Haz click aquí para copiar la URL

Los Boxtrolls

Animación. Fantástico. Aventuras. Comedia Cheesebridge (Puentequeso) es una elegante ciudad de la era posvictorinana, obsesionada por el dinero, la clase y el más delicioso de los quesos apestosos. Debajo de sus encantadoras calles adoquinadas viven los Boxtrolls, unos monstruos que salen de las alcantarillas por la noche para hacerse con los bienes más preciados de los habitantes: sus hijos y sus quesos. (FILMAFFINITY)
<< 1 3 4 5 6 9 >>
Críticas 41
Críticas ordenadas por utilidad
29 de octubre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Aunque sea la propia película la que se encargue de dejar claro que no es otra cosa más que un cuento, es inevitable quedarse con la sensación de que, después de tanta parafernalia, habría sido conveniente un final algo menos infantil. Pero con esta magnífica animación de la que hace gala, todo se le permite.
juanfragallego
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
3 de noviembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
El cine de animación, vive una época convulsa en la que su máxima ambición, es conseguir reciclarse para llegar a unas nuevas generaciones que han abandonado hace tiempo la candidez y la ingenuidad de la artesanía del trazo fino que hizo las delicias de generaciones que ya parecen perdidas en los albores de la historia, cuando realmente el tiempo no ha volado tan deprisa. Sin embargo, la tecnología, y el acceso a ellas, ha hecho que los más pequeños de la casa, exijan para sí mismos, títulos donde la espectacularidad de los medios digitales, estén por encima del cálido colorido y del dulce trazado de una fábula clásica. Por ello, la irrupción de estudios como Laika, devuelven a la animación pequeños atisbos de esperanza para recuperar ese genuino cariño del cine hecho con las manos y desde el corazón.

Si con "Los mundos de Coraline" demostraron una capacidad de evocación imaginativa sorprendente, desentrañando un mundo onírico que bebía de la escuela Burtoniana, a la vez que se atrevía a asomarse a los vericuetos surrealistas de un Lewis Carrol a través del espejo; con "El alucinante mundo de Norman" consiguieron elaborar una historia de mimbres más sencillos, pero con un complejo entramado emocional capaz de ahondar con gran acierto en los temores y miedos de una infancia atormentada. Ambos títulos, gozaban además de una factura técnica que bebía de la magia artesanal del stop-motion, a la vez que incoporaba algún que otro elemento digital, para adecuar ambas cintas a los tiempos que corren.

"Los Boxtrolls" su nueva propuesta, sigue esa estela de éxito en lo que a calidad de la cinta se refiere, si bien, su nueva película flaquea en algunos puntos donde sus compañeras de estudio se hacían muy fuertes. "Los Boxtrolls" se trata de una película que bebe directamente de los orígenes del cine, más concretamente del impresionismo alemán al que homenajea en la forma, e incluso en el contenido. Una lección de historia del cine para los más pequeños que los más mayores no pueden dejar pasar. El diseño de los personajes, o los decorados, respiran los ambientes y las formas de esa mítica obra de Wiene, "El gabinete del doctor Caligari", con un colorido y un uso de las atmósferas y los colores que evocan ese cine de principios de siglo que, en su contenido, ya sea en el título mencionado, o en títulos legendarios como los que giraban alrededor del tenebroso Mabuse de Fritz Lang, anticipaban la llegada de un régimen devastador que destruiría la moralidad y la fe en la raza humana durante su poder. De ese mismo modo, "Los boxtrolls", tiene mucho de alegoría política contra los régimenes autoritarios y las purgas atroces que se cometieron en nombre de razas superiores. Un relato que, pese a ese trasfondo tenebroso y aterrador, consigue ofrecer las aventuras, el ritmo, y la diversión suficientes para que los más pequeños disfruten con estos pequeños personajes habitantes del cartón deshechado.

La pega, porque la hay, es que con ese trasfondo tan oscuro, el guión y la historia principal de la película, parecen desdibujados en una trama que parece arrancar a medias en el primer tercio de la película. Sin embargo, no se puede dejar de valorar la valentía de un relato con mensaje, que huye de banalidades y estúpidas reiteraciones argumentales; y que sobre todo, es capaz de poner la imaginación y la artesanía al servicio de una historia que, gracias al trabajo de tantísimos profesionales, consiguen hacernos recordar una etapa cinéfila sorprendente, a la vez que vuelven a despertar al niño que todos tenemos dentro.
EuTheRocker
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
4 de noviembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Como el payaso que murió de éxito... y justo cuando parecía que el cine de animación americano (sin importar demasiado la productora de la que proviniera) iba a conquistar de una vez por todas al público adulto; cuando parecía que iba a dejar atrás, por fin, el injustísimo lastre del infantilismo que le adjudicaron tanto tiempo atrás los más cortos de miras, tiró por tierra buena parte del -buenísimo- trabajo, y desanduvo casi todo lo andado a lo largo de unos años sin lugar a duda gloriosos. Nos referimos, por supuesto, a la época dorada de la Pixar, que se vio refrendada por una competencia que se tuvo que poner las pilas (no le quedó otra) con tal de mantener su parte en ese pastel que se antojaba más apetitoso que nunca. Y así, casi sin darnos cuenta, los ''dibus'' reclamaron, con todo merecimiento, un prestigio que llegó, de forma oficial, tarde... aunque no demasiado tarde.

Volvimos a entretenernos (y de qué manera), y a emocionarnos... qué diablos, volvimos a llorar. Pero sobre todo, reímos. Mucho. Hasta que alguien malinterpretó las carcajadas del patio de butacas, y ahí se quedó. Y ahí nos quedamos. De repente, en un abrir y cerrar de ojos, la animación había vuelto a sus raíces más ''cartoon'', en cierto modo tomándolas solamente en lo referente a una esencia que, tarde o temprano, se antojaría como demasiado esencial, valga la redundancia. Seguimos riendo, sí... pero poco a poco los decibelios de la platea se fueron apagando. Porque más allá del encadenado de gags, pocas más alegrías nos quedaron. Quedó patente, más que nunca, que las sonrisas vacías solamente valen para rellenar un tiempo que más adelante apenas será recordado. Dicho de otra manera, el cine que perdura (se incluye, por supuesto, el de animación) precisa de algo más que el gozo más inmediato.

Queda claro, pero los efectos de esta nueva regla siguen reproduciéndose. Incesantemente; cada vez con menos pudor. Solo que, como ya sabemos, no hay norma sin excepción. Hablamos ahora de Laika, esta especie de perro verde que en su rareza; en su capacidad para desmarcarse de la corriente general (sin que parezca, en ningún momento, qué éste sea uno de sus principales objetivos... quizás porque realmente no lo sea), deja más clara que nunca la necesidad de la consistencia para un espectáculo que, ahora sí que sí, es para niños, pero que en ningún caso excluye al resto del público. Todo empezó, como no podía ser de otra manera, con un binomio estelar. Con Tim Burton y su esplendorosa (y en cierto sentido incluso superior) alma gemela, Henry Selick. La dupla compuesta por 'La novia cadáver' y, sobre todo, 'Los mundos de Coraline' fue un paso más allá, no sólo ampliando el espectro de la audiencia, sino incluso atreviéndose a prestarle más atención a su sector más adulto.

Volvimos a reírnos, por supuesto, pero recordamos que con la stop-motion uno podía también estremecerse y comprobar, aterrado, como los pelos de todo el cuerpo se habían erizado cual escarpias de hielo. Las buenas sensaciones continuaron con la también muy recomendable 'El alucinante mundo de Norman'... y siguen haciéndolo con 'Los Boxtrolls'. La nueva aventura de Laika se muestra, desde el primer fotograma, en -casi- perfecta consonancia con las anteriores. Prima un diseño de producción que hace de lo tétrico (de lo deforme, de lo extraño... en definitiva, de lo aparentemente feo) su principal argumento para llegar a un carisma vencedor. El cuento de hadas sigue vivito y coleando, sólo que ya no siente la necesidad de ocultar su auténtica naturaleza. Aceptémoslo, en el interior de cada relato popular con el que hemos crecido late el corazón de monstruo.

Está por ver, claro, si éste es bueno o malo o, si se prefiere, si se come al mocoso o, por el contrario, se convierte en el mejor padre con el que éste podría alcanzar a soñar. Con esta fantástica ambigüedad arranca el trabajo de Graham Annabele & Anthony Stacchi, basado en la serie de novelas de Alan Snow, quien al mismo tiempo podría considerarse como más que digno heredero de aquella narrativa en manos de genios de la talla de Jan Terlouw. Adiós al maniqueísmo clásico, y con él al convencionalismo de una narración que, consciente de a quién va dirigida, se convierte en esclava de las necesidades de su receptor. El equipo de Laika, por el contrario, sigue teniendo clarísimas sus prioridades (artísticas, por ejemplo), así como los caminos para alcanzarlas. Todo lo demás, afortunadamente, es secundario. El resultado final no luce tanto como en las anteriores ocasiones, pero sigue atestiguando una técnica y alma únicas, conservando así un espíritu aventurero de lo más envidiable, amante de todo tipo de filigranas, y que no siente la necesidad de hacernos reír (porque sí) con tal de mantener nuestra atención, y que confía en su (des)encanto inconfundible para llegar, sin atajos ni trampas, al ocupante de la butaca... tenga éste la edad que tenga.
reporter
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
12 de diciembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
¡Vaya desparpajo artístico el de este filme! La laboriosidad de este ejercicio de animación es una inspiración para miles de jóvenes artistas y creativos en todo el mundo. Todo está muy bien hecho y encaja perfectamente en nuestra imaginación produciéndonos una dulce contemplación de un universo maravilloso en sí mismo. Pero también queda una lección. Y esta consiste en darse cuenta de que estos productos no pueden ser completos si las historias no los sustentan plenamente como un eje que guía, frena, acelera, crea expectativas y perfila sentimientos. The Boxtrolls tiene el pecado de haber descuidado a sus personajes y el guión y, con ello, la película de un sabor extraño en la retina: por un lado el placer eminentemente estético e infantil de ser cautivo de cada obra de arte que hay en la elaboración del filme y, por otro, la sensación de que es una historia que se repite, que ya nos han contado una y otra vez.
Valetamayo
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
20 de diciembre de 2014
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una película con vida... Con un gran argumento para quien está despierto o se está desperezando, sin desesperarse."Los Boxtrolls" no pretende dibujar un mundo mágico de color, sino que su argumento, aparentemente poco trabajado, es el pretexto que alcanza hasta donde nuestra imaginación nos lleve a vivir esta película. Una película que nos invita no sólo a disfrutar de su calidad artística manifiesta, sino que juega con los personajes, encubriendo significados más profundos, pero directos. Un trabajo minucioso, propio de buenos hacedores.

La trama no es que sea sencilla, sino que es, en sí, reverencia de la realidad, tal vez bajo la presunción inocente de que todos convivimos ante la amenaza inocente de pertenecer al mundo de los boxtrolls -acaso sin pretenderlo-, bajo las artimañas y manipulación de personajes que se hayan entre nosotros, y que se jactan de hacernos la vida "más mejor" xD, bajo un propósito despiadado de superación, que no lleva a ningún sitio... sólo, a perdernos en la estirpe del torpe que no sabe vivir, ni, tampoco, saborear lo exquisito de la sencillez, sin la sofisticación que nos ciega, a veces... Una pregunta se cierne mientras degustamos un buen vino: "¿vivimos como boxtrolls, o se cierne sobre nuestro ser la sombra del sombrerero loco que ansía usurpar el gusto inmaculado, que "realmente" no existe ni a nadie pertenece? Finalmente, podríamos "toparnos" con la firme realidad de que somos un poco de todo eso, de alguna forma, y en algún concepto de entre todos los que nos definen como especie. La creatividad persevera, y no es la basura entre lo que se busca, sino que el "mundo de arriba" infravalora lo que no sabe aprovechar, o no tiene herramientas para sublimar, más que sofisticar.

Esto podría ser así, o lo que queramos interpretar... Pero no se puede, bajo ningún concepto, argumentar que su trama es pobre. En absoluto. Simplemente, no podía ser de otra forma, porque sería romper con la claridad y la esencia de una película que, por sí misma, ya es una obra de arte. No necesita reinventarse.
Lugal
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
<< 1 3 4 5 6 9 >>
Cancelar
Limpiar
Aplicar
  • Filters & Sorts
    You can change filter options and sorts from here
    arrow