Realmente Tarantino me saca de quicio. No quería ver este film, me resistí mucho tiempo, pero se habló tanto de Christoph Waltz que terminé cayendo en la trampa. No me gustó su personaje, hace una caracterización artificiosa, detalladísima, con todo sorprendente pero di maniera y todo en su lugar, como un actor obediente de lo que hay que hacer para componer un malo de película que pase a la historia. No lo soporté, y ni qué hablar de la película, una ñoñería sádica y tonta a la vez.

Espero se me perdone la broma del título de mi comentario. Es que la película me pareció pésima, increíble, inverosímil e ingenua. Parece hecha para poder -una vez más y van 20- mostrarlo semidesnudo a Sergi López, que aquí se advierte tiene la cola chata.
Una de la larga serie de ladies Chatterley sin gracia, con las sábanas siempre tapando lo que normalmente no se tapa cuando hay intimidad y deseo reales, pero sí se tapa cuando el erotismo es sólo cáscara. El guión es aproximativo, ingenuo, grandilocuente, con un final de película... de película poco imaginativa. En fin..., me pidieron que alargue esta crítica, que no fuera sólo un comentario, pero es difícil hasta rellenar algo de tanta chatura.

La película no está mal, claro que no, pero, a mi modo de ver, no es para nada esa joya de la que hablan todos. Bien actuada, con buenas sorpresas, pero llena de agujeros narrativos, me refiero a la anécdota, no al cine. No se entiende bien a los personajes, además ella satura de sensualidad representada, él de hieratismo, los otros de costumbrismo. La mejor escena es la del gimnasio.

Y entonces estoy viendo "Aquarius", después de "Elle" y "Animales nocturnos", esas pavadas, y me reconcilio con el cine y con la vida.¡Viva Sonia Braga! ¡Viva Brasil!
La terminé de ver pasadas las 3 de la mañana, no podía cortarla. Es una bella película, no es una maravilla, pero es muy bella, porque refleja de un modo sutilísimo la vida brasilera, el entramado complejo de relaciones familiares y sociales, y va pintando un mundo duro, vivo, muy creíble. Me parecía estar allá, viendo cómo se mueven por la vida mis amigos de Brasil, tan distintos a nosotros. Otro mundo. Lo que logra Sonia Braga es asombroso. No se puede dejar de mirarla, porque uno no quiere perderse nada de lo que hace. Y no hace nada. Está, se deja estar, vive ahí en medio de su historia. Su doña Clara es uno de los personajes más complejos y apasionados/apasionantes que vi en mi vida.

Gravedad, Gravity. Más allá de algunos golpes bajos, de la perfección inmaculada del cutis de Sandra Bullock -que por otro lado está estupenda a todo nivel- y de la música excesiva, hace años que no sentía lo que sentí con esta película extraordinaria. Me hizo revivir mi infancia, cuando iba al cine los domingos con mi abuela, cuando todo está a flor de piel y cuando todo es posible, hasta que ganen los indios. Me reconcilió con el cine espectacular, con las sorpresas, con la emoción, con retorcerme en la butaca hasta creer que saldría catapultado como la heroína. Sentía que podía estallar, solo como un perro, en el espacio. Gracias Quarón, y gracias a tu mamá también, que te dio lo necesario para hacernos gozar, sufrir y volver a ser niños.