Dos pícaros con suerte

El argumento del que parte esta comedia es el siguiente: Dos expertos en contrabando reciben un encargo: deben transportar, en 48 horas, un cargamento de alcohol comprado en otro estado y traerlo de vuelta sin que los detengan, ya que en su estado esa bebida es ilegal. Por el trayecto, deciden recoger a una novia a la fuga cosa que, dicho sea de paso, les traerá más problemas, ya que el suegro, un Sheriff de Texas, decidirá darles caza.

A partir de aquí, podríamos pensar en que, quizá, está será una comedia al uso, con algunos problemas que solventar en el camino por parte de nuestros protagonistas y poquito más... Nada más lejos de la realidad.
Aquí nos encontramos una comedia completamente absurda, disparatada, tremendamente divertida y con algunos momentos que, aunque sean de humor negro, si los pasamos por el filtro de 2021, son políticamente incorrectos, como poco, quizás incluso ofensivos. Creo que, a la hora de ver esta peli, es importante tener en cuenta de qué época es, porque hay algunos comentarios muy en la fina línea del humor irreverente y la ofensa.
A parte del humor, comentar que el reparto está sensacional. Especialmente Jackie Gleason (el Sheriff) que está inconmensurable. Y no tiene un personaje fácil. El sheriff es lo más negativo, déspota y pasado de vueltas que os podáis imaginar. Pero hay que reconocer que es imposible no reírse con las barbaridades que va haciendo y diciendo durante todo el metraje.
Otra cosa que comentar es la dirección y, especialmente, los tramos de persecuciones de coches que, sorprendentemente, en este tipo de cine más de humor, están especialmente cuidadas y son de primer nivel, la verdad.
Me he quedado gratamente sorprendido con lo bien que están rodadas esas escenas cuando, realmente, el pilar fundamental de la película es el humor y no las persecuciones en sí.
Para finalizar, comentar que la canción que acompaña toda la duración de la cinta está elegida o compuesta a la perfección hasta el punto que, hay un chiste, que lo hace la propia letra de la canción junto con las imágenes que justo vemos en pantalla cuando suena. Recurso que, por lo menos yo, jamás había visto.

En definitiva, una peli muy entretenida para echarse unas risas y desconectar, siempre y cuando tengamos en cuenta que es hija de su tiempo y que hay ciertos momentos que nos pueden llamar, vistos hoy, poderosamente la atención.

Desde luego que ya no se hacen películas así, ahora se está perdiendo en todos los sentidos la naturalidad.
Película muy entretenida del infravalorado Hal Needham con su gran amigo el mítico actor de este tipo de cine Burt Reynolds.
Entretenida, divertida y muy gamberra, para pasar un par de horas olvidándose de todo.
¿Que más se puede pedir?.
El cine es espectáculo, y está película lo es.

"Smokey and the Bandit" (aquí "Los Caraduras", glups); me encantaba de chaval y me sigue encantando ahora. Comedia de acción USA 70s donde imperan la caricatura y el slapstick, una road movie a alta velocidad cargada de persecuciones, mamporros y diálogos delirantes en el marco de un argumento absolutamente demencial.
Música country (imperial Jerry Reed), gigantescos trucks llevándose por delante cualquier obstáculo, cerveza, apuestas, patrullas de policía o una fornida amistad varonil (también hombre-perro que luego Clint Eastwood trasformó en hombre-orangután). Ah, y los fantásticos modelos de Pontiac Firebird que derrapan, hacen trompos y casi vuelan sin mayor inconveniente, en buena parte gracias a la destreza del Bandido, claro, un impagable Burt Reynolds que sienta cátedra en un género que tuvo su culmen en "Granujas a todo ritmo" de John Landis, reivindicando libertad y rebeldía ante la corrupta y arbitraria autoridad (aquí encarnada por Jackie Gleason, el Gordo de Minnesota).
Dicho lo cual, lo mejor se lo lleva la presencia de la estupenda Sally Field que se impone con los mejores gags y que, entre tanta tontada, forma una pareja de lo más simpática y agradable con Burt Reynolds, incluyendo un episodio romántico muy hermoso (por simple y sincero) en la que contra pronóstico, aparecen destellos de inteligencia y los mejores diálogos de la película.

Una peli para echar el rato , muy entretenida y llena de acción . El carismático protagonista demuestra una audacia sin par a la hora de esquivar coches de policía y demás fauna motorizada en una persecución sin fin a lo largo de las carreteras americanas . La cinta está llena de gags y de personajes llamativos que rozan la caricatura . A pesar de su toque hortera , al final le coges cariño al perseguido por su simpatía y por su talante desafiante .

No soy un fan del género pero aprecio esta película en lo que vale . La he visto infinidad de veces y ésta es otra de las virtudes que presenta , puesto que resiste decenas de visionados . Es carne de cañón .

Acción a raudales y camiones desbocados , ruedas levantando polvo y derrapes al límite .

El ritmo de montaje es muy bueno e incluye algunas secuencias a cámara lenta -en concreto se me quedó grabada en la memoria aquella en la que el coche perseguido -de color negro- salta un puente de madera en slow-motion . La tengo grabada en la mente . También al sheriff gordinflón y pendenciero , todo un tipo .

En fin, que guardo muy buenos recuerdos de esta cinta a pesar de sus defectos , por algo será .

Smokey and the Bandit es el paradigma del entretenimiento fastfood made in USA.

Una trama mínima como excusa para una sucesión de escenas de choques, persecuciones, conducción extrema de especialistas. Todo ello sazonado por unos personajes clichés políticamente incorrectos y chistes testosterónicos de encefalograma plano. Por supuesto un éxito en taquilla en USA.

A destacar entre tanto coche, populismo y anarquía, las escenas en las que flirtean Burt Reynolds y Sally Field. Esas sí valen la pena.