Venga, que sí, Julito, tu dale, dale, por la puta cara!! Blanco y en botella: un tío rueda una sólida película, de factura excelente (Vacas) y luego, en vez de leer las críticas de los gafapastosos de la pren$a, se deja aconsejar por los jóvenes de la calle ("Lo mejor de Vacas es la Enma Suárez mirando pa Toledo") y su voz interior ("Me he salido con los toques surrealistas, soy el nuevo Buñuel"))
Así que, de ahí en adelante, se ha dedicado a rodar dramas con erotismo y surrealidad, aunque, sin darse cuenta, el surrealismo se le ha caído al pozo del humor no intencionado (osea el ridículo) y con el erotismo no excita ni al pobre Blas.
Y lo que es peor: su cine se ha vuelto de un cutre... que parece que en cualquier momento va a aparecer en escena Jorge Sanz.
Aunque por suerte, en la Ardilla Roja, los diálogos, las interpretaciones y la fotografía son tan demenciales que parece que el culpable de que la peli sea una basura no es él. Pero lo es.

¿Han visto sospecha, de Hitchcock?
¿Qué sucedería si supiesen que Cogote Grant es inocente?
¿Dónde estaría la gracia de la película?
¿En qué se convierten las pelis de Hitchcock si quitas los golpecillos de humor?
La respuesta a esta y otras preguntas, en "Sombras de sospecha"

La primera media hora es una maravilla. Eduard Fernández en plan crack, la trama se presume interesante, la ambientación poligonera se sale y los diálogos son ingeniosos, realistas y bastante cachondos.
Pero de pronto se montan todos en coches y vespinos, se apagan las luces en Madrid salvo las de las primeras plantas, la trama se dispersa, o más bien se desparrama, el de sonido y el de iluminación se van de farra y ya no se entiende ni se ve nada, más que farolas y lineas discontinuas. Sólo se distingue con claridad el horrible cartel de las Catalinas de Alfonso XIII frente a las cocheras de la misma calle cuyo techo, por cierto, se derrumbó un par de años después, sólo Dios sabe si por culpa de estos Lobos de Washington,

Un planeta va a chocar contra la Tierra atraído, no por la gravedad ni movidas raras, si no por los pechos de Kirsten Dunst. Las autoridades dicen que no pasa nada, pero suceden cosas raras como que Kiefer actúa bien. Y así, como si nada, en una tranquila noche en el campo, se presenta el apocalipsis. Una locura y disparatada trama científica para una película autocomplaciente, irritante y tediosa que acojona más que cualquier otra peli que haya usted visto en su vida.

Cuando la niña pequeña habla con su amiguito Rory uno automáticamente se pregunta, ¿en qué momento bajé la guardia y me colaron que la peli iba a marcar un antes y un después del género?
Estará muy bien rodada pero no deja de abarcar todos los tópicos de casas encantadas (o lugares de Poder, que queda más profesional)
Salvo El Resplandor y Bitelchús son todas iguales
Estética Zodiac (ésta sí abrió un pequeño camino nuevo en su género, aunque no lo haya seguido ni Peter), exorcismos y ausencia de los típicos secundarios vecinos del pueblo. Esa es su novedad. Lo demás, más de lo mismo y lo demenos, menos de lo mismo, más más, más menos.
¿Se trata acaso de ver quién rueda la misma película con más elegancia? Entonces que me avisen dentro de unos años con la peli ganadora (para no ir a verla)
¿Se puede criticar a los críticos profesionales, o son intocables? Lo digo porque la pandilla de chupatintas se ha puesto de acuerdo en que la peli está rodada a la antigua usanza, y no sé... de mozo, la antigua usanza, o la vieja escuela, eran los años 40; ahora supongo que se refieren a los 70, pero vamos, que será por las pintas costumbristas, porque la usanza del rodaje es del 2008 - 2012, claramente.
Pero sí, que guay, que no usa efectos baratos, no, qué va, ni suben el volumen para dar sustos, no, ni hay viejas con la cara verde, ni niños, ni muñecas diabólicas, ni mecedoras... es todo psicológico total. No se la pierdan.