Malévola comedia negra, con unos concisos puntos de realismo social y de imaginación muy notables. Varios giros de su buen guión consiguen mantener el suspense hacia un final contundente. Me sobra el personaje de Antonio de la Torre (como siempre, muy bien en su papel), porque lo noto exagerado, en un par de situaciones que se pasan de lo creíble. El pesonaje de María León también me pareció un tanto flojo. Pero Javier Gutiérrez está excelente en su papel y cubre la pantalla de incertidumbre. Es una película inteligente que merece la pena ver.

Se pueden desaprovechar a unos buenos actores de muchas maneras diferentes, pero experimentar con un guión, peligroso, para pasar de lo interesante a lo grotesco es, en este caso, una pena. Hay escenas sin sentido (ese hombre corriendo alrededor de un árbol -¿para qué?-) y diálogos sin gracia, trasnochados y pretenciosos. Y todo por querer ofrecer algo diferente y ahogarse en el más ridículo de los despropósitos.

Puede ser que Dani de la Orden explore muchos lugares comunes de la comedia coral, sus situaciones que derivan del caos y la arritmia de las relaciones familiares y de pareja, pero lo hace con tal sentido del ritmo y queriendo de tal forma a sus historias, que todo se le perdona. Sus películas tienen mucho cine dentro y la dirección de actores, además, es excelente. Sabe contar sus historias y, en ésta, superior a la inmediatamente anterior (y parecida en forma, pero no en fondo), cumple el cometido de entretener, emocionar y dejar un grato recuerdo en la memoria. Se merece mejor y más promoción que la que está teniendo tras su estreno; una pena porque es un largometraje con muchos puntos de interés. Bravo por él.

Para los que tengan en mente el listón altísimo que resultó ser "Olvídate de mí",y el semidescalabro argumental de "La ciencia del sueño", aquí nos entrega Gondry su última y genial obra. Sin intentar ser excesivamente pirotécnico, se acerca más a un cine de corte clásico en la manera de contar su historia:una ingenua, sugerente y a veces hilarante consecución de gags, comandados por un pletórico Jack Black,en su mejor papel que he visto yo nunca en una pantalla. He leído que el final es muy a lo Capra:nada más lejos de la realidad, porque Capra la hubiera terminado más "infantilmente" que como lo ha hecho Michel Gondry, que ha optado por un lado agridulce, el mejor de los finales para una historia que le devuelve a la cumbre de uno de los mejores directores de cine actuales.

Embobada nadería acerca de la muerte de un hombre que deja a su mujer (una atontada y plastificada Nicole Kidman) e hija absorbidas por la cuestionable presencia del hermano del difunto. Unos personajes al borde del ridículo y un guión pretenciosamente desasosegante hacen el resto, hasta convertir al largometraje en un absurdo desenlace y en un conjunto embestido por olas de aburrimiento. Todo adornado con imágenes cuya plasticidad desafinan aún más lo olvidable de esta película. Si esto es una película de culto que baje algún replicante de blade runner y la destruya. Nos hará un favor a todos.