Segunda entrega de la acertada traslación del superhéroe a la gran pantalla, con los mismos protagonistas, a excepción del hispano Alfred Molina como el cruel doctor Octopus, uno de los villanos más característicos de la historia de este cómic.
En esta segunda parte, rodada con unos quizá mejores efectos especiales que su antecesora, se nos muestra nuevamente a un Spiderman con grandes dificultades psicológicas y amorosas, que habrá de hacer frente a un enemigo muy poderoso.
Muy entretenida al igual que la primera parte, aún conocerá una entrega más por el momento.

25 años después de la aparición del televisivo Spiderman de Nicholas Hammond, el realizador Sam Raimi, (Posesión infernal, Hércules), llevó a la gran pantalla al mítico superhéroe, contando con multitud de efectos muy bien realizados, así como un reparto bastante acertado.
Si en el telefilm de los setenta los malos eran simples criminales de carne y hueso, aquí el malo es el malvado duende verde, al que Willem Dafoe interpreta convincentemente, así como nos muestra la angustia del personaje por su obligación de salvar a los demás, que siempre se interpone en su difícil relación amorosa con su chica.
Buen rescate del personaje.

Recuerdo haber visto esta película hace ya muchos años siendo niño, gracias al hoy casi olvidado vhs y ciertamente me gustó. Posiblemente fue mi inocencia infantil la que provocó que me agradara, pero vista hoy es un telefilm curioso y con un cierto estilo camp, al igual que esa mítica serie de Batman, donde un hilarante Adam West interpretaba el papel protagonista del hombre murcielago.
En cuanto a efectos, es evidente que el presupuesto era más bien poco, pero he aquí toda una rareza y un mito, para que los verdaderos seguidores del hombre araña, vean al antiguo niño prodigio de "Sonrisas y lágrimas", Nicholas Hammond, enfundado en su característico traje combatiendo el mal.

Una de las tantas y tantas películas denominadas "palomiteras", a las que el Hollywood actual nos tiene acostumbrados. En si la historia no está mal, incluso podría haber dado para más, pero la gracia de los guionistas reside en mostrarnos a una atractiva pero muy ajustada actriz Jennifer Aniston, en brazos del antaño galán Kevin Costner.
Con algunas situaciones divertidas y acertadas, es una película que no está hecha para tomarla en serio. Se ve, y no tarda en olvidarse.

Divertida y muy gamberra película barriobajera, que supuso uno de los últimos filmes irreverentes de Andrés Pajares, antes de dar el salto, (algo fallido), hacia papeles más serios.
Basada en el cómic del mismo nombre creado por el fallecido Ivá, la película es una pura sucesión de gags a cual más gamberro, así como críticas hacia la sociedad actual.
Buenas interpretaciones y muchos disparates, para una película que quizá Carmen Sevilla debería plantearse poner en su "Cine de barrio".
Como curiosidad añadir que varios años más tarde, conoceria una versión televisiva con el hoy muy en boca de todos Pepe Rubianes, en el papel del simpático chorizo.