Un atentado donde mueren ocho personas es el interesante punto de partida de esta serie, uno se imagina una investigación, un argumento serio que nos lleve a una verdad oscura y oculta, pero enseguida todo se desmorona como un castillo de naipes, no es que caiga poco a poco, es que se derrumba ya desde el inicio, la trama parece que la han pensado en una noche de copas, muchas copas, donde todo vale y suena bien, los personajes centrales son en su mayoría tan ridículos que los actores no saben por donde tirar ni salir, los malos son de chiste, completamente absurdos, ni salidos de un tebeo de Mortadelo y Filemón, los buenos vergonzosos simplemente.
Lo único bueno es que tampoco hay que esperar mucho para darse cuenta del desastre, muy pronto ya suenan las alarmas en tu cerebro que te avisa del gigantesco bodrio que tienes delante. La serie tiene algunos fallos que son difíciles de explicar, parece que ni los propios autores la hayan visto.
En definitiva, un producto donde solo hay un envoltorio bonito, dentro no hay nada, solo una sucesión de despropósitos.

Me costó engancharme a estas historias lamentables, pero cuando cogí la onda empecé a disfrutar de lo lindo, una vez que pillas la ola empiezas a surfear por los siete mares, desde el after hours de Scorsese hasta los relatos salvajes de Szifrón, pasando por los hermanos Marx y un toque de los Cohen. Realmente disfrutona, con mucho ritmo, pasar y jugar, pasar y jugar.
Los actores están fantásticos y en especial me llama la atención Chani Martín, me parece ver al gran López Vázquez redivivo, todos sensacionales.
Fesser nunca defrauda, es un tío serio y consecuente, fiel a su particularisimo estilo, ese que desde sus primeros cortos ya llamaba la atención, uno de los mejores directores en la actualidad.
Porque un Petinto siempre lleva su propia energía, por eso es por lo que siempre espero con deseo lo nuevo de Fesser, porque esa energía es pura genialidad

Basada en un hecho real nos cuenta el extraño (por decir algo) juicio que se celebró contra los supuestos responsables de los disturbios ocurridos en Chicago a finales de los sesenta, época de cambios y de luchas por los derechos civiles.
El juicio está muy bien narrado pero lo más alucinante es el humor negro con que está todo trufado, con esos personajes que por increíble que parezca existieron de verdad, con ese juez (por definirlo de alguna manera) que raya en lo demencial (por darle un nombre), todo con muy buen pulso, se sigue con mucho interés, muy bien contado.
Los actores rayan todos a gran altura, es difícil destacar alguno sobre los demás, todos de sobresaliente.
En definitiva, no debes perdértela, una buena lección de historia y las conclusiones que saques de ella te harán pensar.

Si alguien no entendió que quiso decir el coronel Kurtz con su mítica frase sobre el HORROR que no se preocupe, el HORROR es esta película, una memez gigantesca que además toma el nombre de Sherlock Holmes en vano, es por eso un pecado aún mayor, un pecado capital.
Mucho mensaje feminista pero para el papel de Sherlock Holmes ponemos al macizorro de turno, que no nos falte carne.
Si tienes entre tres y siete años ya eres mayor para esta película.
No perdáis el tiempo con esta patochada, ojalá alguien me lo hubiera dicho a mí.

Los dos primeros episodios son adrenalina pura, un directo al mentón, realmente espectaculares.
A partir del tercero ya vamos viendo la trama, seguimos la investigación, vamos bajando a las cloacas, al barro, descenso a los infiernos donde nos damos cuenta que la mayoría de la gente somos los tontos útiles, manejados como marionetas, nos damos cuenta poco a poco de la dimensión del asunto.
Sorogoyen nos demuestra que hay director para rato, que "el reino" no fue flor de un día, increíble la serie que ha creado, algo brutal, volcánico. Mención especial también para la música, como un derechazo al estómago.
Los actores están todos que se salen, mención especial para Hovik Keuchkerian al que no conocía y que cada vez que sale llena la pantalla y también para Vicky Luengo, realmente fantástica. Los demás todos también sobresalientes.