Es lo que se supone que es; una película espectacular. La trama puede considerarse corta pero entretenida. Hoy en día es considerada una película mala, cuando en realidad no lo es. La única razón para considerarla mala se enfoca en el reconocimiento de la Academia que no merecía. Las actuaciones no ofrecen mucho, pero no resultan ser menos. El espectáculo es el aspecto principal de la película, y en ocasiones el guión (el cual encuentro considerablemente bueno) le aporta valor a la película. El resentimiento daña su calidad de realización y reputación, no su propósito.

Es una sátira desmesurada. No hay arte en la cinta, y el ingenio es tan pobre como los argumentos descarados. El mensaje está fuera de contexto y el desarrollo fuera de control solo para hacer de esta película una "comedia fresca". Cuando las ideas comienzan a ser exageradas, deberían ser puestas en el lugar correcto. Esta película carece de propósito y razón.

Intrígante, pero monótona y exagerada. Demasiado esterotipada y llena de incongruencias históricas. Si bien hay que atribuirle el éxito a su composición repetitiva y circunstancial, no es diferente de las demás telenovelas mexicanas. Entre los aspectos más perturbadores se encuentran la utilería y la adaptación barata, la típica alegoría mediocre del dramatismo de la televisión mexicana, así como la sobre carga de personajes, lo cual deja en evidencia los problemas argumentales para desarrollar un telenovela de atractivo popular.

Es una poderosa historia de orgullo y honor; y una lucha con los propios principios de un hombre. Está realizada con ingenio y contada con la fuerza de una genuina epopeya. Las actuaciones son abrumadoras y la adaptación me parece absorbente. Secó mis labios y me dejó sin aliento. Su tratamiento arrollador e impredescible deja al borde de una tensión que busca ser liberada de manera satisfactoria, y así resulta ser. Esta película es asombrosa.

Una innovadora obra maestra experimental. Imágenes bellamente relatadas con una ingeniosa edición. Planos y ángulos muy bien trabajados, un minucioso uso de la denominada "cámara lenta", y un bizarro pero magnífico uso del "stop-motion" y el rebobinado. Este concepto de capturar los aspectos cotidianos de una sociedad brindan arte a la historia contada a través de retratos reales. La vida jamás había sido tan meticulosamente mostrada en la pantalla. Esa es la grandeza de este trabajo; las películas reales son nuestras vidas, y las expresiones de un ser humano pueden ser tan maravillosamente grabadas. 'El Hombre de la Cámara" es una película única que demuestra que cualquier cosa puede ser arte si se tiene hábilidades y un amplio conocimiento sobre la vida y su movimiento.