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España España · Santa Margarida i els Monjos
Críticas de Víctor Baylach
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Críticas 58
Críticas ordenadas por utilidad
8
8 de junio de 2023
17 de 25 usuarios han encontrado esta crítica útil
El 99% de la crítica: Sony Animation consiguió revolucionar el cine de animación con “Spider-Man: Into the Spider-Verse”, es imposible que vuelva a conseguirlo.

Sony Pictures Animation: Sujétame el cubata.

Poca es la fe que le tenemos al maquiavélico estudio cinematográfico de Sony cuando de Spider-Man se trata. Desde su ya lejano y conflictivo acuerdo con Marvel Studios, los fans nos olíamos a chamusquina las intenciones de Sony al compartir a medias tintas con el UCM a su personaje estrella y que adquirió al comprar, de la casa de las ideas, sus derechos cinematográficos a finales de los 90 para que ésta no se fuera a pique. Y es que solo hace falta ver para creer: “Venom”, “Venom: Let there be Carnage”, “Morbius”, excusas muy mal argumentadas para conectar sus proyectos, y un sinfín de películas anunciadas que cada una suena más ridícula que la anterior, solo para meter mano a los bolsillos de los que aún sueñan con ver una buena adaptación de sus personajes favoritos. Pero de entre tanta oscuridad, en 2018, brilló un destello de luz. Una luz de la mano de Sony Pictures Animation que rápido fue creciendo, colorida, enérgica, animada, y de la que surgió la soberbia “Spider-Man: Into the Spider-Verse”, una película de animación revolucionaria, única, creativa, colorida, comiquera, audaz y tan frenética como fresca, con unos personajes que rebosan carisma y un guion muy bien escrito; muy separada de los aburridos y simples live action que Sony nos ha ofrecido estos últimos años.

El público quedó maravillado con Miles Morales, aquel chico de Brooklyn que corría la misma suerte que Peter Parker y que por las malvadas hazañas de Wilson Fisk, conocía a las versiones de Spider-Man de otros universos con los que viviría una peligrosa aventura a la vez que hacía un acto de fe y se convertía en un nuevo Spider-Man. Han pasado 5 años desde que se nos cayera la baba, y con unos diseños y técnicas de animación que ha inspirado a varios proyectos de otros estudios de animación, con un Oscar a mejor película de animación bajo la manga, y con el honor de ostentar una de las mejores películas del trepamuros, Sony Pictures Animations nos trae a día de hoy “Spider-Man: Across the Spider-Verse”, secuela que promete ser aún más grande que su anterior, construida como una gran historia dividida en dos, al confirmar que viene atada a una tercera parte (“Spider-Man: Beyond the Spider-Verse”) y que llegará el año que viene. Así que, si, las expectativas están por las nubes.

Tras reencontrarse con Gwen Stacy, el Spider-Man de Brooklyn se verá catapultado a través del Multiverso, donde se encontrará con un equipo de Spidermans encargados de proteger su propia existencia. Pero cuando los héroes se enfrentan sobre como manejar una nueva amenaza, Miles se verá enfrentado a las otras Arañas y deberá redefinir lo que significa ser un héroe para poder salvar a la gente que más quiere.

Si su precuela ya era audaz en sí misma, “Across de Spider-Verse” pretende ser aún más grande. Si bien parece seguir con el mismo patrón, con su espectacular animación y una acción que sigue manteniendo todo aquello que la hacía única, con imágenes frenéticas y enérgicas, repletas de detalles y estilos, onomatopeyas, viñetas, bocadillos de texto y texturas de un mismo cómic; remarca, si cabía aún más, sus diferentes estilos de cómic, su técnica en stop motion, sus colores, sus texturas y sobretodo su narrativa visual. Un estilo visual que satura la pantalla pero que nunca llega a saturar nuestras cabezas, a nos ser que sufras de epilepsia fotosensible. Gracias a una maravillosa dirección, todo su conjunto es aprovechado para profundizar y desarrollar más en sus personajes, en especial a Miles y a Gwen, usando estilos mucho más pintorescos para diseñar sus escenarios más íntimos y, a partir de sus diseños y colores, sientas las emociones de nuestros protagonistas, tanto en sus escenarios cerrados (sigo enamorado de todas las secuencias en la casa de Gwen), como en sus escenarios más abiertos donde encontraremos grandes planos de exteriores preciosamente encuadrados, como aquel donde la pareja protagonista están sentados al revés, enfrente de toda la ciudad de Nueva York, y que a más de uno le gustaría tener como fondo de pantalla.

Si bien Miles es el protagonista de la cinta, con una evolución de personaje considerable al mantener una confrontación entre el deseo de querer mantener sus dos vidas y la responsabilidad de proteger a los suyos, un arco al que brilla junto a sus padres, el guion decide desarrollar también a Gwen Stacy. Era innegable que en “Into the Spider-Verse”, tanto Gwen como Peter B. Parker destacaban como unos personajes secundarios muy prometedores, teniendo el segundo una mayor influencia. Así que en su secuela deciden indagar más en la personalidad de Gwen, sus vivencias, emociones, y su conflicto paternal, para así junto al arco familiar de Miles, se desarrollen ambos personajes y entiendan el verdadero sacrificio de ser un trepamuros. Peter B. Parker, a pesar de tener un peso menor, también goza de sus momentos de gloria, manteniendo su carisma y su figura de mentor. A ellos se les unen otros personajes carismáticos como “Spider-Punk” o “Hindi-Spider” que se comen la pantalla cada vez que aparecen. Miguel O’Hara (AKA. Spider-Man 2099), hace de un buen antagonista, con quien comprendes sus razones a pesar de su conflicto con Miles, pero él no es el villano, no, ese papel se los dejaremos a “La Mancha”. ¿Y ese quién es? Bah, será solo el villano de la semana. Error querido lector, pues de la misma manera que Miles creía que no supondría un problema mayor, el villano crece y crece hasta ser una amenaza imposible de frenar. Así que ¿cómo narices podrás hacerle frente, Spider-Man?



CONTINUO LA CRITICA EN APARTADO DE SPOILERS SIN NINGUN COMENTARIO QUE DESTRIPE LA TRAMA.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Víctor Baylach
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8
18 de agosto de 2019
15 de 21 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tarantino vuelve con una representación personal del cine y la ciudad de Hollywood de finales de los 60, llena de referencias a la cultura Pop del momento, relacionándola con el movimiento Hippie más crudo de la familia Manson. Todo des del punto de vista de Rick Dalton y Cliff Booth, un actor de segunda y su especialista de acción, que viven en sus horas más bajas, eclipsados por la sombra de grandes estrellas como Sharon Tate y Polanski.

El director cambia la fórmula, saliendo de su zona de confort, con un argumento y ritmo más llano, lento, madurado y menos violento, abriéndose a nuevas aspiraciones y objetivos. Para ello, cuenta con un magnífico Leonardo DiCaprio, y un soberbio Brad Pitt, que comparten pantalla juntos por primera vez, y no puede haber más química entre ellos; Margot Robbie cierra el triángulo actoral enamorandonos en su papel de Sharon Tate.

En definitiva, ofrece su película más desvinculada a las demás de su filmografía, mostrando una evolución creativa y personal. El resultado es un film más que disfrutable, divertido e innovador. Puede que para el más seguidor de la marca del cineasta sea insuficiente, pero es un film más que notable, atrevido y que muestra el crecimiento del director.
Víctor Baylach
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5
23 de julio de 2021
14 de 20 usuarios han encontrado esta crítica útil
Por fin, después de más de un año de retraso, Marvel Studios estrena en la gran pantalla la Fase 4 de su extenso universo superheroico, saldando la deuda pendiente que tenía con sus fans y con el personaje femenino más emblemático del UCM. Tarde Marvel, tarde, pues nuestra Viuda merecía su propio reconocimiento por los entonces de aquella ya lejana Fase 2 y (como soñar es gratis) con una posible y jugosa secuela en la definitiva Fase 3. Pero mejor tarde que nunca, y el desenlace de la Saga del Infinito sirve como excusa para venerar al personaje, aunque el golpe de efecto sea menor.

Sin ser otra historia de origen, y recogiendo las bases ya cimentadas del personaje, el estudio nos sitúa al punto y aparte entre “Captain America: Civil War” y la notable “Avengers: Infinity War”, recuperando a una Natasha Romanoff fugitiva por los acuerdos de Sokovia. Refugiada del mundo, se verá obligada a retomar crudas historias de un pasado que creía ya cerrado junto a una familia disfuncional fuera de las miradas de sus amigos vengadores.

A pesar de la demora, la emoción tampoco era demasiada, teniendo claras las posibilidades del personaje, uno no espera una cinta insólita repleta de sorpresas. De esta manera “Black Widow” se deja ver de manera cómoda y se disfruta sin exclamaciones, siendo una película sencilla y de costumbres, pero bien narrada, argumentada y respetando las lógicas de su propia historia. Scarlett Johansson saca la mejor versión de su personaje ya que por fin tiene la oportunidad de hacerlo. David Harbour y Rachel Weisz hacen de sus entradas al UCM correctas pero sin sobresaltar, siendo el primero un “Red Guardian” cómico pero con su corazoncito, y de la segunda el cerebro de equipo. Pero si el protagonismo es de Johansson, quien destaca por encima de todos es, incuestionablemente, la prometedora Florence Pugh como Yelena Belova, asesina innata y frágil hermana que nos ha conquistado a todos y de la que necesitamos ver más.

Cine de acción, con pinceladas de thriller de espías, ficción y dramas familiares, que cumple sin destacar, ni lo pretende. ¿Decepcionante como a muchos? No en mi caso, ya que incluso en el momento más cuestionado sigue guiándose por las lógicas de sus propias normas (si, hablo de Antonia).

Sencilla, cómoda y entretenida, aunque escasa para los más fans y algo fría como reconocimiento hacia al personaje. Un capítulo más en este extenso universo cinematográfico que poco deja entrever de su ya presente y consecuente Fase 4 y que seguiremos consumiendo en masa, porque si algo se hace bien, funciona y hay buenas historias que contar; ¿porque parar ahora?
Víctor Baylach
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El deseo de Robin
Documental
Estados Unidos2020
6,2
732
Documental, Intervenciones de: Robin Williams, Susan Schneider
6
14 de febrero de 2021
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Deberían ser sobre las diez de la mañana, recién levantado y desayunando escucho por las noticias que el actor de 63 años Robin Williams fallecía supuestamente a causa de un suicidio. Me quedé mudo durante un rato y triste todo ese día de agosto, recordando a aquel Peter Pan adulto y empresario con teléfono en mano, dispuesto a recuperar a sus hijos del malvado Hook al grito de bangarang; a Alan Parrish volviendo a su casa después de años desaparecido, con barba espesa despeinada y cabellos largos y grasos, vestido con plantas y pieles; o la magia que desprende la voz del alegre genio azulado de la lámpara.

No tardaron en aparecer habladurías sobre si Robin padecía de depresión, que se suicidó por su problema con las drogas, que si era un enfermo esquizofrénico bipolar, que si realmente no era como aparentaba y tan solo era un payaso triste. Con el tiempo salió la respuesta, Robin padecía de demencia con cuerpos de Lewy, una enfermedad neurodegenerativa que ataca a tus funciones cerebrales afectando a la memoria, humor, sueño, atención, movimiento, etc. un diagnóstico tardío que él nunca llego a conocer, con el que sufría más y más a cada nuevo síntoma, como Parry, trastornado por culpa de una cagada radiofónica perseguido por sus miedos en forma de caballero rojo.

En “Robin’s Wish” su mujer, familiares, amigos, vecinos y sus últimos compañeros de trabajo recuerdan a Robin tal y como realmente era, un hombre extraordinario con una mente rápida y brillante que te hacía reír a carcajadas, recordándo tanto al Dr. Adams, luchando contra la medicina conservadora armado con la risa para hacer sonreír a los que sufren, o al psiquiatra Sean Maguire con quien, ayudando al joven Will Hunting, aprendemos que el éxito de la vida se mide en cuanto has vivido y no en cuanta fama tienes.

Un tributo humilde y respetuoso de Robin y su íntima y silenciosa lucha final, narrada por sus seres queridos y acompañada por un aporte científico que ayudan a entender su enfermedad y su sufrimiento. Un documental que se deja ver con interés y casi con un nudo en la garganta, con el que despedimos al son de Carpe Diem y de pie en la mesa a quien siempre será nuestro capitán.
Víctor Baylach
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7
15 de diciembre de 2022
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un año ha pasado ya desde que senté mi culo en la butaca de mi cine favorito para deleitarme de la última aventura del hombre araña. Una película que no era (ni es) otra historia del montón de las muchas tantísimas que conforman este universo cinematográfico de Marvel, y que a día de hoy termina su ya Fase 4. Esta película venía a dar cierre a la controversial primera trilogía del trepa muros protagonizada por Tom Holland, dirigida por el no muy destacable Jon Watts y que compartía universo con sus amigos los Vengadores. Pero no solo era eso lo que estaba sobre la mesa. Con un ambicioso argumento que prometía traer de vuelta a personajes súper queridos de las otras dos sagas cinematográficas de Spider-Man y de nuestra infancia y adolescencia, se le sumaban una cantidad desmesurada de teorías de los fan, que no solo pedíamos, sino que exigíamos lo imposible. Si a esto le añades ciertas filtraciones desmentidas por sus propietarios… el mundo de los más frikis sucumbía en el hype más absoluto, y no señores, no se trataba de una película más, sino de todo un evento.

Entonces, ¿Que estoy haciendo perdiendo el tiempo escribiendo de algo que hace ya un año que dio lugar? Dicen que mejor tarde que nunca, pero esta respuesta no me vale, así que espero que esta “critica” de su contestación a la pregunta.

Tratar de hablar de ella un año después sin hacerlo abiertamente es una tarea casi absurda, pero por si cabe la posibilidad de que algún despistado fan del trepa muros no la haya visto… ¿a qué c**o esperas? Para poder disfrutar al máximo de esta película, te recomiendo encarecidamente haber hecho los deberes y ver sus dos saga anteriores: la trilogía de “Spider-Man” de Sam Raimi protagonizada por Tobey Maguire, a quienes llevamos todos en nuestro corazón, y las dos de “The Amazing Spider-Man” de Marc Webb protagonizada por el queridísimo Andrew Garfield a quien no supieron aprovechar su talento en unos guiones más bien flojos.

Los acontecimientos de “Spider-Man: No Way Home” se remontan justo al final de su predecesora “Spider-Man: Far From Home” (si, junto a “Spider-Man: Homecoming”, esta trilogía no destaca por la epicidad de sus títulos), justo en el momento que el villano de las alucinaciones y de pecera en la cabeza, AKA Mysterio, filtraba a todos los medios la identidad secreta de nuestro héroe. La vida de Peter Parker es un auténtico caos, desenmascarado y acusado de asesinato, le resulta imposible separar su vida como Peter y como Spider-Man, motivo por el que tanto él como sus más cercanos sufren las peores consecuencias. Decidido, recurrirá al Dr. Strenge para que, con el uso de su magia, la ciudad entera olvide su identidad secreta. Pero un error en el hechizo abrirá las puertas del multiverso atrayendo a enemigos de otros universos con los que nuestro vecino y amigo tendrá que hacer frente.

Centrada en los personajes de esta última trilogía, pero trayendo de vuelta a nuestros queridos villanos de tiempos pasados, (el Duende Verde de Willem DaFoe, el Dr. Octopus de Alfred Molina, Electro de Jamie Foxx, Sand-Man de Thomas Haden Church y el Lagarto de Rhys Ifans), la nostalgia estaba asegurada. Pero si a algo le temíamos era que, a pesar de su audacia, la historia no fuera a ser lo suficiente coherente y patinara en sus ansias de mostrar cameos. Por suerte, solo fue así a medias. En la dificultad que supone, el guion se esfuerza en intentar ser lo más lógico, respetuoso y coherente posible en relación a sus sagas anteriores. Se nota las ganas de hacer un “Fan Service” lo mejor posible sin que ello implique contradecirse con lo ya contado. Cierto es que patina en ciertos aspectos que gustosamente trataré en el apartado de SPOILERS, pero en su mayoría son hechos que no molestan el disfrute de la película; excepto uno, que me resulta imperdonable.

“Spider-Man: No Way Home” no es perfecta, ni mucho menos, tiene sus pros y sus contras, pero ello no la hacen ser desmerecedora de ser el mejor final de trilogía posible; con la mirada al pasado y de frente al futuro, evoluciona a su protagonista dando aquello que echábamos más de menos de él, a la que a su vez honra las otras películas y el viaje que hemos hecho todos hasta llegar hasta aquí. Pero si hay algo más que la define, es su emoción. La impresión vivida en su primer visionado no es comparable a ninguna otra película que hayamos visto los fans. Yo, al igual que tú, también chillé, aplaudí y me impresioné con las épicas escenas que quedaron grabadas en nuestras retinas. Volver a ver a ciertos personajes fue un viaje de nostalgia a mi “yo más pequeño” cuando veía por primera vez las películas de Spider-Man en una sala de cine. Y ello, la convierte en un regalo precioso para quienes amamos y crecimos con estas historias. Porque serán personajes de ficción, pero la emoción… si es real.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Víctor Baylach
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