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Crímen verdadero

Intriga. Thriller Steve Everett es un periodista de investigación alcohólico y mujeriego. Su estilo de vida no sólo lo ha desprestigiado profesionalmente, sino que además ha arruinado su matrimonio. Encuentra una inesperada oportunidad de rehabilitación cuando le encargan una entrevista con un condenado a muerte en la víspera de su ejecución. A pesar de ello, decide investigar por su cuenta y ciertos indicios le hacen sospechar que el hombre que va a ser ... [+]
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Críticas 51
Críticas ordenadas por utilidad
12 de junio de 2013
15 de 19 usuarios han encontrado esta crítica útil
Eastwood ha hecho películas que podrían emitirse en el "El Peliculón" y otras que podrían ir en el espacio del cine del domingo por la tarde. Esta entraría dentro del segundo grupo.

No es que sea una película mala, que también tiene alguna Eastwood, pero cojea en algunos aspectos. Es una trama bastante irregular, inverosimil y que busca por momentos la lágrima demasiado fácil, pero que se deja ver y tiene momentos de gran cine.

La parte más destacada del film son las apariciones del reo. Gran trabajo el de Isaiah Washington y Lisa Gay Hamilton (su esposa). Lo mejor de la película son las escenas que comparten ambos, junto a su hija. Momentos muy tenso y dramaticos y muy bien llevados y que te ponen un nudo en la garganta. Al igual que todo lo referido a la ejecución en si. Los pasos del reo hacia la cámara, su preparación para el "asesinato legal"...

Por el contrario, toda la parte que afecta a la vida privada de Steve Everett… me sobra: la trama con su mujer, su hija, las visitas al zoo, sus devaneos amorosos… Toda esta trama creo que busca hacer más dramático el film, como si no tuviera bastante ya con la ejecución y, a mi gusto, lo que hacen es desmerecer la historia principal.

Lo mismo me pasa con las escenas finales. Todo lo bueno que consigue con esos planos sobre la ejecución, lo pierde con esa estúpida y suprimible persecución policial (trompazo incluido).

Para terminar, dos secundarios. Uno totalmente prescindible, el mendigo de las tostadas… es tan prescindible, que consigue irritarme cada vez que aparece… El otro, el papel de James Woods. Magnífico su trabajo, elevando a grandes momentos todas sus intervenciones.
Pekindi
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11 de diciembre de 2009
14 de 17 usuarios han encontrado esta crítica útil
1. Es un viejo adolescente, un periodista caprichoso y arbitrario a quien sólo le conmueven de verdad las mujeres de cualquier edad. Ha dejado el alcohol, le queda la alegre suavidad femenina, mucho tabaco y poderoso olfato, caiga quien caiga. Incluso si el que ha de caer es él mismo.

2. Del otro lado, un muchacho de raza negra que lleva 6 años en el corredor de la muerte.

3. Periodistas nobles e idiotas, audaces y acomodaticios: un mundo en el que moverse con energía si no se quiere sucumbir al desaliento.

4. La cárcel donde se llevan a cabo las penas de muerte: una cotidianidad escalofriante en la que el personal se divierte con gran confianza en el sistema, aunque todos sepamos que a lo largo de la Historia la Justicia cometió terribles errores.

5. Un clima poderosamente intenso, excitante, de policiaco impecable sin policías a la vista.

6. Situaciones conmovedoras de preciso melodrama en medio de alta tensión. Especialmente admirable la sesión entre Eastwood y Venora.

7. La ironía, el toque de humor elegante, el brillante ejercicio interpretativo de Eastwood en uno de sus mejores trabajos.

8. En el gran reparto que acompaña al maestro, además de la gran participación de Diane Venora, ovaciones para Isaiah Washington en su difícil larga jornada hacia la muerte, su esposa Lisa Gay Hamilton y el siempre admirable James Woods. Mención aparte para el elenco de la cárcel desde el frío tipo que está junto a la celda del condenado con una máquina de escribir registrando cada uno de sus movimientos hasta el director de la cárcel, el hombre que disimula ante los subalternos su sensibilidad ante el crimen legal que allí se lleva a cabo.

9. La encantadora, conmovedora música de Lennie Niehaus, que acompaña sutilmente toda la acción para desencadenar al final un score melancólico propio de cine negro con fondo de ciudad vestida de navidad.
horacio
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30 de marzo de 2011
11 de 11 usuarios han encontrado esta crítica útil
Analicemos está película bajo dos puntos de vista: el artístico y el político.

Artísticamente, se crece en la segunda parte, con un final trepidante con grandes sorpresas. Ya conocemos al personaje por otras películas: rebelde, de corazón indomable, instintivo, sarcástico, seductor, fiel a la justicia, solitario... Si no te gusta este personaje, cambia de canal.

Si el personaje es familiar, la escenografía es diferente: esta vez él es periodista y un inocente va a morir en el corredor de la muerte. Con todo en contra suya, será capaz de salvarlo??

En realidad, la historia no es muy original, pero está muy bien narrada. Además, Clint hace un uso comedido de los recursos melodramáticos con el objetivo de lograr un final vibrante. El guión concentra lo mejor en el final, quiebros de última hora que te disparan la adrenalina.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Jordi B
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28 de diciembre de 2008
25 de 41 usuarios han encontrado esta crítica útil
Una de las historias de siempre con Clint Eastwood (tiene que resolver un embolado) que, aunque no lo parezca, hacen que ya sea un icono del cine como lo pueda ser Charlot y su vagabundo o Woody Allen y su neurosis incubada en la niñez. Es decir, Clint vuelve a hacer de detective ("disfrazado" de periodista) socarrón y macarra pero con buen corazón.
Por supuesto, con los años ha dominado el pulso narrativo y sin salirle una obra maestra hace que una vez ha acabado la peli digas: "me lo pasé bien".
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
General Mola
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17 de diciembre de 2014
9 de 9 usuarios han encontrado esta crítica útil
En los EEUU, y durante muchos, muchos años, los negros han tenido que huir de muchísimas cosas: De las autoridades (policía, ejército, fuerzas especiales…) porque para ellos -sobre todo si son blancos, y la mayoría lo son- la presencia de un negro es siempre “aviso” de peligro, de delincuente a bordo, de agresor en potencia. Recuerdan, repentinamente, el inmenso daño y maltrato que la sociedad y las fuerzas del Estado les han causado a los afrodescendientes durante tantos siglos, y por eso les temen como si sintieran que están ahí para cobrar su histórica venganza. Metafóricamente, es algo así como la relación hombre-ratón: el hombre teme al ratón y por eso lo mata cuando lo ve, al tiempo que el ratón siente pánico ante el hombre y, si puede, emprende la huida, porque presiente que éste va a matarle.

Los afrodescendientes temen entrar a una tienda administrada por blancos, porque sienten que pueden pegarles un tiro, por la presunción de mucha gente de que todos ellos, sin excepción, son asaltantes. Temen dirigirse a las personas blancas para preguntarles algo (una dirección, la hora…), porque intuyen que van a pegar un grito ante su solo acercamiento. Temen caer en la cárcel, porque bien lo saben que, contra ellos, más que con nadie, se aplican las leyes con el máximo rigor, y en demasiadas ocasiones, no importa si pueden ser inocentes... si son negros, están mejor en la cárcel o en la silla eléctrica.

Por cosas así, es que, Frank Beecham, un hombre casado con una buena mujer y padre de una preciosa niña, se encuentra ahora en la cárcel de San Quentin, a la espera de entrar en el corredor de la muerte, hecho que va a suceder dentro de 24 horas. Y va a ser necesaria la muerte de una joven y guapa periodista, para que un colega suyo, también padre de familia, en crisis con su mujer, ex-alcohólico, mujeriego y ateo, entre en escena… y con solo conocer un poco del caso del joven condenado a muerte, de pronto tenga la corazonada de que, sin lugar a dudas, es inocente. ¿Podrá probarlo? ¿Podrá demostrar que los testigos presenciales han dado un falso testimonio? ¿Será capaz en 24 horas de hallar alguna prueba contundente que demuestre la inocencia del acusado?

Procurando entremezclar el buen humor con el más fuerte drama, Clint Eastwood se la juega con un nuevo alegato contra los errores judiciales y contra el racismo, temas en los que el cine siempre insistirá, pues, mientras sigan siendo motivo de injusticia y de aberraciones sociales, habrá que seguir abogando hasta que, algún día, entremos en razón.

“EJECUCIÓN INMINENTE” es un filme limpio y muy acertado en su propuesta histórica, al tiempo que luce duro e intolerante contra aquellos fariseos que, tan frecuentemente, desprestigian a sus sagradas profesiones (prensa, iglesia, política…). El drama, de “ficción”, escrito por Gross, Brickman y Schiff, no brilla precisamente por su originalidad, porque huele bastante a lo que ya hemos visto en otros dramas carcelarios, pero consigue atraparnos porque, Eastwood, por momentos, le imprime un generoso tono de desenfado y de comedia ligera, haciendo que su personaje que -ésta vez-, para nada presume de héroe, luzca bastante agradable, con su descomplicada manera de asumir la vida.

Aquí estará de nuevo la estupenda, Diane Venora, haciendo de su hastiada esposa, y James Woods y Michael McKean, lucen estupendos como el cada vez más sorprendido director del periódico y el improcedente reverendo Shillerman, respectivamente.

Título para Latinoamérica: “CRIMEN VERDADERO”
Luis Guillermo Cardona
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