Haz click aquí para copiar la URL
Polonia Polonia · Terrassa
Críticas de Taylor
Críticas 702
Críticas ordenadas por utilidad
6
12 de mayo de 2011
105 de 121 usuarios han encontrado esta crítica útil
Fascina a ratos, sí. Pero “Zerkalo” es, con diferencia, la peli más críptica, abstrusa e ininteligible de todas las que he visto de Tarko. Y eso me inhabilita, obviamente, para otorgarle mayor nota. Básicamente porque, por mucho que uno pueda flipar con el apabullante dominio formal del ruso, endiñarle un 8, un 9 o un 10 a una peli cuando no te has enterado de la misa la mitad me parece, sin lugar a dudas, un acto de hipocresía cinéfila del todo inaceptable. Máxime cuando gafapastas de solvencia contrastada como Servadac, con una capacidad de deglución intelectual muy superior a la del resto de mortales, han expresado —por activa y por pasiva— que pelis como ésta “no hay que entenderlas: hay que vivirlas”.

El problema —o mi problema, quizás— radica en que para vivir una peli debo racionalizarla. Al menos, mínimamente. Y aunque entiendo que “Zerkalo” no deja de ser una personalísima autobiografía del cineasta ruso de marras, cuando uno se ve incapaz de interpretar sus geológicas metáforas (aire, fuego, tierra y, sobre todo, agua), la leche, la gallina, la Ginebra de Benci, los poemas de Arseni Tarkovsky o la madre levitando, resulta muy difícil —por no decir imposible— disfrutar plenamente de ella.

Total, que sí, que la prota es muy mona y que todo lo demás muy poético, muy bello, muy místico, muy espiritual y muy anticonvencional. Pero quien afirme ser capaz de discernir el significado de este complejísimo puzzle emocional más allá de la especulación y del puro goce sensorial, miente. Suena tajante, lo sé, pero es mi más sincera opinión. Entre otras cosas porque no creo que Tarko tuviera ningún especial interés en que su complejo testimonio vital fuera precisamente accesible. Ni mucho menos. Es más, yo diría que su particular espejo es, en realidad, un retrovisor. O un retrozérkalo, vaya. Un instrumento de visión limitada y parcial cuyos numerosos ángulos muertos deberá intuir, deducir o recomponer el propio espectador para darle algo de sentido (si es posible) a un reflejo muy bonito pero absolutamente inescrutable.
Taylor
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
8
22 de noviembre de 2007
101 de 113 usuarios han encontrado esta crítica útil
No se me ocurre nadie mejor que el sueco para poner sobre la mesa las virtudes y miserias de un matrimonio pequeñoburgués sin que el producto resultante parezca una charla de consultorio ni una sonrojante exposición de higadillos y demás mezquindades humanas al más puro estilo telebasuril.

Pese a que sus detractores lo suelen tachar de pedante, metafísico y abstruso hasta la náusea, Bergman no hace alarde de ninguno de esos reconfortantes halagos en la peli que nos ocupa. Algo debe de tener este señor para armar entre cuatro paredes, dos actores y casi tres horas de metraje, una tesis matrimonial de magnitudes catedralicias.

Cierto es que Liv Ullmann y Erland Josephson están por la labor y nos regalan un duelo interpretativo de altura. Eso ayuda, como no. También favorece asimilar y/o descifrar mejor el discurso bergmaniano si vas camino de cumplir una década de contrato matrimonial como Johan y Marianne. Como Cristina y yo. Digamos que esa circunstancia ayuda a empatizar o a digerir con mayor fluidez la mayor parte de las eventualidades que nos plantea el film. Tal vez no verifiquemos todas y cada una de las situaciones cotidianas que puedan dar de sí diez años de convivencia, pero a Ingmar no le tiembla el pulso a la hora de mostrarnos de la forma más explícita y cruda posible contingencias tales como la violencia física o psicológica de ámbito doméstico.

Follar como leones resulta beneficioso a todas luces, pero no más que gozar con la misma música, con la misma comida o con los mismos horarios. El amor eterno es tan engañoso y quimérico como la complicidad sin convenio.

Se advierte que confundir “Secretos de un matrimonio” con “Escenas de matrimonio” esta penado con la consumación, certificada bajo acta notarial, de un menâge-a-trois con Pepa y Avelino. Quien avisa no es traidor.
Taylor
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
9
2 de septiembre de 2007
130 de 172 usuarios han encontrado esta crítica útil
Llevo más de quince años a la caza y captura de un western que pueda situarse al nivel de “Hasta que llegó su hora”, la mejor película del oeste de la historia del cine. Incomprensiblemente, hasta ayer noche no había tenido ocasión de visionar “Grupo salvaje”. Increíble, pero cierto. La tenía ahí, acurrucadita en un rincón, como hacemos con un buen vino o un buen whisky. Esperando la ocasión. Esperando ese momento especial para degustarla con placidez y fruición. Anoche descorché y desvirgué “Grupo salvaje”. Bueno, tal vez lo más correcto sería decir que “Grupo salvaje” me metió un par de ostias y me quitó la caraja de encima. Yo que creía que con los spaghettis de Leone ya había visto todo lo que quedaba por ver!!!. Craso error. Peckinpah es mucho Peckinpah. Ahí queda eso.

Por fin me di cuenta a qué se refería la gente con esa manoseada expresión de “crepuscular”. Crepuscular es “Grupo salvaje”. Crepuscular es corroborar que a pesar de esa violencia gratuíta que impregna la peli, que a pesar de esa amoralidad y anarquía que la caracteriza y que a pesar de ese profundo desencanto aliviado a base de putas, risotadas y lingotazos se esconde, subrepticiamente, un férreo código de honor. Un código fraguado a base de sangre, balazos y polvo. El polvo de Mexico. Territorio de inadaptados. Territorio de hormigas y escorpiones.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Taylor
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
6
18 de febrero de 2011
99 de 112 usuarios han encontrado esta crítica útil
Sabe Dios que lo he intentado. Con ésta, con “Pickpocket” y con “Un condenado a muerte se ha escapado”. Pero no. No puedo con Bresson. No hasta el punto, al menos, de flipar con sus pelis. Y no porque sean especialmente complejas o farragosas. Yo creo que es una simple cuestión de “feeling” con su estilo. Un estilo, a mi juicio, exageradamente áspero, frío y contenido. Un estilo que me impide congeniar con sus personajes y que me provoca una sensación de vacío absolutamente desoladora. No sé, igual es eso lo que pretende Bresson. Pero lo que tengo muy claro es que no es eso lo que a mi me satisface. Ni a nivel emotivo ni a nivel intelectual.

Ello no es óbice, sin embargo, para reconocer que el francés es un gran cineasta. Y lo es porque no es fácil seducir al público con un producto tan austero. Con un producto tan desnudo. Con un producto tan puro. Y Bresson, no obstante, lo consigue. No conmigo, por supuesto. Pero sí con cinéfilos que me dan veinte mil vueltas. Y ello me hace pensar que algo hay en ese “respirar hacia dentro” de Bresson. Que algo hay en esa adolescente, en Mouchette, que no he sabido percibir. Algo a todas luces intangible. Algo que está más allá de lo que hace o no hace, de lo que dice o no dice, la propia Mouchette. Algo que, sin lugar a dudas, está en mi propio interior y que quizás, algún día, pueda descubrir. O no.
Taylor
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
7
22 de junio de 2009
97 de 110 usuarios han encontrado esta crítica útil
El problema de leer críticas como las de jastarloa antes de confeccionar la tuya es que todos los argumentos que habías esbozado previamente se van al carajo. Sí, al carajo. Y se van al carajo porque toda esa valiosísima documentación que te aporta el colega altera y ‘contamina’ irreversiblemente tu percepción personal. Aún así, intentaré hacer ‘oídos sordos’ a todo lo que ahora sé y procuraré comentar la peli de Brass de la forma más ecuánime y objetiva posible. Limitándome a teclear mis propias sensaciones. Sin más.

Empezaré diciendo, pues, que “Calígula” no es una peli erótica. Y no lo es porque su contenido carnal no se manifiesta a través de imágenes sugestivas, sensuales, sino a través de imágenes incuestionablemente pornográficas. No discuto que probablemente la idea de Brass era confeccionar una peli mucho más suave, hermosa quizás, pero la versión extendida que yo he visto (tres horas, casi) deja bien patente que la peli es pornográfica. Con argumento, pero pornográfica. El amplio catálogo de prácticas sexuales que la peli de Brass muestra de forma explícita (masturbaciones, felaciones, cunnilingus, orgías, relaciones lésbicas, homosexuales, sadomasoquistas...) es, a todas luces, concluyente. Su carácter abiertamente sicalíptico, sin embargo, no me disgusta. En absoluto. No me disgusta porque tras ese potente fundamento lascivo y obsceno “Calígula” mantiene indemne un espíritu grotesco y teatral que casa muy bien con la propia leyenda de este personaje (enorme McDowell, por cierto) y que me recuerda, inevitablemente, el pollo que montó Pasolini con “Salò...”. Pero, claro, como Pasolini es un artista y Brass, un salido…

En fin, si te gusta el cine de romanos y no te importa ver -entre conspiración y conspiración- alguna que otra bacanal, no te la pierdas. Disfrutarás.

-Niños, ¿Qué estais viendo?
-Una porno, mamá.
-¿Una porno?
-Sí, pero de romanos. Y con argumento.
-Ah, entonces vale.
Taylor
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow