Uno de los clásicos buenos de la televisión colombiano es la de nuevo rico, nuevo pobre. Un momento impensable de Bryan y Andrés con sus estereotipos que llevaban antes cuando fueron cambiados por sus respectivos padres hacen pensar de que la vida da vueltas pero se mantiene el estereotipo de Bryan, y que tiene que sortear dificultades, así como Andrés ya como pobre pero cambiando su forma de pensar y sentir.
SIn embargo, Andrea Nocetti que hace el papel de Fernanda Sanmiguel recae en lo obvio y en lo caricaturesco dejando mucho que desear y le baja puntos a la novela. Para rematar, alargaron estúpidamente la historia de que Bryan tuvo un hijo por lo que pasó desapercebido y tendrá que responder por él. Lástima grande que una buena historia tenga alargues sosos con lo que la audiencia se indigna con facilidad.
Los demás actores como Maria Cecilia Botero, Hugo Gómez, Saín Castro, Diana Neira y Andrés Toro con sus respectivos papeles excelentes en las que da mayor coherencia a la historia.

Una derivada animada más, Sheen cuan personaje introvertido en Jimmy Neutrón quiso explorar un planeta al que lo bautizara por su mismo nombre. A la llegada se dió cuenta que se equivocó por que los que lo acompañan en sus aventuras son jartos y sin aporte valioso. Además Sheen hace lo que quiere y todos sus deseos son órdenes. Ahí se tiró la historia para nada interesante y con una sobreactuación tremenda del protagonista.

Debo comprender que si hago una crítica que sea con respeto porque la decencia no pelea con nadie y con argumentos tampoco porque después eso trae problemas. Sin embargo, en esta oportunidad miro que hacer bionovelas de personajes que independientemente son ejemplo a seguir o no, lo continúan explotando a más no poder. Y el turno corresponde a Rigo que no niego que es mi ciclista favorito y saca jugo por su jocosidad y sus ocurrencias, pero también con sus groserías que tanto dice y que hay algunos que no lo aguantan.
Aclaro lo siguiente: las palabras de grueso calibre ("culo", "mierda", "hijueputa", "marica", "putear", "malparido", "güevón", "verga", "gonorrea", "jeta", "puto", "maricón", "pirobo", "garbimba", "cabrón", etc.), es la que uno se acostumbra a escucharlas y las normaliza, mas uno debe tener cuidado con decirlas ya que muchos no lo soportan -especialmente niños y ancianos-. En mi caso, da igual si las menciono o no, de acuerdo a la situación que lidio por lo general que me cause tristeza, rabia e impotencia.
Volviendo con la bionovela, no se debió recrearla ya que su carrera aún no ha culminado. Además, sé que Rigo le tocó enfrentar una difícil situación cuando mataron a su padre en su natal Urrao por paramilitares y mientras vendía billetes de lotería, también la bicicleta es su caballito de batallla para competir y también para hacer sus diligencias y más. Y también la acompañaba su ángel de la guardia que a la vez es su amor Michelle -que al principio sus padres y hermanos no le agradaban, pero finalmente cedieron y entendieron que es su pareja ideal-. No estuvo exento de caídas, lesiones, pájaras, enfermedades y otros eventos infortunados y calamitosos porque son gajes de oficio.
Cómo olvidar cuando ganó la medalla de plata en los Juegos Olímpicos de Londres 2012, los segundos lugares del Giro de Italia (2013 y 2014) y la de Tour de Francia (2017). Pero también ganaba vueltas menores y ocupó podios.
Perdon si me adelanto lo que ocurrirá más adelante que gracias a su talento y a sus locuras por una carrera de beneficiencia como lo es el Giro de Rigo que sirve para recoger recursos, y cómo no invitar a grandes cracks extranjeros para pasarla bien.
El elenco muy normalito y si me pongo a mirar el protagonista como lo es Juan Pablo Urrego lo toma muy en serio y ni qué decir de la muletilla "mijitos" para todo pero termina en una sobreactuación bastante caricaturesca. Diálogos muy simplones, escenarios muy corrientes y tragicomedia en demasía.
Itero, para qué hacen bionovelas de cualquier personaje público si aún no ha terminado su carrera, e inclusive su vida. Y los gregarios conque cuenta en la bionovela no están a la altura y él sólo batallando es muy berraco llegar a la meta con el cansancio ni el "hijueputa". Definitivamente, RCN vuelve y juega con bionovelas "culas" que yo que voy a saber güevón si mejora o empeora su curso. Por ahora, hay que otorgarle medalla de cuero por persistente.

Siento que viendo esta entrañable serie logra mostrar sin tapujos, ni tabúes, ni mucho menos cuentos rebuscados cómo es la vida de Kevin y su familia Arnold adaptándose a las cosas y los hechos políticos, económicos, religiosos y familiares que no pueden ser ajenos a su vida: su padre Jack que fue soldado y posteriormente fue ejecutivo y empresario independiente, su madre ama de casa Norma, y sus hermanos la hippie Karen y el problemático Wayne. Cuando sus padres envejecen o mueren, Kevin, Karen y Wayne hacen sus propias vidas. El punto llamativo es su novia que se conocieron desde chicos Winnie Cooper y que pasaron buenos y malos momentos hasta volverse a ver y posteriormente casados; y su amigo de alma Paul,
Cómo no olvidar de las relaciones interpersonales, de aprender a leer no sólo libros sino realidades que no siempre son color de rosa, de experimentar cosas nuevas entre lo bueno y lo malo con sus respectivas reacciones, de formar equipos y buscar un líder ideal, de compartir en familia, amigos e incluso novios (as). Ganar o perder, pero lo importante adquirir experiencias entre lo básico y lo complejo. Todo se basa en conocer, preguntar, cuestionar, persistir, insistir para así creer, decidir para luego crecer y madurar como personas. Ese es el camino inicial para vivir y dejar vivir.
Actuaciones naturales y un excelente guión a esta serie que vale la pena verlo una y otra vez. Éramos felices y no lo sabíamos. Por lo tanto, recordar es vivir con los años maravillosos para esta sociedad enferma, egoísta, cero empática y que algún día puedan recapacitar y ser una sociedad tolerante y tranquila. ¡Hagamóslo realidad con fé y con voluntad!

Ha pasado más de 32 años que Colombiana de televisión transimitió esta gran serie, y dos años más adelante la adaptó a la película (ver crítica pero en película: Amar y vivir en contra del destino y de la palabra). A comienzos de este año, Caracol televisión trajo esta versión bastante flatulento, con más dosis de violencia, descafeinado, de segunda mano y el elenco que a pesar de que la mayoría es muy conocida no fue contundente.
Empezando por la pareja protagónica que nunca hizo química: Ana María Estupiñán como cantante es preferible verla como actriz, y Carlos Torres no me convence ni como actor protagónico, ni como antagónico porque no tiene carisma. Ni punto de comparación con María Fernanda Martínez y Luis Fernando Motoa que son únicos e irrepetibles.
Segundo, el papel antagónico de Mario Duarte tampoco me gustó y si comparo con Waldo Urrego, Gerardo Calero u Horacio Tavera, de lejos, los mejores malos que he visto en la serie original.
En cuestión de banda sonora, se sabe que la canción fue compuesta por Fabio Salgado más conocido como Estéfano, la versión de música popular no es tan mala pero preferible la versión balada. El punto que no me gustaba ver es que la emisora más guisa que se escucha en Colombia conocida como la Kalle la mandamás se prestó para la promoción y dañó la poca estética de la serie reeencauchada.
De resto, todo reforzado, sin naturalidad, bala y arta, aburría hasta las piedras.
En conclusión, Amar y vivir versión 2020 es inferior a la original -la de 1988 - en todo, obviamente no me la enganché debido a que la original es superior con actores bien escogidos y con un estereotipo creíble. La reencauchada, nada que ver y fue un rotundo fracaso. Insisto como un disco rayado: la original gusta; las segundas, terceras, cuartas.... enésimas partes no gustan. Para todos los gustos, colores, pero ya saben cómo es mi posición.
Y señores de Caracol televisión: a crear productos de verdad y no aferrarse a narconovelas,comedias chimborrias, bionovelas de cantantes y personajes públicos que dejan mucho que desear, y refritos de producciones de éxitos del ayer todo por mantener el confortmismo y el rating. ¡Ya no más!