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Críticas de Melón tajá en mano
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Críticas 113
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
7
11 de mayo de 2012
5 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
En su tercer largometraje el mexicano Gerardo Naranjo aborda todo un drama nacional a través del apasionante y desgarrador relato de Laura Guerrero, una joven aspirante a Miss Baja California sometida a la extorsión de una banda de narcotraficantes. Corrupción a flor de piel y terror en primerísima persona tiñen de angustia una película que gana credibilidad y pierde complejos escena tras escena.

Una vez que el oído se acostumbra al acento, la jerga y los graves problemas de sonido, el espectador asimila que esta no será precisamente una película cómoda. Los primeros minutos garantizan una puesta en escena más atenta a lo narrativo que a lo técnico. La cámara se mueve con torpeza y el foco reacciona tarde. El montaje salva la primera llamada de socorro. A partir de ahí el filme nos transporta a un lugar inhóspito a la vez que fascinante.

Los dos grandes logros de Gerardo Naranjo. El primero: trasmitir al espectador la tragedia y la desesperación de la protagonista desde el punto de vista de la misma. El segundo: crear la atmósfera idónea mediante recursos tan poco explotados como el fuera de campo, empleado aquí con la mayor inteligencia. Van Sant se moriría de envidia.


Son muchas las secuencias que invitan a quitarse el charro ante una película valiente que acusa y señala a los distintos cómplices de una realidad que no por lejana resulta menos abrumadora. Los estímulos de la historia funcionan porque no necesitan más motor que el miedo para echar a andar. La dirección conoce sus limitaciones y se enfrenta a ellas con una sabiduría y un talento que valen su peso en oro.

Tal vez el resultado final ganaría impacto con menos metraje. Al ritmo propuesto le sobra media hora, de ahí que la intensidad decaiga en algunos tramos de la segunda hora. Pese a todo MISS BALA tiene buenas medidas para ser una película modelo. Es cruda, sincera y no entiende de autocensura, aspectos muy a tener en cuenta. Quizá no llegue a grandes pasarelas pero la corona no se la quita nadie. Al menos por la fuerza.
Melón tajá en mano
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Esto no es una película
Documental
Irán2011
6,8
1.013
Documental, Intervenciones de: Jafar Panahi, Mojtaba Mirtahmasb
3
20 de abril de 2012
5 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
El iraní Jafar Panahi estuvo esperando en casa una condena que finalmente no pudo evitar: seis años de prisión y veinte sin poder hacer películas. Una barbaridad propia de un régimen despiadado contra cualquier acto público que se escape del férreo control gubernamental y que abogue por la crítica, el pensamiento y la libre expresión artística.

Panahi, hastiado de la angustiante atmósfera domiciliaria, decidió documentar esos días con la ayuda de su buen amigo Mojtaba Mirtahmas, una cámara profesional y un móvil de última generación. ‘In Film Nist’ (‘Esto no es una película’) es el título de este interesante documento cargado de duras y secas intenciones que utiliza el metalenguaje cinematográfico como puente entre el espectador y la represión del protagonista.

Sostiene Panahi la necesidad de documentar esos días y reivindica la importancia de hacer una película en lugar de contarla. Su filme es un ejercicio de ensayo ingenuo y sarcástico a modo de documental entre el testimonio y la declaración de intenciones. Puede que esté lejos de los métodos narrativos convencionales y que en algún momento podamos ponerlo en duda, pero claro que es una película porque su objetivo es contar y emocionar.

Superado el mal trago de reconocer que la primera media hora es uno de los mayores coñazos que puedan verse en una sala de cine, no cuesta reconocer que Panahi imparte una clase magistral y extremadamente nostálgica de cómo hacer cine partiendo del casi nada. Lo mejor que puede leerse entre líneas es que la represión no está solo dentro de la casa, sino también fuera. Lo peor, sin embargo, es que tarda demasiado en crear interés.

Hay que reconocer que, pese a la dificultad, consigue atrapar nuestra atención durante buena parte del metraje a través del fuera de campo y de muy poquitos elementos vivos o inertes. El plano secuencia final es una absoluta barbaridad, profundamente inteligente y rematadamente divertido. Quizá lo único redondo de una película con demasiados vértices difíciles de franquear.

Puede que ‘In Film Nist’ no parezca una película de verdad y que sin duda merezca un trato especial por el peculiar contexto de su autor, pero lo cierto es que el resultado global apenas logra mantenerse en pie durante sus pocos pero interminables minutos. El cine siempre es grande, sobre todo cuando vuela en libertad.
Melón tajá en mano
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3
20 de abril de 2012
9 de 14 usuarios han encontrado esta crítica útil
Los más golosos recordarán a Lasse Hallström por su hipercalórica 'Chocolat' (con Binoche y Depp poniéndose las botas). A los más nostálgicos nos viene directamente a la cabeza aquella 'What's Eating Gilbert Grape?' ('¿A quién ama Gilbert Grape?') con un Leonardo DiCaprio que ya apuntaba maneras para ser el actor que es ahora.

Mezclando drama y comedia, el director de Estocolmo vive rotundamente estancado en el romance. No hay quien le mueva de ahí porque le tiene ganado el pulso a este tipo de filmes, pero ya hace tiempo que es incapaz de sorprender a nadie, ni siquiera a si mismo.

'SALMON FISHING IN THE YEMEN' ('LA PESCA DEL SALMÓN EN YEMEN') es otra obra correcta en la misma línea que su filmografía anterior y que no aporta nada nuevo al género del dramedia romántico. El guion de Simon Beaufoy (basado en una novela de Paul Torday) tiene diálogos bien abiertos y excelentemente cerrados que funcionan genial gracias al buen trabajo de un reparto que ayuda a que todo suene más fresco, ágil y creíble de lo que realmente significan las palabras.

Emily Blunt y Kristin Scott Thomas alcanzan el notable en sus respectivos roles, pero quienes realmente levantan la película, una vez más, son el señorito Ewan McGregor y su envidiable capacidad para crear interés a través de un personaje que ya hemos visto un millón de veces en otras películas. Perfecto nuevamente. Grande como siempre.

Aunque en esta nueva película de Hallström todo está dicho con una elegancia extrema que resulta agradable a la vista y al oído, "solo" funciona como mero entretenimiento. No logra ir muy lejos porque su argumento no enamora al espectador más entregado. La cinta se va descafeinando y se comienza a mirar el reloj antes de haber cumplido la primera hora.

Ni toda riqueza que desprende su sensibilidad consigue tapar una historia demasiado previsible cuya parte dramática ahoga por completo al acento cómico y ácido presentado en los minutos iniciales. Lo que empieza como una buena película británica se acaba pareciendo demasiado a otra mala película americana. Los giros finales no sorprenden a un espectador cansado de nadar contra la corriente que le arrastra hacia un desierto más vacío de lo habitual.
Melón tajá en mano
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6
13 de abril de 2012
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Poco o nada sabemos del director parisino Xavier Durringer. Sus dos primeras películas pasaron completamente desapercibidas por las carteleras de nuestro país. 'LA CONQUÊTE' (traducida alegremente como 'DE NICOLAS A SARKOZY') puede que cumpla con esa máxima de "a la tercera va la vencida". A estas alturas nadie discute el gran tirón que tiene el presidente de la República Francesa más mediático de todos los tiempos.

Durringer va en serio a pesar del aroma paródico que respira la cinta en diferentes ocasiones, aroma que viene acentuado por la propia figura política de Sarkozy: un hombre capaz de quererse a sí mismo más que a todos los que le rodean y más que a todo un país, un personaje sediento de poder dispuesto a demostrar su gran capacidad de aglutinar identidades extremas de un país desengañado y desorientado. El ego del actual presidente es tan infinito como insaciable, pudiéndose llevar por delante a quien sea hasta conseguir su cometido.

Si bien es cierto que el inicio de la cinta es titubeante y que cuesta aceptar el fundido a negro como herramienta de transición entre escenas, la película se solidifica gracias a un relato fidelísimo de los hechos en cuestión y a un magnífico Denis Podalydès, capaz de calcar con absoluta precisión la actitud, los movimientos y la forma de hablar del mismísimo Nicolas Sarkozy.

'La Conquête ('De Nicolás a Sarkozy') puede ser una buenísima lección de marketing político, arte contemporáneo que no conviene confundir con el sentido más puro de la acción política. Aquí están los chanchullos de un señor bajito que tiene entre ceja y ceja ser llegar a lo más alto, pero también están los entresijos de un sistema contaminado por unos medios de comunicación que se arrodillan ante cualquiera con tal de conseguir un titular.

La consistencia del filme radica en la relevancia del propio Sarkozy, cuyo perfil resulta fascinante para la ficción, se compartan o no sus ideas y la forma en que plantea las mismas. La gama de grises del personaje es riquísima y funciona en la pantalla desprendiendo un magnetismo de lo más detestable. Aunque la cinta da una visión muy exacta de los hechos, en ocasiones su ritmo es tan decadente como los representantes de una primera línea política que funciona más por defecto que por méritos propios.

La nítida fotografía que Durringer saca de Sarkozy es además un claro reflejo del vacío imperante en la clase política francesa (extensible a otros países y al nuestro por descontado), más centrada en discursos atrapa-votos que en su afán de transparencia. La Francia de hoy es un país hecho a la medida de Sarkozy, representante absoluto del populismo más rancio y de la pura fachada en su sentido más amplio. La película ilustra y entretiene al espectador aunque no tendrá el mismo peso en la historia que su protagonista.
Melón tajá en mano
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9
12 de abril de 2012
8 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Son escasas las lecciones morales e intelectuales que calan en la conciencia del espectador medio español, el cual sospecha sistemáticamente de las oscuras intenciones de cualquiera que trate de poner en tela de juicio sus principios vitales. Si además ese cualquiera en cuestión es francés, todavía lo tiene más difícil. Hay pocos públicos tan prejuiciosos como este de aquí.

Menos mal que a Robert Guédiguian todo eso le trae sin cuidado. Está claro que un cineasta tan contundente como él no aspira a agradar a la masa sino a los ojos atentos del espectador universal, siempre dispuesto a mirar más allá de un cartel, unos nombres o una promoción.

El director de Marsella vuelve a excavar con las herramientas precisas en el profundo subsuelo de matices que guarda el acontecimiento de haber vivido: sus dudas, renuncias, desencantos, miserias, alegrías, pequeños placeres y luchas incansables. Guédiguian logra la excelencia una vez más con 'LES NEIGES DU KILIMANDJARO (LAS NIEVES DEL KILIMANJARO)'. Qué necesaria es esta película en estos tiempos de falta de entusiasmo general.

Su duodécima película se muestra con una naturalidad extrema y una calidez humana abrumadora. El magnífico inicio precede a un segundo acto muy hermoso que, a su vez, abre la puerta a un último tercio absolutamente encantador. Es difícil saber en qué momento el espectador decide entregarse por completo a tantísima ternura.

Ariane Ascaride y Jean-Pierre Darroussin son algo más que los protagonistas de 'Les Neiges du Kilimandjaro (Las Nieves del Kilimanjaro)'. Guédiguian hace de sus personajes una radiografía perfecta de toda una generación que disfrutó de los derechos sociales ganados por sus padres y cuyo valor no han sabido trasmitir a sus hijos ni defender políticamente mediante principios que no han aplicado a sus vidas. Da gusto ver a Ascaride y Darrousin interpretar a la perfección personajes tan ricos, tan nuestros y tan de todos. El resto del reparto no está por debajo de ellos en ningún caso.

Guédiguian construye un relato tan minucioso como autocrítico sin engatusarnos con detalles sin importancia. Una película hermosísima que va donde tiene que ir sin detenerse en aspectos insignificantes. Camina con firmeza, convicción, inteligencia y un alto sentido de la honestidad hacia sus principales reivindicaciones. Una: el amor y la amistad como los grandes pilares de la felicidad; y dos: mientras el hombre sigue pensando en cómo hacer la revolución, la mujer ya ha dado el primer paso hacia la misma.
Melón tajá en mano
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