El protagonista va a buscar a su hijo al colegio. Le roban el coche y lo secuestran. Y en vez de buscarlo se dedica a robar bancos y huir de la policía. Ya casi al final de la película, alguien se acuerda de que en el guión salía un niño, y deprisa y corriendo van a buscarlo.

Un black-splotion de nueva hornada, lleno de rap, coches, chicas guapas y pistolas apuntando en horizontal. Nada más y nada menos

Ya no voy a volver a hacer caso de las sipnosis

Esto no es una secuela, ni una precuela, ni siquiera un remake. Es simple y llanamente una copia de Cars, pero cambiando de vehículo.

Al igual que Rayo McQueen, el avión protagonista sueña en convertirse en un campeón de carreras (en este caso un raid alrededor del mundo).

El Cádillac de Cars, se convierte en un antiguo caza de combate

El argumento, pues, es calcado, y, por lo tanto resulta una película innecesaria.

Pero, claro, como es para niños, vale todo.

Si habéis visto The Girl, y después veis esta otra película, quizá tengáis dudas de que se esté hablando del mismo personaje.

Anthony Hopkins representa a un Hitchcock más humano y vulnerable que apenas tiene nada que ver con el sátiro sádico de Toby Jones. Es verdad que sigue teniendo debilidad por las rubias, y que se insinúa algún problema pasado con Vera Miles, pero por lo demás, esta película va por otros derroteros.

Se trata, sobre todo de una crónica sobre el rodaje de Psicosis y su empeño por dirigirla frente a los obstaculos de la productora Páramount y del comité de censura.

Este planteamiento la convierten en una especie de Buscando al Sr Bunks y de otras películas que desarrollan el Making off de alguna película famosa, (como por ejemplo Mi Semana con Marilyn respecto a El Príncipe y la Corista) apta para todos los públicos.

En cuanto a las interpretaciones, son correctas. Anthony Hopkins asume el papel de un Hitchcock, (por lo menos eso ponía en los títulos de crédito) cercano a la ironía y la parodia. Helen Mirren, perfecta, como casi siempre. Scarlett Johansson. encantadora y simpática como Janet Leigh y Toni Collette, mimetizada como la perfecta secretaria.


Una película digna, pero que no profundiza en las múltiples facetas del personaje.

Cinco adolescentes pasan el fin de semana en una cabaña en mitad del bosque.

Hasta aquí, parece que nos encontramos ante una más de tantas cintas de terror juvenil. Y así sería si no fuera por los otros espectadores de sus aventuras. Como si de un reality se tratara, todo está preparado para que estos chicos caigan en una trampa.

Lo que durante gran parte de la película le da un aire de parodia del género que lo hace diferente, dándole otra vuelta de tuerca, acaba en una hecatombe sangrienta sin sentido, con un final tan absurdo que estropea el conjunto.