El final de un canalla

A finales de los sesenta y principios de los setenta una nueva forma de ver las cosas se tradujo en un interés creciente por los héroes forajidos, por ejemplo, "Bonnie & Clyde" (1967) o "Grupo Salvaje" (1969), los presidiarios, como es el caso de "La leyenda del Indomable" (1967) o "Papillón" (1973), o ambas cosas, como es esta "El día de los tramposos". De este modo Mankiewicz nos sorprende con un western atípico más cercano a la aventura, a la comedia o el drama carcelario que no al mensaje de denucia y antisistema que le sale un poco raro.

Lo malo de tanto género es que en ninguno se asienta, flojeando a la larga en todos ellos. Sin embargo, tiene ritmo, la galería de personajes es destacable y encima hay una lucha soterrada por los 500.000 dólares escondidos. No es una gran película pero se ve con agrado. Ahora bien, ¿cuál es el mensaje final? Me da la espina que el director fulmina cualquier intento humanitario como dando entender que la cárcel es la cárcel aunque la pinten de rosa. Sin embargo, también puede interpretarse como que la mano dura es la única política a seguir con estos forajidos.