Espectacular mediometraje que es capaz de llevarnos a un viaje a las estrellas. Nos enseña las dificultades que desde un principio ha tenido el telescopio espacial y la primera y la última de las visitas del "servicio de mantenimiento y reparación", pero no es lo fundamental.

Las imágenes tratadas para poder ver la belleza de la densidad de gas son impresionantes, nos muestran en tres dimensiones los acontecimientos que tienen lugar en el universo. Dejas de percibir los abrumadores números, no son más que ruido, poco importan ante la fascinante nebulosa de Orión, o el cúmulo de Virgo y la supermasiva M87.

Poner un ojo tan importante en el cosmos nos obliga a una continuación en la investigación del universo.

Dice Boaz Yakin en una entrevista que esta película la han financiado (con sus ahorros) él y su mujer ya que fue difícil encontrar ayuda. Ese empeño apunta a la intención de hacer un film personal, de autor, para así poder decir cosas como "It is the most personal movie I've ever made". Ya te digo.

En ocasiones no sabía si estaba viendo Hostel a lo light o La decisión de Sophie a lo Emmanuelle.

Los actores, todos, están bien. Algunas frases son candidatas a aforismo del tipo "cáscara amarga". Y estas dos cosas son las únicas salvables de la película.

Cuando no se manejan bien los signos ni los símbolos salen cosas como esta. Esto es: el hombre quiere explorar en el dolor, en el sadomasoquismo, en el holocausto metaforizado y traumatizante, en la familia y su autodestrucción, para concluir que el ser humano tiene una relacion sadomasoquista con su propio dolor.

Espero que recuperen los ahorrillos, que la cosa está muy malamente. Aunque por mi parte, en realidad, me importa un bledo, al fin y al cabo ha hecho "su film más personal" y eso es motivo de satisfacción.

Por si no ha quedado claro, suspendo esta película. Además el affiche seguro que le ha encantado a Boaz Yakin.

Yisas Craist!

Película basada en el libro de Roméo Dallaire "J'ai serré la main du diable", Comandante de la misión de asistencia de las Naciones Unidas para Ruanda.
El contacto directo con la barbarie, la inutilidad de la ONU, las eternas secuelas de la colonización definen un relato que si bien es parte -trágica-, de la biografía de Dallaire durante 1993-94 y puede que sirva para exorcizar su dolor como testigo directo de la matanza no llega a los niveles de Hotel Rwanda.
Fílmicamente no aporta nada nuevo: Objetualización de la muerte y, personalmente, a Roy Dupuis no me lo llego a creer.
Válida como documento biográfico. Poco más.

Con ganas de ver una rareza de esas que hay por ahí he acabado viendo esta supina castaña pilonga. Mea culpa, mea maxima culpa.

Véase (si se tiene la estúpida paciencia que he tenido yo) con gafas de sol por la saturación de colores.

¿Qué podría decir yo de esta chorrada de peli? sólo desahogarme, permítaseme ¡¡¡¡MIERDA!!!

Ya me siento mejor.

Quien quiera saber qué cuenta Pola X tendrá que leer el libro de Melville sin remedio porque Carax sencillamente ha "estropeado" el libro, al punto que nos encontramos ante un relato cinematográfico confuso, caótico y que no hay Dios que entienda, porque Carax se come cosas importantes ¿que por qué lo hace? porque le da la gana. Como es su libro preferido de juventud se lo conoce muy bien y, después de un tiempo largo de sequía, retorna con esta película (en mala hora).

Voy a reconocer (sin entusiasmo) algunas cosas como la división estilística en la escenografía, en otras palabras: La estética romántico-edulcorada de la primera parte contrastada con la oscura y hasta gótica de la segunda. Reconozco también ciertos momentos como el relato de Isabelle en ese largo deambular de zombis en el bosque y ... se me acabaron las cosas a reconocer. Recapitulando: pequeños destellos momentáneos pero vacíos (y todo porque querer ver la enjundia al tal Carax por ser tan 'maudit' él, pero nada, no hay manera).

En ocasiones nos enfrentamos a verdaderas tonterías (porque no quería escribir gilipolleces que si no) en la cinta a medio camino entre lo grotesque y lo 'rigolesque' (palabro éste que me acabo de inventar ahora mismo). La película está vacía, para qué engañarnos.

Carax se mira a sí mismo, se cuenta a sí mismo la película, la hace para sí mismo
y una y otra vez me pregunto que por qué omite las fracturas, los momentos, los cismas que llevan a Pierre al submundo y sólo me respondo que porque le da la gana y eso me cabrea mucho. (Vaya movidón monta con la ensoñación de Pierre ¡si es que!)

Guillaume se aplica sobre todo en darse golpes a la desesperada, Catherine tan Deneuve como siempre.

Y luego topicazo 'extreme' al canto, affiche a lo Courbet y momento cámara fija más courbetiano todavía en 'el origen del mundo'

Y con la buena disposición que empecé a ver la peli (palabra).