Las intenciones del protagonista quedan claras desde el primer minuto de la película, así que a lo largo de la misma lo que el espectador debe descubrir es si habrá alguna razón que haga que cambie sus planes iniciales. Merece la pena ver el film hasta el final para aclarar esta duda.

Reconozco que el principio de la película se me hizo un poco duro y en ocasiones me costó seguir el hilo argumental, pero una vez superado el shock inicial que me provocaron las idas y venidas en el tiempo (a veces no sabía si lo que estaba viendo era del pasado, del presente o del futuro) descubrí ante mí una historia magnífica contada de forma impecable. A medida que avanza la película vas atando los cabos que podían estar sueltos y vas viendo como todo está perfectamente explicado y no ves fisuras en el argumento. Sean Penn hace un papel en su línea y Benicio del Toro y Naomi Watts bordan sus papeles. En fin, buenos actores con una buena dirección sólo podían dar como resultado esta maravillosa película.

El trío Fincher-Pitt-Blanchet son la base sobre la que se edifica esta gran película. El metraje, que en principio puede resultar exagerado, es necesario para contar con ese lujo de detalles esta tan atípica y en cierto modo conmovedora historia. La pareja de actores está esplendida a lo largo de todo el film destacando una vez más Brad Pitt que mejora película tras película. Los efectos visuales también ayudan a hacer creíble la historia desde el principio y es que ver a un niño anciano con la cara de Brad es más que curioso. En resumen, película más que recomendable.

Da gusto que de vez en cuando el cine nos regale una película como 'Malditos bastardos' que está muy por encima de la media de calidad a la que nos tiene acostumbrados Hollywood. La historia engancha desde el principio por lo innovador de su argumento. Quentin Tarantino sigue demostrando que su labor detrás de las cámaras no es flor de un día. Lo mismo se puede decir de Brad Pitt que está en la élite por méritos propios (Seven, The mexican, El curioso caso de Benjamin Button, Snatch: Cerdos y diamantes, y otras tantas grandes actuaciones del rubio de oro). Pero por encima de todo destaca la soberbia actuación de un desconocido, al menos para mí, Christoph Waltz, que da vida a un 'cazajudíos' muy audaz y ambicioso. El final también sorprende pero eso es mejor que lo comprueben ustedes mismos. En resumen, gran película.

Frío. Esta es la palabra que mejor define como se queda el espectador después de ver la tercera entrega de La Momia. Le falta el gancho y la chispa de las dos partes anteriores. Y se echan en faltan los golpes de humor que tenían aquellas. Sólo se anima un poco al final, pero eso no compensa la tediosa primera hora. Creo que la historia ya ha sido exprimida al máximo y las aventuras de Brendan Fraser en busca de momias debería haber llegado a su fin por el bien de los espectadores. Quedémonos con el buen sabor de boca de las primeras dos entregas y olvidemos este simulacro de historia.