L'Atalante

Película en la que destaco por encima de todo a Dita Parlo, que está espectacular y por supuesto al bonachón y canalla al mismo tiempo Michel Simon. Este último supongo que ha tenido una brillante carrera como actor de reparto, porque si viviera a día de hoy, sería así.

Comedia romántica muy simpática que pareciera estar rodada por un grandísimo director, digo pareciera porque no lo conozco.

Considerada por muchos críticos una obra maestra. Tiene todo para ello, pero a mi parecer le falta un contenido mas allá, del amor por encima de todo, para llegar a ser una obra maestra.

Jean y Juliette se casan y tras la ceremonia se trasladan a una gabarra, de la que Jean es el patrón, que será su hogar conyugal. Juliette quería salir del aislamiento de su pueblo, pero el que le proporciona la barcaza será aún mayor. Las maneras rudas de su marido, las aún peores del segundo de a bordo, Jules, áspero viejo lobo de mar, y el aburrimiento en tan escaso espacio harán que Juliette quiera salir a conocer París cuando recibe sus ecos desde un café de Corbeil...

Primer y único largometraje de Jean Vigo quien falleció a los tres meses de estrenarse su película y una semana después de que fuese retirada de la cartelera. L'Atalante no gustó en absoluto a su productora que le redujo su metraje original, de 89 minutos, a 67, cambiándole también parte de la música. Desde entonces siempre se ha tratado de restaurar esta cinta según su estado inicial, con más o menos éxito. En 2001 el historiador Bernard Eisenschitz parece ser que hizo la más fiel a la primitiva, basándose en una copia conservada en Londres, respetando el montaje que propuso el propio Jean Vigo cuando ya se encontraba muy enfermo en la cama. Esta versión es la que yo he visto.

Partiendo de que estamos ante una ópera prima en el largometraje de ficción de alguien que ya había rodado, pero cosas muy diferentes, no de ficción y de menor duración; si bien Vigo se inició en el cine como operador de cámara, hay que valorar según ello esta obra en la que lo mejor no está ni en la originalidad de su argumento, ni en su dirección, que parece, ciertamente, peleada con su abrupto montaje, sino en esa atmósfera impregnada de lirismo (Vigo, apartándose totalmente de su trabajo anterior, acoge las máximas del por entonces en plena vigencia 'realismo poético'), salido de un amor puro, e inocencia, dentro de un ambiente y personajes toscos tal como exigen las circunstancias, el transporte de mercancías fluvial. También hay que valorar muy positivamente esa secuencia submarina cargada de onirismo, así como la del deseo de la pareja, estando separados, del uno por el otro.

Obra de transición de un cine mudo, del que todavía conserva destellos, a un cine moderno que llegaría un tiempo más tarde.

Que si, que L`atalante es maravillosa según el snobismo y gafapastismo del mundo mundial, pero yo lo único que le vi fueron las tonterías que hace Michel Simon, un señor feo, gordo, con cara de orangután y del que siempre pensé que era una señora (disculpen mi ignorancia ) y el orgasmo virtual de la pareja protagonista antes de que lo virtual (con orgasmo incluido) estuviese de moda. Todo lo demás que alaban de ella, si lo tiene, no se lo veo por ningún lado.
Mi puntuación hace referencia a que cualquier amante del cine debería conocerla, aunque luego, como hice yo, se le quede cara de "pero esto que es?" Y no porque considere que merece esa nota.

Esto ya no tiene que ver con la crítica de la película en si, pero es una curiosidad que siempre tuve en mente. Siempre compare o encontré similitudes entre el director francés Jean Vigo y el poeta rianxeiro Manuel Antonio. Ambos murieron muy jóvenes, casi de la misma edad, ambos lo hicieron de tuberculosis y ambos son autores de una muy breve obra con la que consiguieron la categoría de clásicos inmortales.

Película francesa de la dècada del treinta. Dos jóvenes se unen en matrimonio y, entonces, son pasajeros en la barcaza del tío Jules, viejo pescador. En general, el film transita con el tono de pintura social, exhibiendo la cotidiana semblanza vital de los protagonistas, que se va conociendo en el decurso del film. El tono es amable y con toques humorísticos, por ejemplo decenas de gatitos que saltan por aquí y allá colándose en los entresijos de las relaciones de los personajes, aunque hay instancias dramáticas, como las sobrevinientes desavenencias conyugales en algún momento y el perpetuo sueño de conocer la ciudad luz, que hechiza a "los enamorados y a los grandes bandidos". Entonces, domina el mensaje de algún modo bucólico en buena parte del metraje, con acompañamiento de acordeón a la francesa.

Huele a gatos y, lo que es peor, a orín y excrementos de felinos. Huele a ropa sucia, a tabaco, a ventanas sin abrir, a humedad, a salitre, a asco, a mezquindad.

Entre tanta asquerosidad se filtran planos que hacen reflexionar: la vida en un pueblo, sus gentes, el erotismo prebélico, los objetos en el camarote, el aprovechamiento del espacio.

No dudo que los artesanos del séptimo arte tilden a esta obra como una de las mejores de la historia, pero a los mortales de medio pelo como yo siempre les pasa lo mismo: ¿qué habrán visto que yo no?

Me gusta ella. El director ha conseguido sobresaltar el erotismo entre tanta mezquindad y maloriente ambiente. Eso le convierte en genio, quizá, si atendemos a la fecha en que fue filmada. El malogrado Vigo murió sin ver estrenada esta película, que fue montada casi 60 años después, sin una guía clara que seguir. Así que tenemos un collage de filmaciones. Quién sabe, igual algún día llego a tener tal conocimiento que soy capaz de disfrutar con obras así.