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Espías

Thriller. Drama El agente 326 de la Policía Estatal (Willy Fritsch) debe desbaratar una red de espionaje y detener a su cabecilla. El nº 326 desconoce que se trata del banquero Haghi (Rudolf Kein Rogge), quien trata por todos los medios de confundir al Servicio Secreto y neutralizar al nº 326, especialmente tras saber que su mejor espía, Sonja (Gerda Maurus), se ha enamorado del agente... (FILMAFFINITY)
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Críticas 17
Críticas ordenadas por utilidad
4 de marzo de 2014
5 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Doctor Caligari, Mabuse, Haghi, no importa qué identidad eventual adopte, porque la figura del monstruo asesino y genocida es recurrente en el cine alemán de los años veinte. Circunstancia que no deja de despertarme un gran interés, ya que siempre me preguntaré si ese tema tan reiterativo era una denuncia manifiesta que anticipaba de una forma visionaria el terrible régimen nazi que estaba por venir. Alemania era una olla de odio desde la Primera Guerra Mundial, y todo ese vapor ponzoñoso estallaría de un momento a otro.
Si la gente no estuviese tan ciega y resentida y hubiera hecho caso a esos directores expresionistas con sus tramas de locos malvados con delirios de dominar el mundo, alto espionaje, sociedades secretas y mafias, habrían visto de lejos venir al monstruo y tal vez no tantos se habrían dejado seducir por sus dotes de encantador de serpientes.
Quien haya visto la saga del doctor Mabuse de Fritz Lang, no hallará en "Spione" nada nuevo ni sorprendente. Hasta el capo mafioso está encarnado por el mismo actor de ojos de hielo, Rudolf Klein-Rogge, quien otra vez dirige una intrincada red dedicada a extorsionar, robar, asesinar y espiar con el fin de provocar el caos y la guerra, debilitando progresivamente a la humanidad para dominarla por el terror.
El genio de mente podrida embauca, tiene un instinto único para apoderarse de las debilidades ajenas y reclutar a esbirros leales y desechables.
El esmero técnico y narrativo del director austríaco es patente una vez más, con una fotografía nítida, una minuciosa puesta en escena, efectos especiales de gran espectacularidad y un argumento rocambolesco mezcla de cine negro y thriller en el que no falta el aura romántica del amor contrapuesto a los planes maquiavélicos del monstruo.
Los actores gesticulaban una barbaridad, hacían muchos aspavientos, había constantes maniobras de engaños, timos, suplantaciones, secuestros, fugas y juegos de prestidigitación y despiste, los galanes no eran Brad Pitt, las mujeres lo único que tenían postizo era el maquillaje... Hoy día son pocos los que están dispuestos a dedicar algún tiempo a estas películas de Matusalén. El blanco y negro, los intertítulos, la continua música de orquesta, la histriónica teatralidad, la duración a menudo prolongada... ¿Quién se va a molestar en pleno siglo veintiuno? Es comprensible, cuesta lo suyo.
Ya no estamos en 1928. Todo ha cambiado vertiginosamente rápido.
Pero si sois un poco nostálgicos de los tiempos pasados, incluso de los que no os tocó vivir por haber nacido más tarde, seguro que tendréis paciencia con el cine mudo alemán expresionista.
Vivoleyendo
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22 de septiembre de 2014
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
No sé si estoy capacitado para emprender un comentario sobre este gran director y esta gran obra. Lo cierto es que me ha impactado, reconozco que no la conocía y ni siquiera había oído hablar de Los espías ( Spione ), por supuesto me he informado antes de escribir nada sobre ella. Dicho esto, ahí queda mi opinión después de haberla visto y repasar algunas opiniones sobre la película. Trataré de resumirlo en 10 puntos que para mí la convierten en una obra maestra:

1- Pocos recursos para el film y tremendo el ejercicio de Lang para exprimirlos, todo un ejercicio de técnica y saber hacer.
2- Comienzo espectacular del film, no recuerdo nada igual en el cine mudo hasta la fecha, creando estilo.
3- No solo marca los pasos a seguir especialmente en esta película a directores de la talla de Hitchcock, Touneur… sino que estoy completamente seguro que el novelista inglés Ian Fleming en 1952 cuando creó al hoy tan popular agente 007, como mínimo en lo más oculto de su mente estaba el agente 326, las similitudes son demasiadas para ser una mera coincidencia.
4- Maravillosos juegos de luces y sombras.
5- La madre de todo un género del cine.
6- Una trama genialmente trazada.
7- Un Guión inteligente, que hace el film totalmente llevadero de principio a fin, sin pausas que aburran, a pesar que según parece ser, se han perdido partes de este que dificultan o no aclaran determinadas circunstancias, pese a ello y con una restauración magistral, ha quedado genial.
8- Aquí Lang nos ofrece su yo anterior y su yo futuro. Vamos sobre la base de lo que ya sabemos que hace bien ( Metrópolis, Los Nibelungos, Dr. Mabuse ) y el preludio de lo que vendrá ( Encubridora, Sobornados… )
9- Film innovador, por delante de muchos.
10- Arrollador final, la escena del payaso rodeado en el circo, ya solo por esto…

Por supuesto, altamente recomendable.
Jeremiah Johnson
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10 de marzo de 2019
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Poco después de realizar una obra maestra del tamaño de “Metrópolis” (1927), Fritz Lang se embarcó en un nuevo proyecto relativamente más modesto, “Espías”. La película era un obvio intento por apostar sobre seguro después de la desbocada y en todos los sentidos grandiosa producción de “Metrópolis”, un retorno al género criminal que tanto éxito le había procurado a Lang años atrás con “El Doctor Mabuse” (1922). “Espías” repite virtualmente los mismos esquemas que “El Doctor Mabuse” con algunas pequeñas variaciones que le dotaran de personalidad propia. De nuevo el enemigo es un poderoso criminal con una potente organización secreta e incluso esta vez Lang y su guionista Thea Von Harbou se permitieron reciclar una de las muchas subtramas de El Doctor Mabuse convirtiéndola en la trama principal de este film: una historia de amor entre dos personajes situados en bandos contrarios, una espía que debe elegir entre obedecer a su peligroso jefe o a su corazón.

Desde el primer fotograma te metes de lleno en la historia de estos dos espías enamorados, es una película en la que Lang muestra sus artes en el ritmo cinematográfico y donde ya está plenamente desarrollada la narración o lenguaje cinematográfico a través de un buen montaje, además claro está de una fuerza visual que regala unas imágenes únicas. La película cuenta con elementos que han sido mil veces repetidos en el cine posterior de espías y de suspense: las nuevas tecnologías y comunicaciones, los siempre seductores y característicos malos malísimos (impagable ese banquero en silla de ruedas siempre acompañado de enfermera enigmática y temible), los agentes dobles, el espía espiado, las persecuciones y atentados —magnífica la secuencia del tren—, las historias de amor entre espías de distintos bandos, verdugos y víctimas, los errores que se pagan caros (el agente japonés, me encantó esta historia secundaria), las dobles apariencias, los chantajes, la violencia… Y, por supuesto, una siempre cuidada puesta en escena con elementos que ayudan a contar la historia: el centro de operaciones del malo malísimo con esas escaleras interminables, esos magistrales primeros planos, el uso de las calles, los trenes, las casas y hoteles…

Ya desde su título (“Espías”) Lang mostraba una depuración hacia lo conciso y lo esencial. Su inicio es trepidante, mostrando en sucesión enloquecida robos de documentos, ministros y agentes asesinados y el servicio secreto desesperado ante los ataques despiadados de los espías internacionales, y buscando enganchar y dejar fuera de combate al espectador desde el primer plano de la película. Entre medias hasta nos regala alguna imagen que el tiempo ha convertido en icónica, tal y como es esa del motorista enfundado en cuero, gafas cubriendo casi la totalidad del rostro, enfrentándose al viento cortante con expresión decidida. Su influencia se extiende por innumerables películas, quizá la más evidente en la homónima “Los espías” (Les espions, 1957), si bien su director Henri Georges-Clouzot, con la ayuda de su coguionista Jérôme Géronimi adaptando una novela de Egon Hostovsky, pronto la convierte en una extrañísima obra de cámara donde nadie es lo que parece, ni tan siquiera ya quién es espía o no.

Cine espectáculo, cine entretenimiento que no aburre, una película que queda en el recuerdo grabada por siempre, una película de acción desatada entreverada con una desaforada historia de amor, y todo ello mostrado con una perfección apabullante, de ritmo medido al milímetro y una construcción de encuadres y secuencias de una belleza formal prodigiosa.
Juan Marey
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21 de febrero de 2007
4 de 5 usuarios han encontrado esta crítica útil
Ideada en un principio como un serial al estilo de los grandes éxitos pasados de Feouillade, Lang nos lega un film, que engloba la acción, aventura, romance y sobre todo suspense, en dónde el genial director alemán (que pese a rodar en plena ebullición del cine sonoro se niega por el momento a experimentar con el) se atreve a seguir innovando con efectos muy logrados para la época como explosiones o descarrilamientos magnificamente rodados, a la vez que consigue entretener con un elaborado guión en constante suspense.
o0_oscar_0o
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21 de enero de 2009
3 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
26(15/01/09) Cinta de aventuras de espías del Gran Fritz Lang, que hay que entender en el contexto del año en que se hizo, 1.928. Entretenido film, con una puesta en escena con sabor a futurista, con escenas de acción muy adelantadas a su tiempo, las persecuciones de coches, descarrilamientos de trenes y explosiones, precursor y claro inspirador del cine de Hitchcock en varios toques que después vimos en el cine del orondo director británico. Crea Lang a un personaje que recuerda bastante a su Dr. Mabuse, por su poder omnímodo que parecía adelantarse a lo que pocos años después sería el nazismo, sirva como curiosidad que los secuaces del malo malísimo visten de negro y con gabardinas de cuero, como luego vestirían Gestapo y S.S., toda una premonición. Lo más flojo es su endeble e inverosímil historia de amor, no resulta en nada creíble. Recomendable film a los que gusten de cine de acción mudo. Fuerza y honor!!!
TOM REGAN
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