Las chicas de la tierra son fáciles

Dos estrellas emergentes de la stand up comedy y de la televisión -compartirían periplo en In Living Color-. Dos estrellas de cine emergentes que repetían como pareja -dentro y fuera de la pantalla- tras "mosquearse" y emparejarse gracias a un David Cronenberg tan truculento como accesible. El cortometrajista, director de videoclips y ex documentalista de los Sex Pistols, Julien Temple, a los mandos de una nave cuyos mecenas, la compañía DeLaurentiis se asomaba a la bancarrota.
Y por si fuera poco, atraídos por el cebo de Geena Davis y el percal de los Ángeles de 1988, tres alienígenas -Jeff Goldblum, Damon Wayans y Jim Carrey ataviados igual que tres furbys de colorines- sienten la urgente, imperiosa, irresistible necesidad de aterrizar en el Planeta Tierra tras descubrir que en él cohabitan unas criaturas carnosas, sin pelos (bueno, hay de todo) y fascinantes que les hacen perder irremediablemente la cabeza: Mac, Wiploc y Zeebo quieren relacionarse y conocer ¡de cerca! a las hembras humanas. Y no existe un lugar más apropiado (ni una época más propicia para cortejarlas con música que los 80) que estrellándose contra la piscina de la dueña de un salón de belleza (a ella también le gustan los cuerpos depilados) a la que su novio no la satisface sexualmente.

En el film Earth girls are easy (1988), comedia romántica musical, que desarrolla el encuentro entre tres hombres extraterrestres con mujeres de la década del 80 en distintos lugares de moda en el valle de San Fernando, California.
Filmada en tono de comedia musical, con elementos paródicos hacia el género ciencia ficción y velada crítica a la política del momento y, a los valores y estereotipos, este producto de entretenimiento presenta el modelo masculino tripartito, usualmente usado para la representación de la mujer, ejemplos como Las tres Gracias, las fases de la luna y su homologación a estadios de la vida, etc. Podríamos ver en este film una evolución de la serie televisiva Los ángeles de Charly(1976/1981). Se presenta, entonces, como la incorporación posmoderna del modelo clásico de la diosa tripartita, en el momento de quiebre de las representaciones masculinas tradicionales, llevadas a cabo por la industria fílmico- musical, donde uno de sus representantes es David Bowie.
En sus características alienígenas cada uno está representado con un color: rojo, azul y amarillo. Al convertirse/transformarse /maquillarse como humanos muestran una conjunción inter-étnica desde los rasgos fìsicos (rubio-negro-y un tercero que puede ser homologado a las características de un otro cultural). Todo esto aunado a las características identitarias de estilos de los 80. Se pone de manifiesto un procedimiento metalingüístico que instala como ejes la temporalidad y la construcción de estereotipos valorados. En ambos casos a partir de signos tales como objetos, lugares, vestuario, peinados y gestualidades. La banda musical es uno de los índices evidentes de contextualización temporal y espacial.

Tuvo que ser una apuesta.
"¿A que no coges a tres mataos, les forras de pelo y les encierras en decorados rosa chicle mientras intentan ganarse los favores de una mujer insatisfecha sexualmente?
Ah, y que sea UN MUSICAL."
Probablemente haya que agradecerle a la coca el poder "disfrutar" de todo esto.

Era difícil encontrar un título más adecuado que 'Las Chicas de la Tierra son Fáciles'.
Literalmente, eso es lo único que se me ocurriría para poner nombre a una sucesión de sketches surrealistas bastante cachondos donde tres alienígenas aterrizan buscando encamarse con, como ellos las llaman, "mujeres calvitas".
Y esto podría haber salido horriblemente mal, porque podría no haber contado ni con Geena Davis como Valerie, ni con Jeff Goldblum o Jim Carrey como los visitantes espaciales (Marlon Wayans intentó que le pagaran sin haber actuado, con gran éxito).

Por suerte, es gracias a los muy sobrados actores que esta cosa se hace medio soportable, e incluso alcanza un nivel de tontuna fantástica que hace gracia por no tener ninguna verguenza: joder, que Geena Davis canta en picardías y peluca rubia, pero me creo su rabia por un marido infiel.
El homenaje a la ciencia ficción cincuentera también funciona, revertiendo a los monstruos del espacio exterior en maromos que buscan amor carnal, y dando una idea de la esquizofrenia vivida en ese Hollywood superficial que ya ni repudia lo diferente, solo lo ignora a no ser que sea atractivo y pueda follar.
Me creo que gente así puebla esa ciudad: entregada al culto al cuerpo, bronceada y hedonista, que soluciona tus problemas con una canción, una peluca y esa actitud repelente de comerse el mundo solo porque has cambiado el color de uñas.

Los extraterrestres multicolor acuden a la Tierra buscando justo eso, pero pasadas las noches de juerga la novedad caduca, porque es mejor amar a una persona por lo que es que por lo que finge ser (y Geena Davis lo tiene todo muy bien puesto y lo luce de escándalo).
Quizá los locos somos los terráqueos después de todo.
Los únicos que pensamos que un matrimonio infeliz puede durar si el sexo es bueno, los únicos que queremos cambiar la escultural figura de Valerie y los únicos que nos decimos demasiado poco "te quiero".

Tal vez por eso necesitábamos esto, un Jeff Goldblum dándonos el toque de amor que nos falta y demostrando que, tras años de temerlos, los alienígenas tenían razón.
También puede ser que no, pero a nadie le amarga un dulce tan recargado, que hay que verlo para creerlo.

Ahí va esta, por todas las criaturas que se quedaron sin sexo.
Y aunque las chicas de la Tierra parezcan facilonas, lo que pasa es que no hay nada como que los monstruos las lleven en sus fornidos brazos, tal como aparecían en aquellos pósters de los 50: en algún momento tenía que resolverse esa tensión sexual.

El único motivo por el que me decidí a ver esta película, es por ver los comienzos de Jim Carrey. Uno de mis actores favoritos en cuanto a comedias se refiere. Me picaba la curiosidad de verle actuar en sus tiempos mozos, cuando aún no se había hecho un hueco en este mundillo.

La película es... curiosa. No es una gran comedia, no es una gran película de ciencia ficción, no es un gran musical y no es una gran película romántica, pero todo ello lo compensa, en cierta medida, con una serie de situaciones originales y cómicas en las que podemos apreciar las excentricidades de un grupo de alienígenas cachondos como perros que solo quieren fornicar con hembras terrícolas.

El que sea rara como ella sola y cuente con actores que hoy en día ya son parte de la historia del cine como Jim Carrey y Jeff Goldblum, hacen que por lo menos valga la pena ver la película, mas no esperéis gran cosa.

Aquí podemos apreciar los característicos gestos que Jim Carrey perfeccionó en el futuro. Por lo que podemos hablar de que en esta película podemos ver el inicio del humor de Jim. Si bien es cierto que en películas anteriores ya había mostrado un par de pinceladas, en esta película tiene rienda suelta para dejarse llevar al interpretar a un alien excéntrico. Papel que le va como anillo al dedo y que borda como él solo lo podría hacer.

A momentos es cómica, pero lo absurdo de la trama y de las escenas llega a pasarse de rosca de mala manera. Por lo que para disfrutarla en su totalidad se debe dejar la mente en blanco y dejarse llevar, como cuando éramos pequeños. Porque sí, si algo tiene esta película es que de pequeño te puede llegar a parecer tu película favorita, mas siendo adulto te puede parecer un despropósito sin pies ni cabeza. Sed niños durante 1h y 40min y dejaos llevar y seréis capaces de valorarla como se merece.

Ví este film, principalmente porque en él actuaba Jim Carrey y creí que eso sería motivo suficiente de diversión asegurada, pero a los minutos me dí cuenta que mi teoría podía fallar y que él no era el protagonista, sino solo un actor en un rol secundario.
La trama simple, los extraterrestres deciden invadirnos sólo porque les gustaron las mujeres humanas y querían copular con ellas, nada más. Película bien bizarra que podía haber sido protagonizada por la dupla de comediantes argentinos Olmedo y Porcel porque lejos de sus producciones no esta.
Acá los 80s se muestran en su mejor versión, con partes de musical, con MTV liderando y las mujeres rondando de la peluquería al gimnasio. Comedia con tintes de novela de amor. Es un film para ver una tarde bien aburridos y sin nada que hacer, contiene efectos interesantes para la época y tres comediantes haciendo monerías idiotas…
Nota:
La escena del enfrentamiento bailable es estupenda ja.