Hay que tener un par para filmar esto. Para coger la historia de uno de los videojuegos de recreativas más bestiales de la historia y hacer esto.

Hay que tenerlos bien puestos para pillar cada pantalla del videojuego y cascarla en la película como si tal cosa. Hay que tener los huevos muy grandes para encima trasladar la historia a una isla donde unos pijos celebran una super fiesta. Y encima intercalar imágenes del videojuego en un vago intento por rescatar la nostalgia que sentimos hacia esa maquina de disparos que tantas tardes nos hizo disfrutar.

Hay que tenerlos como dos pelotas de tenis para vestir a zombies de Lacoste y hacerles que den saltos en trampolines que encima se ven. Y bañar todo esto con tralla Techno que dan ganas de suicidarse.

Hay que tenerlos muy bien puestos para que después de hacer esta basura vayas a pedir los derechos a los creadores del World of Warcraft, que por supuesto te dieron con la puerta en las narices tras haberse partido de risa en tu cara durante un buen rato.

Enhorabuena Uwe. Te acabas de convertir en el primer ser humano con los huevos cuadrados.

Se comenta en el mundillo del séptimo arte que los actores, mejor dicho, los buenos actores (los muñecos, que diría algún director años ha, como el maestro Buñuel), se pelean para que, en las escenas en las que están presentes un buen número de personajes, les den la menor cantidad de frases posibles. Suelen colocárselas a los interpretes noveles, que las reciben con la ilusión de un niño con zapatos nuevos. Pero lo que no sabían aquellos jóvenes aspirantes a estrellas cuando recibían tal regalo es el poder que tiene un buen contraplano. El montador no dudará en sacar la reacción de la estrella antes que a un novato recitando una frase que podría decir cualquiera de los personajes presentes.

Lo que no podían esperar ninguno de los actores que componen el reparto de Phenomena es que la que les robara a todos las escenas fuera un animal de la interpretación, literalmente. Ni King Kong, ni Moyo, ni la mona Chita. La primate de esta película transmite más con sus ojos que cualquier estrella de Hollywood. Podemos ver en ella la devoción que siente hacia su amo, la angustia cuando él sufre, e incluso la ira en momentos cercanos al desenlace, donde se le reserva un papel crucial. No había visto cosa igual desde hace años. ¡Que digo, en toda mi vida!.

De verdad, para no perdérsela.

Romper la cáscara de una tozuda es jodido. Y más si el que intenta dicha hazaña es también de armas tomar.

Llevarle la contraria a un marisabidillo es jodido. Y más si la que intenta esa proeza también es del club de la última palabra.

Convencer a alguien que cree que mientes de que se equivoca es jodido. Y más si el que lo intenta es demasiado orgulloso para dar explicaciones.

Romper el corse de un estirado (y más si es de un inglés dieciochesco) es jodido. Y más si la que intenta dicho reto odia los convencionalismos sociales.

Pero una vez que el orgullo y los prejuicios son echados abajo por algo tan simple y humano como el amor, los obstáculos desapareceren y Lizzie y el Sr. Darcy por fin pueden observar sus verdaderas caras, fuera de los usos sociales tan estrictos de la época.

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La película podría haber caído en el tufillo del culebrón pero no lo hace por diversas causas:

La narración, llena de ese humor sutil tan típico de los ingleses que hace que el aburrimiento nunca aparezca.

Los personajes, perfumados con esa doble moral de la burguesía inglesa de la época. Un gesto dice más que mil palabras.

Localizaciones reales en fincas inglesas que le dejan a uno con la boca abierta.

Una fotografía naturalista preciosa que huye de los focos siempre que puede para dar paso a la luz de El Sol.

Una dirección simplemente soberbia, con unos actores que están a las altura y unos planos- secuencia preciosos marca de la casa Wright, que lleva paso de convertirse en un realizador a tener muy en cuenta en este nuevo siglo.

Si te la enchufa la novia no protestes, te gustará. Un placer para los sentidos.

En América...
...se comete un robo cada 11 segundos. Un robo a mano armada cada 65 segundos. Un crimen violento cada 25 segundos. Un asesinato cada 24 minutos......y 250 violaciones de mujeres cada día.

Madre mía, se le quitan a uno las ganas de no pisar los Estados Unidos ni para mear. Menos mal que esta Marion Cobretti (líder de la patrulla de los zombies), que igual le da matar a un psicópata que se ha atrincherado en un supermercado que a la secta de los carniceros (por favor, prestad atención al baile de las hachas, no tiene precio).

Así va Marion por la vida. Es un tipo duro que se defiende el mismo, porque claro, ¿Quién carajo le va a defender de los millones (y millones y millones y millones...) de delincuentes que hay por ahí sueltos si la policía no llega a tiempo?. Pues su revolver tuneado, claro esta. Esto me suena a un tal Charlton Heston y una asociación de amantes de las armas que presidía... Sin duda una de las películas más fascistas de la era Reagan.

Además, entre tiro y tiro, Cobra tiene tiempo para ligar con Brigitte Nielsen (antes de que se fuera a vivir al gimnasio). Buenísimas sus bromas para hacer reír a la muchacha (¿Tiene salvavidas? Esa patata frita está ahogándose). Por no hablar de las persecuciones marcha atrás disparando a los malos, sus frases de chulito de barrio (“el crimen es una plaga, y yo soy el remedio”) o la cerilla que masca cual palillo durante toda la película, que desde el primer momento que la vi tuve claro que acabaría sirviendo para prender fuego a alguien.

Y es que, si hay algo seguro en esta vida, es que si Stallone firma el guión de una película de acción (Acorralado II, Máximo riesgo,...) va a haber risas por un tubo. No hay nada mejor para un domingo de resaca.

¡Dios bendiga a América y a Sylvester!

¿Y lo bien que se lo pasa uno viéndola?. Los argumentos de las pelis de serie B de los ochenta son para enmarcar. Son las típicas ideas que se te ocurren cuando llevas 10 horas de cañas con los amigos: Oye, a que estaría guapo una peli sobre un policía maníaco que se carga a todo quisqui ¿Qué no?. Dicho y hecho.

A los cinco minutos de haber terminado de ver esta película esta demostrado que sólo te acuerdas de dos cosas: de las ya mencionadas locuras argumentales y de sus diálogos ("Gina,no estoy aquí para hablar de amor, sino de muerte..."). No se si esto hay que agradecérselo a los dobladores o a los guionistas, sea quien sea GRACIAS.

¿Y qué me dicen de las actuaciones? Me gustaría saber de donde sacan a estos actores porque son la leche. Seguro que el tal Tom Atkins (el típico actor que siempre provoca la misma reacción cuando sale en pantalla: "me suena su cara...¿ Éste no salia en aquella película... ? Sí hombre sí, al que lo matan a los 5 minutos como se llama...") vio que le habían dado su primer protagonista y ni se leyó el guión. ¿Y los gritos de la novia y la cara del Maniac Cop? Yo les daba el Oscar sin pensármelo dos veces. Mención aparte la música (¿No es la misma en todas?) y la no-iluminación.

En fín, que estoy harto de ver películas mediocres, con estas por lo menos me parto el culo. Lástima que la serie B prácticamente haya desaparecido.Que se le va a hacer, habrá que conformarse con Cuenta Atrás...

PD: Navegando por la red he leído que Jake La Motta, el boxeador en el que esta inspirado "Toro Salvaje", hace un cameo. A ver quien le encuentra...