Disfrutable adaptación de un cómic de Hal Foster ambientada en la época medieval, rodada en CinemaScope y protagonizada por un joven valiente e impetuoso incorporado fantásticamente por Robert Wagner.

Al margen de Wagner, el resto del reparto es extraordinario, con personajes bien perfilados dentro de una vigorosa acción cuyas localizaciones en Escocia lucen en todo su esplendor gracias a la luminosa fotografía de Lucien Ballard.

No es una obra maestra, y la trama aunque entretenida no depara grandes sorpresas, abordando recurrentes asuntos como la venganza y la corrupción.
No obstante, la película en su conjunto constituye un valioso ejemplo de cine de aventuras, ofertando buenas dosis de romance, humor y épica.

François Truffaut dedicó este apreciable tratado sobre el amor loco, doloroso y autodestructivo a su compatriota Jean Renoir, referencia clara de su cine al igual que Hitchcock, del que también se revelan influencias en esta película, concretamente de "Vértigo".

Truffaut compone un seductor relato de sumisión amorosa, tremendamente apasionado, cuya atractiva trama aúna cine negro, aventuras, romanticismo extremo e intriga criminal, elementos que sirven al cineasta francés para urdir esta intensa historia y adentrarse en las complejas profundidades del amor, un sentimiento que tanto provoca alegría como sufrimiento en una interesante dualidad que ofrece un sinfín de atractivas posibilidades a su autor.

Lástima que el film se alargue innecesariamente en su tramo final. Se agradecería una mayor capacidad de concisión narrativa por parte de Truffaut, pudiendo prescindir de algunas secuencias y diálogos que no aportan nada relevante a lo mollar de la historia.

Una fría Catherine Deneuve en el esplendor de su belleza física y un Jean Paul Belmondo sacrificado y arrastrado por una perversa pasión amorosa, forman la pareja protagonista de este subyugante film de amor, un amor irracional que conduce a sus protagonistas a través de un recorrido accidentado hacia un futuro incierto e inseguro.

Nota: 7,5

Eloy De La Iglesia convirtió en esta película a Vicente Parra en un psicópata que no duda en matar a quien haga falta con tal de rehuir su responsabilidad en un asesinato fortuito.

La película, con una factura atractivamente cutre, presenta una atmósfera sórdida y asfixiante que le sirve a De La Iglesia de marco ideal para penetrar en la enajenación y el desequilibrio mental de un personaje inmerso por accidente en un viaje sin retorno hacia la locura más demencial y desquiciante.

El director guipuzcoano consigue con este acerado thriller de suspense y terror un turbador relato de contundente violencia, que no esconde arriesgadas (para la época) connotaciones de tipo homosexual en la relación entre el personaje de Vicente Parra y el de un joven Eusebio Poncela.

Una película a reivindicar dentro de la muy respetable filmografía de su autor, además de ser uno de los títulos más escalofriantes a la hora de mostrar el oscuro lado oculto del ser humano.

Tras varios años escribiendo guiones para otros (como el de "La Cabina" de Antonio Mercero o el de "Vida Conyugal Sana" de Roberto Bodegas), José Luis Garci inició su carrera como director con esta "Asignatura Pendiente", una estimable película en estrecha relación con el contexto político y social de su época: la denominada Transición.

La historia, con ecos de "Casablanca" (1942), reúne diferentes matices que viajan de la nostalgia al humor, pasando por el romanticismo o la melancolía, todo ello dentro de una narración bien equilibrada, con una realización sobria y nada presuntuosa.

Otro acierto de la película es la adecuada elección de canciones como "Quince Años Tiene Mi Amor" del Dúo Dinámico o sobre todo la emotiva "Luna De Miel" de Gloria Lasso, perfectamente utilizadas en momentos clave para enfatizar las emociones descritas.

Un buen guión bien orquestado por Garci, su gran capacidad como director de actores, además de una aceptable descripción de personajes y situaciones, configuran el escenario idóneo para el lucimiento de los intérpretes, con un José Sacristán brillante tanto en los momentos más cómicos como cuando tiene que transmitir mayor tristeza o pesadumbre.
También destacan unas magníficas Fiorella Faltoyano y María Casanova, esta última asidua en las primeras películas del cineasta madrileño, quien nos regala con este debut una de sus mejores obras.

Meritorio debut del director Alejandro González Iñárritu, quien con guión de Guillermo Arriaga, entrelaza con gran habilidad tres historias independientes aunque concomitantes dentro de este intenso relato con constante presencia perruna, en el que se dan la mano la violencia, las relaciones tóxicas, la infidelidad, la desigualdad social, el incesto, la desesperanza y la muerte.

Con vestigios del cine de Tarantino y concretamente de "Pulp Fiction" reflejados en su manera de filmar la violencia y en una atractiva factura visual (utilizando técnicas como el gran angular o la cámara al hombro), Iñárritu nos introduce en escenarios angustiosos, opresivos... que reflejan la podredumbre de una sociedad corrupta, hedionda, sacando a la luz muchas de sus miserias dentro de una atmósfera turbia y oscura.

Película rotunda, lúcida, profunda, brillantemente construida, excelentemente interpretada y que se ha convertido por derecho propio en todo un referente del cine mexicano.