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Críticas de The Motorcycle Boy
Críticas 677
Críticas ordenadas por utilidad
10
2 de junio de 2011
17 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
La socarrona traducción del título original, "El Imperio del Paseo Entablado", ya nos esencializa a esta magna serie a través de un concreto y específico lugar dentro del universo del hampa en los años 20: Atlantic City. Ciudad de playa y mar, diversión y casinos, lujos y vedettes, pero también, ciudad de mafioseo y contrabando, de corruptelas y narcisismo desatado. Es la época de la ley seca, auspiciada por el Partido Republicano para mejorar la salud y moral de la población. Qué bondadosa y caritativa alma tiene Nucky Thompson, el Tesorero de la ciudad, republicano de pro y ferviente dévoto del club de las abstemias. No dice, en cambio, ni a sus votantes ni a sus súbditos, que es él quien controla el mercadeo y contrabando del alcohol en la ciudad, tejiendo oscuras redes de intereses hasta las vecinas New Jersey y New York, o la lejana Chicago, donde comienza a labrarse un futuro el déspota y atrevido Al Capone.

El imperio diseñado por Terence Winter, con la mano al fondo de Martin Scorsese, me tiene alucinado. No es sólo la gran factura técnica que porta. Tampoco es que el reparto alcance un nivel de excelencia poco habitual gracias a la labor de gente como Steve Buscemi, Michael Pitt (impresionante), Kelly Macdonald, Aleksa Palladino o Michal Shannon. Simplemente, creo que es porque he encontrado un nuevo filón, una joya oculta (o no tanto) en la que congenian dos de mis grandes amores: el cine gangsteril y la HBO (cuánto le debemos a los trajeados y forrados ejecutivos de esta productora). Es un retrato severo de la mafia en aquellos años, pero también de la política, aunque a fin de cuentas viene a ser casi lo mismo. Si la democracia se articulaba para defender los intereses del individuo como fin, entonces Nucky Thompson ha calcado el modelo primigenio de John Locke, introduciendo una diminuta variante: en lugar de una democracia puesta al pie de los intereses generales, fundamentales y naturales de la sociedad, él la instrumentaliza al servicio de sus turbios negocios, números ensangrentados y la corrupción tiránica, alcanzando un poder desmedido que anhela ser un Mesías moderno que todo lo tiene y todo lo puede.

Al fin y al cabo, todos se mueven por un mismo patrón común, que no es otro que el de la lucha entre el bien y el mal, entre esa balanza titubeante que no sabe por qué lado decantarse, aunque tratándose de Atlantic City en los años 20, parece obvio quién vencerá la partida.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
The Motorcycle Boy
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8
1 de febrero de 2011
15 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
London. Pleno siglo XXI. Los pisos son caros. Existe la telefonía móvil. También Internet y el mundo blogger. Ya no hay carruajes ni caballos. Hay asfalto, y las humeantes industrias parecen haber dado paso a imponentes rascacielos modernistas de alma financiera. Tampoco está Jack ‘El Destripador’. Pero sí otras almas depravadas. Sin embargo, una cosa parece no cambiar, hablo, cómo no, del perspicaz, excéntrico y sociópata, entre otros muchos calificativos, Sherlock Holmes, y de su fiel y sagaz ayudante, John Watson.

‘Estudio en rosa’, ‘El banquero ciego’ y ‘El gran juego’, son la excusa perfecta para que la BBC, entre otras, decidiera amenizar nuestros ratos libres con esta cautivadora, cómica y adictiva reinvención del popular detective asesor. Un lujo.
The Motorcycle Boy
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6
14 de marzo de 2010
22 de 30 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sevilla. Estamos en Semana Santa. Un tío ha aparecido con una cruz latina clavada en el corazón en medio de la Maestranza. Mientras, Simón y el Sapo siguen con su mediocre vida. Uno haciendo crucigramas e intentando sacar adelante una relación amorosa sin futuro con Paz Vega. El otro trabaja como profesor de inglés e intenta refugiarse de la hipócrita festividad hispalense. Todo ese mundo se vendrá abajo cuando Simón reciba una llamada telefónica muy inquietante, refugiándose en los brazos de Natalia Verbeke.

‘Nadie conoce a nadie’ es una intriga bien elaborada que se sirve de la geografía sevillana, de sus Iglesias, de sus procesiones y cofradías, de las Vírgenes, de la festividad en sí (todo con un punto irónico hacia lo católico), para levantar una trama de asesinatos que servirán de hilo conductor para que Simón descubra el porqué de ellos, al tiempo que enganchará al espectador esperando el esclarecimiento.

Cinta meritoria, a la que, sin embargo, se le puede achacar la decepcionante resolución del misterio, mezcla, éste, de original y cutre. Es correcta en todo, pero me esperaba algo más (igual no tan rebuscado) de un tío de contrastada reputación en este oficio como Mateo Gil. Parece que sin Amenábar se le nublan las ideas (o escoge malamente las novelas). No es ninguna gran película, pero como entretenimiento no decepciona a nadie. Digna.
The Motorcycle Boy
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8
20 de octubre de 2010
17 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decir que ‘La red social’ (2010) es la ‘Ciudadano Kane’ (1941) del siglo XXI, no tiene nada de descabellado. Carece, eso sí, de la innovación técnica de aquélla. Ésta no ha roto el panorama cinematográfico al estilo ‘Avatar’ (2009), ni falta que le hace. Siempre he pensado que la parte más importante de un film es su historia. Huelga decir que David Fincher y Aaron Sorkin han hecho los deberes en este aspecto, ello pese a que el tema era de una peligrosidad latente. Me explico, el tema facebook, depende cómo se tratase, podía resultar un fiasco escandaloso para la filmografía del reputado cineasta. Esto hubiera sido así si se hubiese decantado por la vía facebook en su dimensión social, esto es, como medio de ligue (sí, imagínense una película de universitarios en celo con la pantalla de ordenador como propulsor de todo) o como medio de control (no imagino a ningún productor metiendo un duro ahí con el fin de subirse al carro de las teorías conspirativas). Alejándose de esta perspectiva, los susodichos guionistas deciden plantearse el proyecto desde un punto de vista tan orsonwelliano como el de relatar, en plan biopic, el auge y la caída (más moral que económica) de un magnate contemporáneo: Mark Zuckerberg.

Como ya hemos dicho, bebe de la fuente de ‘Ciudadano Kane’, en claro homenaje a la misma, estructurándose cuasi del mismo modo. Diría yo que el discípulo supera al maestro. David Fincher nos brinda una versión moderna y acorde al siglo XXI, con una puesta en escena tan llamativa y atractiva como frenética y efectiva. Su poderío visual, su arte de captar imágenes, son el vehículo ideal para meterse de lleno en los entresijos de la construcción de un imperio. Aspectos como la arrogancia, la avaricia, el recelo o el propio desprecio del prójimo, supuran de cada uno de los poros del protagonista, al que cobra vida un sensacional Jesse Eisenberg. Además, el litigio con los creadores de Harvard Connection, pone a tela de juicio la originalidad de su creación, la falta de ética en la misma. Aspecto que resalta todavía más si cabe cuando se aleja del cofundador de la web, Eduardo Saverin, para caer rendido en los brazos de un miserable y osado Justin Timberlake, el Maquiavelo de las comunicaciones, quien da vida al creador de Napster y, por lo visto en el film, uno de los principales apoyos en la extensión universal de Facebook.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
The Motorcycle Boy
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7
8 de marzo de 2012
15 de 16 usuarios han encontrado esta crítica útil
Jack Cates es un grosero detective que un mal día se topará con un par de criminales. Éstos, tocándole mucho las narices, asesinarán a dos de sus compañeros, uno de ellos con la pistola de Cates. El tipo se lo tomará tranquilo, como siempre. Es decir, con malhumor. Aunque sabrá a qué puerta llamar para resolver este lío: Reggie Hammond (sí, el gran Eddie Murphy).

Buena película de acción. Una factura técnica envidiable, de calidad. Nombres como Roger Spottiswoode (Bajo el fuego), Larry Gross (Calles de fuego) o Steven E. de Souza (Jungla de Cristal, Commando) en el guión. Sin olvidar al maestro de la acción, Walter Hill, a cargo de la dirección. Por no hablar de un reparto estelar, con un joven Eddie Murphy llamando a las puertas de Hollywood y un buen Nick Nolte, creando así una de las parejas “policiales” más carismáticas de los años ochenta.

Más de la mitad de las cintas que se producen actualmente en el susodicho género, están a años luz de ’48 hours’. Walter Hill nos sirve un cocktail trepidante, divertido, vertiginoso y creíble. Sabe aprovechar la química resultante entre los dos protagonistas para dar un toque de comicidad a una intriga meritoria que terminará por resolverse a través de una acción bien narrada.

En definitiva… ¡qué tiempos aquellos! Viendo la obra de Hill uno se da cuenta de que el entretenimiento, la cinta convencional de acción, no tiene porque ir de la mano de la chabacanería, la mediocridad o la simple pirotecnia. Ahí están los dorados años ochenta para atestiguarlo.
The Motorcycle Boy
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