La mujer en la ventana

Desde siempre me han gustado las películas de suspense, de intriga, donde todo lo que vamos viendo nos hace dudar. Aquí ocurre eso, que llegamos a poner en duda de juicio las situaciones y tenemos la percepción, en parte, de la protagonista. Toda la cinta juega a ese juego, en tenernos con la pregunta de si ha ocurrido o no, de si es fruto de su imaginación o no.

La historia gira en torno a una mujer con agorafobia, es decir, miedo a salir de casa. La vemos hacer una vida de interior y, como reza el título, asomada a la ventana, desde la cual va observando diferentes situaciones. Maneja muy bien sus cartas, creando intriga con poco y manteniendo esa sensación hasta el final. Sus primeros compases son introductorios, para conocer a los personajes, pero en cuanto entra en materia mejora bastante, hasta el final.

Las interpretaciones son de lo mejor de la cinta. Amy Adams es la protagonista y logra que nos creamos al personaje. Muy buena labor por parte de la actriz, que aquí se luce bastante. También cuenta con otras caras conocidas como Gary Oldman, Wyatt Russell, Julianne Moore o Anthony Mackie; pero no cuentan con demasiados minutos y, algunos, apenas desempeñan una breve aparición.

El misterio que rodea a la trama se mantiene vivo en todo momento. No se desvela a falta de mucho metraje, te sigue dejando en duda casi hasta el final y eso es positivo para el correcto cumplimiento del cine. Si te lo ves venir pierde la gracia. En ese sentido funciona bien. No es la mejor película de intriga que se haya visto, pero es efectiva en su propuesta.

En resumen ''La mujer en la ventana'' es una cinta entretenida, que cumple con lo prometido y bastante correcta. Recomendaría, como siempre, saber a lo que se viene, pero lo deja bastante claro la sinopsis. Si buscáis un pasatiempo ameno y que os deje pegados a la pantalla aquí es probable que lo encontréis. La recomendaría.

Lo mejor: Es entretenida, Amy Adams, secundarios de nivel, la banda sonora y mantiene el ritmo hasta el final.
Lo peor: Nada importante. Quizás los primeros minutos hasta que entra en materia.

* Un 6 *

¿Qué es mejor, salir a la calle y quedar con amigos y hablar y pasarlo bien en la medida de lo posible o quedarse en casa y tomar vino con pastillas? Pues depende, pero para el personaje de Amy Adams, lo segundo cunde más, porque en 12 minutos ya le han pasado un montón de cosas que no le ocurrirían a nadie si no mezclase vinaco, pills y no viviese en una mansión de 9 pisos. Y claro, si además te visitan unos divertidísimos Julianne Moore y Gary Oldman con las mandíbulas desbocadas y un chiquillo que habla raro pero que en seguida se niega a abandonar la casa así como así pues la cosa mejora. Mejora mucho. El problema para el otrora gran director Joe Wright es ¿cómo bajar el ritmo para que la chavalaría de Netflix no cambie de plataforma? pues pegando sustos, subiendo la banda sonora e insertando primeros planos de cerrojos, salpicones de sangre y ojos que ni Darío Argento. La historia, por supuesto, es la de siempre, con inocente al que nadie cree y tal, pero el desarrollo es un despiporre y...

Por pura lógica, detalles de la narración de lo escrito por A. J. Fynn, se enturbian, o, simplemente, desaparecen, pero no importa en absoluto porque una cosa son las letras y otra la imagen, y aunque una imagen valga más que mil palabras, no es así, cuando se trata de un relato.

Puede hacerse una comparativa por su "planteamiento" similar con el de una famosa obra, pero no creo que sea justo ni que haya que hacerlo para medir la calidad del argumento, la de los artistas, ni la de los técnicos. No procede. Es obvio e indiscreto además. La La ventana indiscreta (1954) es una lujosa exposición de clase y un glamour de altos vuelos para deleite del espectador, basando la acción en una luz y una claridad absoluta, con un panorama abierto de ventanas al vuelo. Y ésta, no tiene nada que ver. Actual, oscura, con un personaje central deprimido, una mujer alcohólica y solitaria ante un único objetivo centrado frente a ella, el del otro lado del espejo, aunque también recibe visitas. Por supuesto, ninguna visita mejor que la de Grace Kelly.

Aquí, lo que cuenta es que los personajes están bien definidos. Amy Adams acepta el reto y es una enferma sensacional, convenciendo al espectador desde la entrada con su rostro acongojado y sus expresiones. Tiene fobia a los espacios abiertos, y nos la presentan para ello con el típico loquero, visto siempre de perfil, y con esas sentencias chungas de invertir un par de veces lo dicho por la paciente para animarla. Con ella y el loquero queda iniciada la acción.

Para preparar el camino tenemos a Gary Oldman, ese actor desconcertante que hay que decir que está espléndidamente doblado y que se le reconoce justo por quien le dobla porque pone alma a sus cabreos. Aparecen actrices con renombre para que veamos que no es poca la inversión para ofrecer algo de calidad, y que lo que hay es eso, un thriller metido en una casa, en penumbras, y que no puede ofrecer más giros que los que se prestan a ellos; podía ser reflejo de Sola en la oscuridad, podía ser Doble cuerpo, podía ser tantas cosas... Lo importante es que no se esconde.

Es una producción de un nivel superior a los telefilmes, digamos que un par de escalones más, que no llega al rellano de lo exquisito por la austeridad de la narración, pero no está mal; se queda donde está. No se pueden superar las expectativas si no se tienen.

Me sorprendió desde el principio por la manera en que nos conduce hacia situaciones que de no darse en una película, resultarían absolutamente inverosímiles.

Amy Adams no parece gozar de muchos registros interpretativos, pues al margen de las circunstancias, presenta idénticas expresiones faciales, y en los momentos de tensión: carita de loca.

La trama, lo más importante en cualquier narración cinematográfica, aquí es un despropósito de secuencias sin lógica. No me sorprende la nota global.

Pequeña intervención de Julianne Moore, interpretando un papel ambiguo, aunque perfectamente resuelto, con la profesionalidad que la caracteriza.

Leí algunas de las críticas antes de verla, cosa que no suelo hacer excepto que me surjan dudas. Debo admitir que en esta ocasión la mayoría de críticos profesionales aciertan con lo que te vas a encontrar...

Y lo que encuentras es poco. Una historia a la que podría habérsele sacado un gran partido pero cuyo desarrollo escasamente centra el foco, limitándose a proporcionarnos un relato visual poco creíble (algo que en sí, no resulta trascendente en el medio) pero que hubiera debido mostrarse mucho más concreta, manejando los elementos con los que cuenta con mayor habilidad.

Me sorprendió encontrar a Julianne Moore, ejecutando un pequeño papel muy secundario, desde esa soltura y solvencia que la caracterizan.