La maravillosa Sra. Maisel (Serie de TV)

Lo primero que te sale del cuerpo al terminar de verla es rebuscar en los títulos de crédito a ver si aparece el nombre de Woody Allen por algún lado. Porque, vamos a ver, alta comedia, espectacularmente ambientada en el Nueva York de los años 50, con una familia judía, personajes inteligentes, pero algo superficiales, hablando del stand-up comedy desde dentro, abordando los dramas personales de una manera frívola, todo con un barniz de la elegancia de la alta sociedad, vamos, que solo le falta la banda sonora centrada en el jazz de la época …. Eso tiene nombres y apellidos…

La serie es notable, la ambientación, la interpretación, los números cómicos. Todo es muy redondo, a excepción, en mi opinión, de la historia troncal: la separación de esta pareja perfecta, formada por un canallita profesional y nuestra pluscuamperfecta Sra Maisel, y la incursión de la protagonista en el mundo de la comedia, siendo ambos personajes de la alta sociedad de Manhattan, es artificial, y termina lastrando el interés de la serie, por lo poco creíble del punto de partida. Acabé teniendo la sensación que la serie se alargaba en exceso hasta los 8 capítulos, posiblemente, porque aunque el envoltorio es inmejorable, el contenido no me llegaba a interesar del todo.

Aun así, indudablemente, una serie por encima de la media, muy recomendable para los amantes del cine de Woody Allen, o las comedias clásicas de los 50. Y en general del humor elegante, inteligente y adulto, que tanto escasea, por cierto…

Cuando alguien te da una recomendación, has de saber de quién viene. Y cuando a mi "esta persona" me la dio, la cogí con pinzas...pero por dios, qué gran acierto.
Esta serie es como la titulo: el humor detrás del humor. Sin spoilers no diré más que Rachel Brosnaban es para mi un gran descubrimiento, si bien Amy Sherman-Palladino no lo es tanto como creador de Las Chicas Gilmore. Y eso es lo que tiene esta serie: mucho Sherman-Palladino. Diálogos audaces, cómicos e hilarantes que llevan al espectador a disfrutar de conversaciones hiladas que se saben como empiezan pero no a dónde te llevan. No han chistes jocosos ni desternillantes. Son situaciones. Y es que es una comedia de diálogos.
La primera temporada es la del descubrimiento por parte del espectador de la figura protagonista y sus "acompañantes" y pagas la novedad desde el primer episodio; y sólo quieres más. La segunda temporada, la del asentamiento; y, de nuevo, sólo quieres más; y la tercera...¡ay! la tercera; la tercera es la de la reinvención. Para mi, magistral. En definitiva es la comedia coral, parece que acaba de salir directamente de los años 50 ó 60.
Y qué decir de la ambientación: La ambientación es soberbia, sobre todo el vestuario que parece sacado del armario de una película de Stanley Donen.

Me encanta, te vas deslizando, te dejas ir, te acunas en ella...te pones la mantita, te apretujas en el sillón, con compañía mejor todavía...Una copita de vino o champan, "tout bon"...y de repente sin pestañear te vas dando cuenta que estas delante de una de las mejores series de la temporada...Brosnahan soberbia, ya lo hizo en "House of Cards" y aquí se consagra como una actriz absorbente.

Me encanta la serie. No sé si es porque me apasiona esa época de los años 40 y 50, antes de que llegara el flower power, o es por sí misma. Un ama de casa (preciosa) que se dedica a la comedia porque le gusta, y actúa explicando con humor corrosivo a veces cómo es su vida, su familia, su matrimonio, la moda...
La ambientación es brutal, nada desentona en un Nueva York de los 50: la ropa, los coches, los clubs, la forma de hablar (vedla en inglés subtitulado por favor), el trato entre hombres y mujeres, la policía...de verdad vale la pena.
La preciosa (¿lo había dicho ya?) y elegante actriz Rachel Brosnahan borda el papel, los secundarios son enormes y todo, todo, está bien.
Mi 9 y no un 10 es porque no entiendo que le pongan ese marido: soso, feo, siempre haciendo lo que no debe...me recuerda a cuando en la serie los Soprano ponen a Christopher (Michael Imperioli, al que se parece mucho a Michael Zegen, el actor que hace de marido de la señora Maisel) con una diosa como es Adriana La Cerva (Drea de Matteo)...en fin no me lo creo...
Vedla, dadle la oportunidad...

Posiblemente estemos ante la mejor serie de producción propia de Amazon Prime hasta la fecha y que curiosamente es una comedia, aunque de formato largo, con capítulos que oscilan entre los cuarenta y sesenta minutos. Pero poco importa la duración de los dieciocho episodios que componen las dos primeras temporadas, salvo un par de excepciones, todos ellos pasan volando, dejándote con ganas de más al finalizar, algo que también ocurre en el último visto que anticipa una tercera entrega prometedora.

El mérito de todo esto recae en primer lugar en unos guiones ingeniosos de ritmo vertiginoso donde el humor y el drama se mezclan a través de la vida personal de sus personajes con continuos momentos realmente graciosos. Y en segundo lugar tenemos un reparto encabezado por Rachel "Sra. Maisel" Brosnahan, quien está pletórica en todas sus apariciones pero que aún así deja hueco para una excelente ristra de secundarios, destacando a Alex Borstein y Tony Shalhoub, que ponen la guinda perfecta a un pastel cómico lleno de dulzura, mala leche y sobre todo mucha diversión.

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