La infancia de Iván

281/08(21/08/09) Primer trabajo como director de Andrei Tarkovsky, todo su cine se mueve entre el surrealismo, el mundo infinito de la nada, donde las cosas suceden a cámara lenta, los sentimientos son una tormenta interior que explotan en un mundo cercano siempre al apocalipsis, los personajes son arrastrados por fuerzas desconocidas a objetivos laberinticos, con todo esto a mi lo único que me traslada es una lenta agonía en la que me entran ganas de cortarme las venas y luego pienso que es mejor dejármelas largas. Esta “Infancia de Ivan” es el trabajo más coherente y lineal que le he visto, supongo era por ser primerizo y ser segundo plato pues al primer director lo echaron empezado el rodaje y lo pusieron a él, nos relata las andanzas de un muchacho ruso que ha perdido a su familia en plena Segunda Guerra Mundial a manos de los nazis y ahora se mueve como espía para el ejército soviético. El resultado un soporífero film vacio, plúmbeo que rellenan con escenas oníricas sin más sentido que transmitirnos el despertar de la inocencia del chico, vamos lo mil veces visto, pero de un modo letárgico, lo bueno es que ni tan siquiera pasa de la hora y media, después le entraron ínfulas de director listillo, elevado a los altares por críticos intelectualoides que vieron en él al nuevo Bergman venido de un mundo utópico (la URSS) que nos iba a aplastar con sus enormes valores y caeríamos con nuestra decadencia moral, y directores como este plúmbeo y vacio Tarkovsky nos alumbraría con su faro de de sabiduría y sus apóstoles (los críticos que nos miran por encima del hombro, cuando no son más que más que el cortejo del Emperador en el cuento del sastrecillo) nos dirían que aunque su cine sea insoportable lo que deberíamos sentir es que somos demasiado tontos para entenderlo o sea mejor decir que nos gusta, vamos hay que decir que el Emperador lleva un traje divino. Fuerza y honor!!!