Después de que directores como Sofía Coppola o Richard Linklater nos dejaran muy buen sabor de boca con sus reinvenciones del género del romance clásico.
El guionista Kaufman junto al ingenioso y revolucionario director de videos musicales, Gondry. Intentaron ir un poco más allá y a la vez adaptarse a los tiempos que corren, con un montaje ágil aunque un poco sobrecargado y con una puesta en escena realista y sobria.
En este film nos podemos encontrar con una relación, que en menor o en mayor medida, nos podemos ver reflejados. Con una dirección en que puedes alabar los recursos narrativos y visuales que hacen tan celebre al sicótico Gondry. Y uno de los más humanizados guiones de Kaufman, aunque no excepto de sus excentricidades de siempre. A demás que la influencia de K. Dick queda tan bien y Carrey y Winslet tienen tanta química. Al tiempo este producto tiene el riesgo de volverse todo un film de culto.