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Críticas de catpeople
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Críticas 14
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
7
29 de junio de 2013
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Que no tiene "na" que ver que no se trate de la mejor película de su director, galardón que debería ocupar "El desencanto" o "Las bicicletas son para el verano", aunque seguramente es una de las más entrañables. Jaime Chávarri filmó en "Las cosas del querer" un nostálgico melodrama musical en el que conviven de forma simultánea la dureza de la posguerra y la injusticia del franquismo con el arte y la pasión por la vida. Un gran homenaje a la copla, a las canciones de Ramón Perelló y los hermanos Álvarez Quintero, al baile, a lo costumbrista y a lo popular. Y todo con un excelente trabajo de ambientación y vestuario, pero sobre todo con mucha gracia y “tronío”.
Durante el fin de la guerra civil española se cruzan los caminos de Pepa (Ángela Molina), una morenaza que canta, baila y a la que su madre prostituye para poder comer; Mario (Manuel bandera), un joven y guapo cantaor homosexual; y Juan (Ángel de Andrés López), un rudo pero tierno pianista. Los tres se unirán formando un trío artístico que calará aún más en lo sentimental.

Que no tiene "na" que ver... que Manuel Bandera sea un actor de talento limitado, porque aquí derrocha arte y encanto encarnando a un personaje basado en la figura de Miguel de Molina, uno de los reyes de la copla. Ángel de Andrés también está notable como Juan, pero si hay un auténtico terremoto en esta cinta ésa es Ángela Molina, cuya Pepa es toda belleza, ternura, nervio y salero, y que en cada uno de los números musicales demuestra que el duende lo lleva en la sangre.
También los secundarios están espléndidos, especialmente un hipócrita y libertino Rafael Alonso, una tronchante María Barranco como segundona de la compañía (que le disputará a Pepa el amor de Juan), un divertido Santiago Ramos como un productor de cine de marcado acento gallego que quiere lanzar la carrera internacional de Pepa, y unas tiernas Amparo Baró y Diana Peñalver como la tata de la protagonista y su hija.
Que no tiene "na" que ver... que sea una obra imperfecta, y que el fallo principal de esta película sea que el guión contiene ciertas elípsis muy marcadas en la historia que si bien no estropean el conjunto de la obra, impiden tal vez una mayor trascendencia en el conjunto de la historia, , convirtiendo la película en un agradable fresco costumbrista no exento de kistch pero tampoco de verdad ni pasión.
En fin, que no tiene na que ver... el color ni la estatura con la cosas del querer. ¡Olé!
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
catpeople
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9
23 de junio de 2013
10 de 12 usuarios han encontrado esta crítica útil
Melodrama de tintes negros con el que Claude Chabrol definiría ese estilo que le ha hecho único, "Las ciervas" es seguramente una de las mejores películas de su director, y un auténtico goce para los sentidos. Uno de los temas más recurrentes de este cineasta ha sido retratar el carácter apático y a veces cruel de la burguesía, encarnada aquí en la fascinante lesbiana que interpreta de manera sublime Stepháne Audran, su musa y esposa en la vida real. Fredérique, esa mujer bella y fría, recoge de las calles de París a una joven artista callejera llamada Why (Jacqueline Sassard), y la convierte en su amante.Durante unas vacaciones en la Costa Azul, Why conocerá a Paul (Jean Louis Trintignant), un atractivo arquitecto que la seducirá. Pero Fredérique, lejos de darse por vencida, utilizará también sus artes de seducción para cambiar las reglas del juego y convertirse en el vértice dominador de un triángulo isósceles en el que dos ganan y uno pierde.
A través de una espléndida fotografía y un guión que mantiene la tensión narrativa sin decaer en ningún momento, Chabrol alcanza las más altas cotas de refinamiento en su cine, tratando temas como la bisexualidad, la sumisión y el cambio de roles de forma morbosa pero elegante, con tan buen gusto como una copa de champagne francés. Y un buen champagne no puede carecer de esas burbujitas que chispean en el paladar, y que aquí encontramos en dos bribones ridículos que viven a expensas de Fredérique, proporcionando momentos de alivio cómico a la trama.
En definitiva, en esta auténtica joya del cine europeo las ciervas del título caerán en la trampa de un atractivo cazador. Pero una presa astuta nunca se da por vencida; y ese instinto de supervivencia será el arma de Chabrol para mostrar las aristas más turbias de la psique femenina.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
catpeople
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7
21 de junio de 2013
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Pocos cineastas en nuestro país ponen en imágenes los tensos lazos familiares con tanta sensibilidad como lo hace Gracia Querejeta. Tras las bellas "El último viaje de Robert Rylands", "Cuando vuelvas a mi lado", "Héctor" o la muy redonda "Siete mesas de billar francés", la directora se centra esta vez en la adolescencia para contar la historia de un muchacho conflictivo que se escurre entre los dedos de una madre perdida, la cual atraviesa además un duro fracaso profesional y personal. Asustada del carácter de su retoño, Margo mandará a su hijo con su abuelo materno, ex-militar retirado, para que le inculque disciplina. Así da la señal de salida una película que a pesar de sus muchas virtudes no cumple con las expectativas. Como buenos hallazgos tenemos unos diálogos brillantes, imágenes luminosas, buena música y unos actores en estado de gracia entre los que sobresale una Maribel Verdú que borda esa madre frustrada con un registro tragicómico que es pura delicia. Tito Valverde demuestra en su ya dilatada carrera que sabe como nadie interpretar al hombre honesto y de noble corazón cubierto por una capa de dureza. Y por su parte, el joven Aarón Piper recrea de forma convincente al rebelde Jon, pero su interpretación no pasa de correcta, no apasiona.
Aun así, el principal problema radica en que la historia de este adolescente y su relación de convivencia con el abuelo pierde fuelle cuando, tras un extraño suceso en la playa, la historia deriva a un pseudo-thriller con una investigación policial totalmente prescindible (a pesar del buen hacer de Belén López como la inspectora), tirando por tierra la posibilidad de ver cómo evoluciona la relación entre abuelo y nieto, que además de ser más interesante, habría redondeado la película, y regalado a Valverde, con seguridad, la mejor interpretación masculina del año.
Todo esto proporciona una sensación tibia a la historia, y templado no es sinónimo de real, ni tiene por qué dar mayor verosimilitud a las interpretaciones. Como prueba de ello quede una de las escenas finales, cuando Margo se confiesa y abre su alma envuelta en lágrimas, consiguiendo conmovernos de verdad en toda la película.
Se trata pues de un título fallido, pero también una buena película, apreciable, y justa ganadora del primer premio del festival de Málaga. Tal vez, sorteando algunos defectos, podría haberse convertido en la joya cinematográfica del año. Aun así, no cabe duda que es un último y bonito regalo para Elías, a quien su hija dedica esta película.
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catpeople
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9
2 de junio de 2013
13 de 13 usuarios han encontrado esta crítica útil
Claude Sautet es un cineasta clásico. Algunos le atribuyen el calificativo de academicista, pero lo cierto es que posee una sensibilidad única para contar historias cotidianas de forma fascinante. "Nelly y el señor Arnaud" es una de esas historias cuyo mayor interés radica en que, como en las obras de Chéjov, parece que no pasa nada y sin embargo narra un momento trascendental y único que cambia para siempre la vida de sus personajes.
Todo está mimado al detalle: una fotografía espléndida, una música adecuada y un guión con diálogos que no sobran, que no son banales y que se enriquecen aún más a través de las miradas y los silencios de los actores. Todo ello hace creíble y emocionante la historia de amor entre un juez retirado que acaba de entrar en la tercera edad y una muchacha de veinticinco años.
Michel Serrault encarna de forma soberbia a Monsier Arnaud, el septuagenario deslumbrado por una joven hermosa, valiente y decidida, interpretada de una forma sublime por Emmanuelle Béart. Sautet encontró en esta actriz a la sustituta ideal de la malograda Romy Schneider para este tipo de cine intimista, realista y emotivo que tan buenos frutos les dio a ambos. Tal vez la Schneider hubiese estado maravillosa en esta película veinte años atrás pero lo cierto es que la magia, la frescura y la delicadeza de Emmanuelle Béart hace imposible imaginar a otra actriz para este papel.
En definitiva, una historia de amor sensible y elegante que engloba todas las virtudes del mejor cine francés.
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catpeople
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8
16 de mayo de 2013
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
No he visto ninguna de las anteriores películas de Park Chan-wook pero tras ver ésta me quedo con una reflexión suya: "Da igual donde ruedes una película o si tienes un pequeño o gran presupuesto; eso nunca condiciona que sea buena o mala" y el debut hollywoodiense del director surcoreano ratifica sus palabras.
India Stoker es una adolescente cuyo mundo se desmorona cuando pierde a su padre en un accidente de tráfico y le toca lidiar con una madre a la que no quiere y para la que es poco más que una extraña. En el funeral aparece el tío Charlie, el atractivo y enigmático hermano de su padre. Charlie se quedará una temporada a vivir con las dos mujeres ejerciendo una extraña influencia sobre ambas, y en el caso de India, estrechará con ella lazos oscuros que abrirán a la joven nuevos perspectivas sobre el mundo que le rodea.
"Stoker" es un thriller exquisito y retorcido que cuenta la historia de una familia bastante singular. El apellido de la familia hace clara referencia al autor de Drácula. Y es que la película también habla de vampiros, de la fascinación por el mal.

La fotografía y la música envuelven en una atmósfera de melodrama gótico una historia que a pesar de los silencios nunca decae ni pierde ritmo gracias a la tensión narrativa de un guión bien sólido y al buen hacer de su trío protagonista. Mia Wasikowska ya demostró ser lo mejor de la decepcionante "Alicia" de Tim Burton, y tras una brillante Jane Eyre está extraordinaria en su interpretación de India Stoker; tiene la difícil tarea de enfrentarse a un personaje que más que evolucionar va conformando su personalidad a través del conocimiento de sus más negros instintos y las oscuras facetas de su psique. Mathew Goode, como el tío Charlie (claro homenaje a Hitchcok y en especial a "la sombra de una duda") está absolutamente irresistible, resulta imposible para el espectador no dejarse seducir por una personalidad tan inquietante y perturbadora. Por otro lado Nicole Kidman (que hace tiempo dejó definitivamente el botox) está fantástica interpretando a una mujer sensible, vulnerable y que de tan perdida resulta patética; demostrando además (como en la reciente "el chico del periódico") que una gran actriz debe saber arriesgar y ser lo suficientemente inteligente para reconocer un buen personaje al que hincar el diente aunque no sea protagonista.
En definitiva, prepárense para disfrutar un perverso y brillante viaje a los más negros y recónditos rincones del alma humana.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
catpeople
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