Jajaja. Genialísima frase esta de Groucho Marx en esa no menos genial y delirante escena del camarote. Desde luego que la ópera no iba a olvidar esa noche. Ni tampoco los espectadores. El ingenio de estos cómicos da para mucho durante 90 minutos llenos de un humor inofensivo y blanco, pero muy elaborado, con grandes momentos, y frases antológicas como la citada arriba, y estas otras:
"Oiga mozo, ¿y no sería más fácil que en lugar de meter mi baúl en el camarote, metiera mi camarote dentro del baúl"?
"Estaba con esa mujer porque me recuerda a usted"... " "Sus ojos, su cara, su risa...." "Todo me recuerda a usted, excepto usted"
Simplemente genial.

Siete víctimas probadas, tres cartas encriptadas, cuatro estados aterrorizados, y varios sospechosos nunca confirmados. La verdadera historia de Zodiac, un asesino en serie nunca encontrado, que durante finales de los años sesenta, y mitad de los setenta, actuó en la bahía de San Francisco, y tres estados más. A través del relato de uno de los protagonistas, un dibujante que siguió muy de cerca el caso, la película nos relata la odisea que supuso la compleja investigación del caso, así como las consecuencias que tuvo en sus protagonistas, dos inspectores de policía, el mismo dibujante, y un periodista. Con una violencia moderada pero muy realista, las escenas en las que el asesino mata a sus víctimas, (la mayoría en la oscuridad), son realmente impactantes, debido a la atmósfera en la que se envuelven, y el buen hacer del director para mostrarlas.
Sin duda una buena película un tanto larga, (sus 160 minutos de duración pueden resultar excesivos), pero muy interesante gracias al complejo caso del que nos habla. Muy buen reparto, y muy bien elaborada. Recomendable.

Lo interesante de una película de terror de los años cincuenta en blanco y negro, es que o bien puede resultar ridícula y horrenda, o bien puede resultar ridícula pero muy entretenida.
Y en esta película, la segunda faceta la cumple a la perfección, dándonos un film de serie B muy apreciable y muy curioso, gracias a su atmósfera y su cuidada puesta en escena. Los efectos especiales son muy pobres, pero las escenas de debajo del agua están muy bien rodadas, y el buen hacer de los actores, muy convincentes en sus papeles, consiguen dar interés a la historia.
Todo un clásico de terror de serie B, que el buen y desdichado Ed Wood hubiera querido rodar.

Otra de esas series patrias que con el paso de los años, se ha asentado muy bien en nuestros televisores. En esta ocasión se nos presenta el día a día de un grupo de policías en una gran ciudad, al más puro estilo de una gran familia, así como sus vivencias personales, sus angustias, sus miedos, y sus peripecias para conseguir resolver diversos casos.
El modelo a seguir en este caso es muy similar al de conocidas series americanas como Starsky y Hutch, o Canción triste de Hill Street, ya que aquí también tenemos al temperamental pero comprensivo comisario, a los dos policías de estilos diferentes, (Pope y Charlie), pero que se complementan a la perfección llegando a actuar como uno solo, al segundo del comisario, tan odiado como incomprendido, y un largo etcetera de personajes que dan vida a la serie.
Algunos casos pueden resultar interesantes y con cierta similitud a los ocurridos en la vida real, mientras que otros pueden resultar algo ridículos. Por lo demás es una serie que no deja indiferente a nadie, o te gusta, o no la puedes ver.
Para pasar un rato entretenido sin grandes pretensiones.

Seguí las peripecias de este peculiar vecindario durante dos temporadas. Y la verdad es que no estuvo tan mal mientras la serie duró. Contaba con unos personajes bastante interesantes y algo caricaturescos, que si bien son ficticios, en más de una ocasión uno puede acordarse de tal o cual vecino suyo, muy parecido a ellos, como por ejemplo las viejas cotillas, o el sufrido portero, así como una serie de situaciones graciosas y en ocasiones delirantes.
Lástima que Antena 3 en su ambición por ganar audiencia, la desaprovechara repitiendo los capítulos una y otra vez, para cansancio del público. Por lo demás nada que objetar. Cumple su objetivo que es el de entretener.