Cracks

Di (Juno Temple) alza la cabeza hacia Miss G. (Eva Green) para contemplarla en las alturas; ella ha contemplado La Belleza. Miss G le devuelve la mirada. Ella la aspira, se embriaga; ella la desea. Ella se inspira: "Algún día estaré a tu altura", le dice.

Miss G. se exhibe, se muestra; En ella resplandece La Belleza. Ella es la luz que llama a sus discípulas a sacar su potencial, toda su belleza. Siempre desde arriba, visible pero inalcanzable.

Un elitista internado para féminas es su único espacio vital. Lo que les enseñan allí es todo cuanto conocen de este vasto mundo. Sólo Miss G. puede hacerles saber a las chicas cuanta es la belleza que guarda, cuantos límites quedan por descubrir más allá de sus muros. Ella los conoce bien.

Fiamma Corona (María Valverde), ajena a todo ello, es arrastrada a ese enclave distante en el mundo, apartada de todo cuanto conoció a lo largo de su vida. Ella se ha visto sola, en un mundo mucho más pequeño del que acostumbra a caminar. Ella ha visto la decepción, ella sólo quiere volver…

Di alza la cabeza de nuevo hacia su admirada Miss G, fuente de inspiración. Ella no responde, Fiamma se encuentra entre ambas, Miss G sólo la mira a ella. Miss G exhibe un nuevo tipo de resplandor, más inquieto y agitado. Ella ha mirado hacia abajo y la ha visto, tan cerca, tan frágil… Ella sintió un estremecimiento. Ella lo ha sentido, ha contemplado La Belleza…

Mágica y elegante ópera prima de Jordan Scott que nos abre una ventana a un cerrado universo de fascinación y descubrimiento con una ambientación, caracteres y actrices con las que cualquiera podría decir que ha contemplado la belleza…

La película me ha gustado y la verdad es que te atrapa. La fotografía y los paísajes idílicos de la campiña inglesa en la que se desarrolla ayuda mucho a esto.

La historia también es atrayente aunque no cuente con el beneplácito de las dos protagonistas. Vista en VO se aprecia el esfuerzo de María Valverde para evitar el acento español - lo cual se agradece aunque su personaje sea una estudiante española-. El halo misterioso y bohemio de Green también es una baza muy bien jugada por el director aunque, quizás, le falta fuerza dramática a algunas de las escenas y a la historia en general.

Es, quizás, el tralado de películas como "La sonrisa de Mona Lisa" ya interpretada por Roberts pero sin la ñoñería y con algo más de transfondo que ésta última. Los paralelismos son inevitables.

Me encontré con este film casi por casualidad, y me sorprendió increíblemente por varias razones.
La primera de todas ellas es la profundidad de la trama, es una historia pausada, parece que no está pasando nada y sin embargo estás hipnotizada delante de la pantalla, sin poder imaginar que te están sumergiendo en un laberinto de pasiones con un final bastante incierto.

La segunda razón es ese final del que hablo. Es inesperado, doloroso, pero tiene una belleza extraña. Lo más importante de todo es que nos hace replantearnos muchas cosas. Quedan algunos cabos sin cerrar, historias sin explicar, pero realmente no es necesario. Mejor dejar al espectador esa tarea.

La tercera y última razón creo que es la más importante de todas. María Valverde. Menuda interpretación se marca la señorita. Está descaradamente bella, enigmática, frágil, sofisticada, sexy... todos los adjetivos posibles para este talento con patas que espero que sepamos aprovechar más en nuestro país.
El resto del reparto acompaña bien, pero no llega a su nivel. Es la mejor interpretación de Eva Green que he visto hasta la fecha.

Mi nota: 7.1

El debut en la dirección de Jordan Scott es una película pequeña, sin que eso sea nada malo. Es sencilla, elegante, los personajes están bien retatados y la historia nos engancha. La película crea una atmosfera envolvente, que va in crescendo según avanza la película. Las actrices no pueden estar mejor elegidas: Eva Green vuelve a demostrar que es una de las actrices más competentes y más guapas de su generación (y lamentablemente una de las que peor suerte tiene en taquilla), María Valverde vuelve a hacer de lolita y lo vuelve a hacer genial y Juno Temple e Imogen Poots se perfilan como grandes estrellas futuras.

Una gran opera prima. Una pena que el sistema de distribución no haya permitido que llege a los cines ni que se publicitara como merecía.

Segunda Guerra mundial. En un colegio británico para señoritas, un grupo de niñas adolescentes vive subyugado, en ambos sentidos de la palabra, por la personalidad rebelde y arrolladora de una joven profesora. En su plácido mundo, que transcurre confinado entre los bosques, el lago y las sólidas paredes del internado, se entretejen inquietantes aunque contenidas relaciones de poder, de admiración y de deseo. Sin embargo, el orden natural de las cosas se verá truncado por la llegada de una alumna nueva que, sin desearlo, hará aflorar todas las pasiones que se agazapaban bajo la superficie. Cracks es el arte de la insinuación, de lo que se destila pero no se verbaliza. Es sutil pero desgarradora, bella pero claustrofóbica.

Es esta una obra lírica, pausada y esteticista, pero cargada de tensión, que durante su primera hora no fascina pero extrañamente hipnotiza. Los gestos son contenidos, la vida languidece en una existencia chata con pretensiones de aventura y, a pesar de que comprendemos la configuración de la red de personajes, aún se nos presenta sólo su máscara sólida y superficial. No es hasta la última media hora cuando los personajes se desintegran y salen a la luz en toda su inmensa complejidad, y en toda su perversidad.

La película nos introduce de lleno en las miserias de la vida en clausura, de las relaciones de poder entre mujeres y de la existencia adolescente confinada dentro de los límites de una moral conservadora. En aquella institución celosa, donde se impide la entrada del mundo real a la vez que se pretende preparar a las niñas para la vida real, se construye una burbuja donde los personajes se aburren pero donde se sienten protegidos, convirtiéndose en el único lugar donde su identidad cobra sentido. El conservadurismo victoriano se está adaptando a los nuevos tiempos y permite el desarrollo de ciertos instintos, sin embargo, establece unos límites insuperables: se debe caminar por una línea muy fina que separa la intrepidez de la indecencia, la queja de la rebeldía y el deseo de su consumación. Así, a lo largo de toda la película, el lesbianismo discurre como una corriente submarina que se enmascara tras diversos disfraces y excusas: el amor por la belleza y el deporte, la amistad, la admiración… Sin embargo, la entrada en escena de un elemento que proviene del mundo exterior hará estallar esta ficción hasta los cimientos.

La película seduce por su sutileza y por el manejo cuidado de la imagen y la música. Sin embargo, a pesar de desarrollar una temática poderosa, se queda floja en la calidad del guión y en la interpretación de algunos personajes, sobre todo de María Valverde, que en vez de resultarnos una adolecente sugestiva, nos aburre. Eva Green, por su parte, que ya lo tiene casi todo ganado con el poder innato de sus inmensos ojos grises, está correcta en su papel de mujer histriónica y soberbia, sobre todo en las escenas finales donde su interpretación alcanza sus mayores cotas de impacto; sin embargo, se echa de menos una mayor exploración en los subterráneos de este personaje. La tercera en discordia, Juno Temple, está excelente en su interpretación de niña envidiosa e iracunda.

Demasiado densa para un domingo de resaca. Recomendable para ver a oscuras y bebiendo vino, preferiblemente alguna noche plomiza o lluviosa en que nos sintamos particularmente atraídos por la cara oculta de las profundidades humanas.