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España España · Cinecittà
Críticas de Xavier Vidal
Críticas 640
Críticas ordenadas por utilidad
6
12 de octubre de 2015
3 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
The Invitation parte de una premisa inquietante: una pareja es invitada en una mansión de Los Ángeles sin motivo aparente. Los personajes hace mucho tiempo que no se ven. No parece que haya nada que celebrar, ni tan siquiera se intuye un amago de reconciliación entre los comensales. Con esta base, la película tiene un primer tramo muy dialogado, un tanto largo, que nos obliga a preguntarnos quiénes son esos personajes y qué hacen en esa casa. Posteriormente, con todas las cartas desveladas, The Invitation se desmelena y ofrece una recta final adrenalínica. Además, el último plano esconde una lectura entre crítica y cínica al Hollywood del star system, las sectas y los desequilibrios mentales. En conjunto, una obra sorprendente que siempre se reserva un as en la manga. Funciona, inquieta y divierte, la fórmula perfecta para gustar a públicos que no sean demasiado afines al fantástico.

@Xavicinoscar, Cinoscar & Rarities
http://cachecine.blogspot.com
Xavier Vidal
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5
27 de febrero de 2012
2 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Para analizar los entresijos de Anonymous hay que tener algunas cuestiones previas muy claras. Roland Emmerich, su director, es el autor de El día de mañana o 2012, y esta es su primera incursión en el cine de época. Emmerich es alemán, por lo que se entiende que comparte poco, por no decir nada, con William Shakespeare, su país, su lengua y su figura. Con esto podemos entender, que no aceptar, el despropósito que es Anonymous, una película que quiere ser seria y que acaba lastrada por la mala fama de su artífice. Si bien Emmerich no ha escrito el guión del film, es sumamente relevante que el cineasta se haya sentido atraido más por la versión apócrifa, el rumor paralelo o la tradición no probada de Shakespeare que por su verdadera vida y obra, por no decir su relevancia en las letras y la cultura de Occidente. Y ese es el gran problema: Emmerich, tras tantas apocalipsis, tras una filmografía de fácil consumo y difícil disfrute cinéfilo, apuesta por un cine serio y descarrila.

El desprestigio de Emmerich cuenta e influye, eso es innegable. Pero ahí no acaban los puntos flacos de Anonymous: muchas de sus escenas dejan entrever un abuso del croma, con unos planos aéreos formados por ordenador y sumamente artificiales, y sobre todo con un sentido del montaje y de la fotografía más propios del cine de consumo que de la acción intimista que transcurre en las cámaras reales y las calles del año 1601. Como resultado, Anonymous aplica el molde Emmerich a un género nuevo, y en lugar de enriquecer la paleta de colores acoge las formas reconocibles y homogéneas de su cine anterior. Entendiendo que el mejor autor es el que sabe adaptarse a los requisitos de los diferentes géneros cinematográficos sin traicionar su personalidad, con Emmerich no se cumple ni una cosa ni la otra: estamos, con todo lo que eso significa, ante una película 100% Emmerich, y sus rasgos son más bien producto de la impersonalidad del cineasta europeo que trabaja para ofrecer ese 'pan y circo' tan despreciable. Una lástima porque Anonymous cuenta con buenas interpretaciones y en su corazón poético late una bonita alegoría de las palabras, su poder por conquistar el corazón de una reina y su fuerza por levantar los ánimos de todo un pueblo.

Resulta difícil creerse una historia que habla de la palabra y de la identidad cuando no tiene ninguna frase de guión memorable y sus formas son las de un dramaturgo de segunda. ¿Será que no sabemos valorar las posibles grandezas de los best sellers por el simple hecho de ser best sellers? Puede, y aquí cada uno opinará lo suyo. De momento Anonymous queda como una película inflada y pretenciosa, hueca y prescindible, obra de un Emmerich que deja al descubierto todas sus debilidades. La producción literaria de Shakespeare puede que fuera un fraude. El cine de Emmerich sí lo es.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
Xavier Vidal
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8
25 de marzo de 2011
3 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Secuestrados es ante todo ochenta minutos de pura tensión, una cinta que pone a prueba nuestros cinco sentidos y que, más que verse, se vive con auténtico desespero. Diseñada con las mismas curvas de una montaña rusa, Secuestrados nos obliga a replantearnos qué haríamos en caso de ser víctimas de unos asaltantes en nuestra propia casa. También utiliza todas las técnicas generadoras de tensión, con un originalísimo uso de la pantalla partida. Ejercicio de estilo, festivo pero comprometido, enésimo ejemplo de la excelente salud de nuestro cine fantástico. Todo es un acierto en este juguete endiablado: las interpretaciones, todas, en especial una Manuela Vellés que se convierte desde ya en nuestra reina del grito; el guión, preciso y austero, con la información justa y necesaria, empezando la historia en el momento justo y acabándola de forma elegante, rotunda, totalmente plausible; la inteligencia de Miguel Ángel Vivas, que más que dirigir una película ha orquestado un horror cotidiano con las hiperbólicas posibilidades del terror moderno. Destinada a ser la sensación del año, un referente de su género y un título de culto.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
Xavier Vidal
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5
22 de agosto de 2011
1 de 7 usuarios han encontrado esta crítica útil
La saga Scream ocupa un espacio muy anecdótico en mi memoria cinéfila. Recuerdo ver esas películas en casas de amigos, con palomitas de microondas y Coca-colas de marca blanca, al lado del típico que grita o deja una risa nerviosa cuando se avecina en pantalla una cuchillada. La gracia de esas películas es que las vimos con la inocencia de la escuela. Por entonces eran historias casi prohibidas que se veían en momentos muy puntuales a escondidas de los padres. Ya en los 90 Scream era claramente superior a Sé lo que hiciesteis el último verano o todas las propuestas de esquema similar que copiaban, imitaban y nunca mejoraban el juego de Craven. Eso según la óptica de un niño que desconocía los clásicos del género y que entendía el cine como hora y media de distracción colectiva. Ahora las cosas han cambiado.

Irónicamente, no existe mejor frase promocional para Scream 4: efectivamente, estamos en una década diferente y se precisan nuevas reglas para asustar a la audiencia. Pero los códigos de la saga siguen siendo los mismos: chicos y chiquillos asesinados sin ton ni son por 'el hombre de la máscara'. Sería injusto decir que Scream 4 es peor película que las anteriores: es exactamente igual. Más que una copia o una reinvención, es un ejercicio medidísimo dedicado en reproducir lo que gustó entonces diez años después. Craven no ha perdido por el camino ni las referencias cinéfilas (que trufan esta cuarta parte) ni cierta socarronería (los personajes creen saberlo todo de las películas de terror y acaban cometiendo los mismos errores que sus referentes). Pero es el público quien ha cambiado, y prueba de ello es que su paso por las salas fue un pequeño fiasco.

Me gustaría volver a la inocencia de esos primeros visionados; la cuestión es que ahora añoro personajes más complejos y completos, sustos que no estén alterados por bandas sonoras estridentes. En definitiva, Scream 4 me deja muy frío, consciente de ver algo que no me incumbe. El problema es que Scream 4 está lejos de crear el impacto y sentar la cátedra de la primera parte, mucho menos de inaugurar una nueva generación de espectadores criados en nuevas formas terroríficas. Craven, que ha consagrado toda su vida al terror, ha hecho una película sólo para los fans irredentos de los 90. Cada edad tiene sus películas, o cada película puede ubicarse en un momento puntual de nuestras vidas. Las que sobreviven y se adaptan a los tiempos son las obras maestras: Scream no está en este grupo, y mucho menos esta cuarta entrega, de la que pronto olvidaremos su existencia.

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
Xavier Vidal
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5
31 de octubre de 2011
2 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sam tiene un hermano nada simple. Se llama Simon y tiene síndrome de Asperger. Es un tiquismiquis y un tocapelotas. No le gusta que le toquen ni que le den la contraria. Se esconde en una especie de barril pintado creyendo ser un austronauta surcando el espacio. Adora las circunferencias. Tiene un plato prefijado para cada día de la semana. Su horario es estricto e inalterable. Siempre viste la misma ropa. Trabaja con gente muy especial y vive con sus padres. Eso hasta que Sam quiera independizarse e ir a vivir con su novia Frida... demasiados cambios para el bueno de Simon.

Simple Simon, comedia sobre la amistad entre hermanos, es una tierna demostración de que los polos opuestos se atraen y que hasta pueden convivir en armonía. Una trama bastante insustancial, sorprendentemente precandidata al Oscar por Suecia y ante todo un cuento freak (o nerd, o simplemente raro) sobre gente freak y para espectadores freaks (o sea, para todo el mundo). Una especie de comedia absurda, una Muchachada Nui en versión nórdica. Éxito local y toda una curiosidad para la cinefilia ecléctica: no es que sea una gran película, pero parece que a sus compatriotas les gustó muchísimo. Cuestión de caracteres. Sea como sea, doy las gracias de ser hijo único...

Xavier Vidal, Cinoscar & Rarities
Xavier Vidal
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