Bueno, sin duda esta cosa es uno de los más abyectos, cargantes e insultantes excrementos que me he podido echar a mi miserable cara de imbécil timado en multisala en el último lustro. Una película de propaganda pura y dura. Un vehículo promocional en obvio HD que trata de reclutar a la muchachada incorporando con notable torpeza elementos de FPS, que escatima en gastos, resulta repetitiva, aburre (yo me dormí durante el visionado... literalmente), que hace ostentación de un cast no porfesional harto incapaz, cuyo guión resulta risible y cuyos diálogos, amén de malos de cartón piedra, son dignos e lo más granado surgido en la Golan-Globus.

Una maravilla, vaya.

"El chico"
"Los fantasmas atacan al jefe"
"Mentiroso compulsivo"
"Como Dios"
"Atrapado en el tiempo"
"Qué bello es vivir"
"Estoy hecho un perro"

Y...

"Click"

¿Qué tienen en común todas estas películas?

No hay mucho que decir, salvo que Van Sant consigue empeorar sobremanera el trabajo de Hitchcok repitiendo su película plano a plano.

Los actores están descolocados, el uso del color es irritante y los insertos-de-memoria-antes-de-morir de la víctimas resultan tan risibles como innecesarios.

Un fútil ejercicio de mimetismo cinéfilo postmodernista.

Ni siquiera debería existir.

Bueno, queda claro a estas alturas que contratar a la responsable de Nomadland (un film EXTREMADAMENTE indie) para un blockbuster marveliano fue una mala idea.

Porque aúna dos maneras de ser fallido: cálculo mecánico y pretensiones auteuristas.

-- La primera parte es obvia por muchas razones:

Desde elegir a una cineasta que no pega con el material porque somos-Disney-y-podemos-levantar-un-largo-así-en-piloto automático hasta el diverso cast (tanto que me extraña que no haya un eterno trans, la verdad), pasando por el CGI cansino, las peleas o set pieces propias de una aseada segunda unidad carentes de alma o la enésima cuenta atrás del fin del mundo más vista que el TBO. Y no me olvido de los postcréditos, claro.

Been there, done that. I don´t care.

-- La segunda también resulta aparente :

Un enfoque de los personajes dolido y sin chispa, un guion que se arrastra (falta conflicto, falta progresión dramática, sobran flashbacks, el tono es excesivamente serio y ceñudo y los villanos, más allá de unos feos perros espacial digitales, se echan en alta durante más de la mitad del metraje. También está la ambientación en lugares apartados (que da una sensación de desconexión con ese mundo que los héroes del film tanto parecen adorar pero del que les vemos apartados casi toda la película.

Vamos, que la sensación final tras ver esto, es la de que le han endilgado a uno un largo sin alma, simplista cual episodio de Dragonball Z pero con unas hechuras y pretensiones que no se las salta un Ang Lee en su olvidado Hulk de inicio de los dos miles.

SUSPENSO. Un ejemplo de lo peor que hace el más corporativo Hollywood de hoy en día.

Esta película está hecha de la materia de la que se componen los sueños de infancia.

Un clásico indiscutible del cine de entretenimiento moderno. ¿Los efectos? Pues han envejecido (relativamente: comparen con "Superman returns" y se darán cuanta de lo poco que ha mejorado el tema en treinta y pico años), pero mantienen su encanto.

Y de eso se trata. Eso es lo que no comprende el cine actual, obcecado en el abuso de FX en detrimento de la historia, los personajes y los diálogos.

Porque esta película es pura magia. Impecable en muchos momentos: ese johnfordiano Smallville, la mítica BSO de Williams, la divertida escena repleta de subtexto entre Lois y Clark cuando el Hombre de Acero es entrevistado...