En la historia del cine pocos inicios de película me han parecido tan deslumbrantes como el de "Forajidos". Esto para cualquier película supone un serio problema, ya que el listón se pone tan alto que lo que viene a continuación corre el riesgo de quedarse muy por debajo de las expectativas generadas en el espectador. Si bien es evidente que el resto del metraje de "Forajidos" no alcanza las cotas de perfección de los primeros minutos, sí que raya a un alto nivel, ya que la explicación de lo sucedido al comienzo se llevará a cabo a través de numerosos "flash-backs" que nos permitirán ir conociendo la personalidad y los actos de cada uno de los personajes (esta construcción narrativa recuerda, sin duda, a "Ciudadano Kane").

Si desde el punto de vista narrativo el cine negro destaca por el uso de los ya citados "flash-backs" y el enrevesamiento narrativo, que a veces se asemeja a un puzzle que el espectador tiene que resolver, desde el punto de vista temático casi siempre hay un tema que sobrevuela sobre este género: el peso del pasado, el cual suele acabar aplastando a los personajes principales. Burt Lancaster se refugia en un pueblo perdido huyendo de un pasado que lo alcanzará y en busca de una redención imposible. También el pasado destruirá a Colfax y a Kitty (Ava Gardner) cuando creían que lo habían eliminado definitivamente. Y lo mismo sucederá con el resto de participantes en el atraco.

Y es que en el cine negro, y muchas veces también en la vida, los errores no es que se paguen caro si no que muchas veces lo persiguen a uno durante toda la vida.

"Defensa" quizás sea la mejor película de John Boorman. Aparte de su magnífica fotografía, la planificación trasmite al espectador, en prácticamente todas las escenas, las sensaciones de tensión e inquietud. En cuanto a la temática, el claro mensaje ecologista (todo un ecosistema va a desaparecer debido a la construcción de una presa) va unido a la dificultad que hoy en día tendría cualquier persona que viva en la ciudad para sobrevivir en un entorno natural, pero a la vez salvaje.

Todo comienza con una inocente aventura en canoa de cuatro "urbanitas" por un río casi salvaje que, debido al "progreso", va a sufrir cambios. Pero un poco antes de la mitad de la película sucederá un incidente que de alguna forma dejará en suspenso las leyes de la civilización, a las que todos estamos acostumbrados, para ser sustituidas por una dramática lucha por la supervivencia. En definitiva, será la ley de la selva la que se adueñe de la situación llevando a los protagonistas a situaciones límite, las cuales les sería imposible de imaginar antes de iniciar ese viaje hacia el corazón de las tinieblas y hacia un mayor conocimiento de sí mismos.

En la literatura y en el cine, el viaje es un motivo habitual. Ese viaje suele producir una transformación en las personas que lo llevan a cabo. En "Defensa" el viaje hará que sus protagonistas conozcan su lado oscuro, posiblemente oculto en las cómodas vidas que llevaban en la ciudad, y que sin duda los dejará marcados para siempre.

En definitiva, Boorman consigue realizar una obra profunda y difícil de olvidar, que indaga en cómo se pueden llegar a comportar los seres humanos en situaciones límite.

Basada en la novela "¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas?", escrita por Philip K. Dick en 1968, la adaptación bastante libre que hace de la misma Ridley Scott, autor entre otras de "Los duelistas" (1977), "Alien" (1979) o "Thelma y Louise" (1991), fue recibida en un principio, tanto por la crítica como por el público, con división de opiniones para convertirse con los años en una obra de obligada referencia dentro del cine de ciencia ficción.

"Blade Runner", como buena parte de las obras de ciencia ficción, nos adelanta lo que le espera a la humanidad en un futuro no muy lejano. Para ello, la acción se sitúa en la ciudad de Los Ángeles en el año 2019. El director recurre para esta tarea a una estética en la que predominan una oscuridad y una lluvia agobiantes, rotas únicamente por el brillo de las luces de neón. Esta estética, en la que se percibe la influencia de películas como "Metrópolis" (Fritz Lang, 1927) y del trabajo artístico que realizó Moebius para el cómic "The long tomorrow", se ajusta a la perfección al universo caótico que "Blade Runner" pretende representar: una sociedad futura en la que es difícil distinguir al ser humano de la réplica prefabricada, donde además los únicos que parecen manifestar emociones son precisamente esas réplicas y en la que se incide en el radical aislamiento en el que se ha refugiado, como mecanismo de defensa, la especie humana. Valga como ejemplo de lo que acabamos de decir el personaje de J. F. Sebastián, el cual vive encerrado en su casa con la única compañía de unos “amigos” de hojalata que él mismo ha creado para paliar su soledad. Estamos, en consecuencia, ante un mundo en el que las relaciones interpersonales se han visto sustituidas por el miedo y la desconfianza hacia el otro.

Dentro de este contexto sobresale el personaje de Deckard, interpretado en el filme por Harrison Ford, cuya misión, como miembro del cuerpo especial de policía blade runner, es retirar de la circulación a los replicantes Nexus 6, lo que hace que la película también tenga concomitancias con el género negro. Fabricados por la Tyrell Corporation con el lema de “más humanos que los humanos”, los Nexus 6 fueron creados como robots de ayuda en la colonización del espacio exterior, pero en un determinado momento propiciaron una sangrienta rebelión contra sus creadores hasta el punto de convertirse en una amenaza para los propios humanos. A causa de ello, Deckard deambula en soledad por las calles de Los Ángeles intentando cumplir su misión, durante esta se le abrirá una puerta a su aislamiento al conocer a la replicante Rachael (Sean Young).

Contrastando con este oscuro mundo en el que nos sumerge Ridley Scott, brillan con luz propia los replicantes. Estos se ven sometidos, por decirlo de algún modo, a una doble angustia: por un lado, el miedo a que les den caza; por otro, la fecha de caducidad de unos cuatro años con la que los ha limitado su creador. Lo dicho provoca en ellos una honda angustia existencial y es aquí donde el espectador se identifica plenamente con ellos; además nos inquieta su inexperiencia emocional y su desconcierto al conocer que sus recuerdos no les pertenecen pues son meros implantes en su cerebro; y nos enternece, en definitiva, que se aferren a sus recuerdos como si fuesen su más preciado tesoro.

Sigo en el spoiler

En "1917" todo está en función del espectáculo (y hay que reconocer que visualmente es una película impactante e impecable), pero el exhibicionismo formal del que hace gala Sam Mendes queda un tanto eclipsado por el endeble guion que intenta a duras penas sostenerlo.

Ya sé que las comparaciones son odiosas, pero a veces son inevitables. Sobre todo cuando se tratan los mismos temas y cuando hay rasgos formales que influyen, en este caso, en "1917". "Senderos de gloria" se ambienta también en la I Guerra Mundial y su influencia en esta película se constata claramente en los "travellings" a través de las trincheras que aparecen en ambas. También temáticamente encontramos similitudes, como en el ataque suicida contra los alemanes para mayor gloria del general al mando del mismo. Pero en la película de Kubrick forma y fondo estaban indisolublemente unidos en un guion de hierro lleno de humanidad, de antibelicismo y de diálogos y situaciones difíciles de olvidar y cargados de una ácida crítica hacia las élites militares. Y es en esto último donde a mi juicio flojea "1917", que se conforma con darnos un espéctaculo impecable, pero que se queda en poco más que eso.

Aunque siento mucho interés por la historia de España, no soy historiador, así que tampoco puedo juzgar con precisión si los acontecimientos y personajes de "Mientras dure la guerra" se ajustan a lo que sucedió en la realidad (si es que alguien puede saber exactamente lo que pasó). De lo que sí soy un apasionado es de la literatura. En su día leí "La tía Tula", "Niebla" y "San Manuel Bueno, mártir". Las tres tienen como elemento común las dudas existenciales, de identidad e ideológicas de los personajes protagonistas. Esto es algo que me parece muy significativo si atendemos a la biografía y al recorrido ideológico, lleno de ambivalencias, que abarcan desde el socialismo a posiciones más conservadoras, del autor bilbaíno. Y también es algo que intenta reflejar Amenábar en la película.

Amenábar, por su parte, comenzó su carrera cinematográfica insuflando una bocanada de aire fresco al cine español, algo que se podía apreciar en las muy interesantes "Tesis" o en "Los otros" para después ir evolucionando a trabajos más académicos, bastante menos arriesgados en lo formal y con más "mensaje". A esta última tendencia creo que pertenece "Mientras dure la guerra", filmada con un academicismo que hace que la película levante el vuelo y emocione al espectador solo en determinados momentos. Pero como apasionado de la literatura no puedo negar que me haya aburrido viéndola, pareciéndome además muy destacables las actuaciones de Karra Elejalde (en el papel de Unamuno) y, sobre todo, Eduard Fernández, que con su habitual intensidad interpretativa encarna al tenebroso Millán Astray.