura, mientras que en otras se rebaja la tensión y puede dar la impresión de ser tediosa. Sin embargo, el conjunto es potente y el resultado satisfactorio. Es muy larga, eso sí, por lo que da tiempo para todo. Ahora toca ver quién sucede a Daniel Craig como 007, aunque lo que es evidente es que ha dejado el listón muy alto. No os la perdáis.

Adrian Grunberg dirige a Sylvester Stallone, con 73 años, que vuelve a meterse en la piel de un John Rambo que poco tiene que ver con el de las últimas entregas, y no solo físicamente. Su mente se ha doblegado y ya no es infalible, así se demuestra en esta última película, en la cual deberá cruzar la frontera hacia méxico para liberar a su ahijada de una red de prostitución. El guion es endeble y su última parte, media hora aproximadamente, consiste en un "solo en casa" disfrutable pero predecible.

Lo acompañan un buen elenco de actores españoles como son Óscar Jaenada, Paz Vega y Sergio Pérez-Mencheta. Lo deplorable de la película es la visión mexicana que contentará a racistas y pro-Trump, pues cruzar las fronteras supone toparse de inmediato con mafias del cártel, prostitución, violadores y calles que se caen a pedazos; mientras que EEUU es sinónimo de casa y de bienestar. Patriotismo en estado puro, vamos. En cualquier caso, es un placer volver a ver a Sylvester Stallone aferrándose a un arco y disfrutar de lo explícito del filme en la situaciones de mayor acción.

En definitiva, RAMBO: LAST BLOOD no es nada nuevo, la hemos visto muchas veces, pero no con Stallone haciendo de Rambo. Un final que no era necesario, pues es la peor de todas, de lejos. Hay situaciones de acción, pero demasiado diálogo y le cuesta despegar al principio. En todo caso, los fans del género disfrutarán con Rambo como siempre. Echadle un vistazo.