Quién me conozca un poquito por aquí, sabrá que no soy especialmente seguidora del denominado cine clásico, y si no me conocéis lo podréis notar claramente viendo las películas que suelo comentar. El cine de décadas muy atrás se me resisten, las películas en blanco y negro no me llaman la atención y tengo que reconocer aunque podáis pensar que estoy loca que no he visto "Casablanca", "Lo que el viento se llevó" y muchas más de las llamadas grandes obras del cine. Ni siquiera había visto nada del austríaco Billy Wilder hasta ayer por la tarde que me decidí a disfrutar de esta "Avanti!" (me gusta mucho más su título original que el nuestro, lo siento). ¡Lo que me he estado perdiendo todo este tiempo!. Me ha parecido un pedazo de película, divertida no, lo siguiente, con unos diálogos ingeniosos, rápidos y mordaces con los que no tienes más remedio que soltar una carcajada, con unos paisajes de la costa italiana encantadores y con una banda sonora magistral. De las interpretaciones no puedo decir más que cosas bonitas. Jack Lemmon está inmenso, es increíble la facilidad de este hombre para hacer creíble su personaje de cascarrabias arrogante. De ella, la inglesa Juliet Mills, decir que no la conocía hasta ahora pero que me ha conquistado completamente con su forma de interpretar y su personaje de Barbara Piggot, para el que la actriz tuvo que engordar unos cuantos kilos en 6 semanas, es directamente adorable. Hablando de ella, ¿no os parece que mirando a esta maravillosa actriz podemos hacernos una idea de cómo será la futura Kristen Dunts? Les encuentro un parecido físico increíble. Bravo por Juliet Mills y bravo por su personaje y sus curvas, Si señor. Por cierto, está casada con el actor Maxwell Caufield, 18 años más joven que ella y al que conocimos gracias a la famosa serie "Los Colby". El tercero en discordia es el fantástico Clive Revill como profesional y comprometido director del hotel donde se alojan los protagonistas. Dese luego, voy a tener que replantearme mi aversión por este cine y dedicarme a ver más cine de este tiempo pasado que algunos opinan que fue mejor. Desde luego, como comedia le da 20.000 vueltas a las actuales.

Como les comentaba a algunos amigos que he hecho en esta página, he sucumbido al efecto Avatar y he dejado de ser de las pocas personas en este mundo que aún no había visto lo último de James Cameron. Una vez vista, no puedo dejar de admitir que la película es un auténtico prodigio técnico y un placer visual y que está increíblemente bien hecha, pero que la historia deja mucho que desear y que, una vez más, Cameron se pasa con la duración de la misma, haciéndose cansina y pesada, sobre todo esa batalla final que por otra parte ya sabemos cómo va a acabar. En cuanto a los actores, Cameron se rodea de una serie de buenos profesionales de la actuación que sacan adelante unos personajes estereotipados y con los que es muy difícil conseguir un lucimiento interpretativo. Empezamos por el australiano Sam Worthington, un actor interesante y desconocido para mí que está correcto como ese ex marine inválido que se adentra en el mundo de Pandora. Seguimos con la encantadora Zoe Saldana, de la que los efectos especiales consiguen captar todos sus gestos y darle personalidad a su Navi protagonista, es destacable lo conseguidas que están todas las expresiones faciales de todos los personajes hechos por ordenador. Seguimos con la veterana y gran actriz (en todos los sentidos) Sigourney Weaver, una maravillosa actriz que es una de mis debilidades desde hace tiempo y que saca petróleo de su personaje. Descubro a Stephen Lang, que hace lo que puede con uno de los peores personajes de la película, estereotipado hasta la náusea y cansino, ese coronel americano que representa una amenaza para los habitantes de Pandora. Termino con la encasillada Michelle Rodríguez, que no consigue alejarse de una vez por todas de sus papeles de chica machorra y el interesante Giovanni Ribisi que no necesita esforzarse demasiado para interpretar a su insípido personaje.

Como muy bien apunta otro usuario de esta página, Margot Robbie no es sólo una de las mejores y guapas actrices del momento sino que también es una chica muy inteligente que ha montado su propia productora de cine y que produce trabajos en los que ella es cabeza principal y brilla como un diamante, como es el caso de "Yo, Tonya" o esta película que nos ocupa.

La australiana ha nacido para ser Harley Quinn, lo mejor de esa película llamada "Escuadrón Suicida" que tantos aquí fusilaron. Ahora nos llega con esta emancipación de su personaje, con esa ruptura dolorosa de esa relación tóxica que mantenía con el Joker, y empieza un nuevo camino en su vida, esta vez sin la protección de su ex novio y perseguida por medio Gotham por todas las putadas que ha ocasionado a sus habitantes.

Robbie se guarda el protagonismo máximo de la película, una cinta muy entretenida que aquí casi todos tachan de feminista y degradante hacia la figura del hombre. Bueno, os recuerdo que las protagonistas aquí, las mujeres que forman este grupo de heroínas son todas mujeres problemáticas y con muchos traumas a sus espaldas, viviendo en la ilegalidad, al margen de la ley, así que no son ningunas princesas perfectas.

Junto a Robbie, que está, una vez más, sensacional, tenemos a una Rosie Perez que no creo que sea mala actriz para nada pero que es de lo más flojito que me he encontrado en la película. Su personaje aburre. Las otras chicas son la desconocida por mí Jurnee Smollett-Bell, quién canta realmente en sus secuencias y que encarna al personaje de "Canario Negro", muy correcta, y la que fuera hija de Bruce Willis en la saga de "Jungla de Cristal", una atractiva Mary Elizabeth Winsteadd, correctísima como esa "Cazadora" con arco y flechas. Pido una película para su personaje, que me ha encantado.

Los chicos aquí son el perfecto Ewan McGregor como "Máscara Negra", un villano muy convincente y que cobra vida a través del escocés de manera muy acertada, y un Chris Messina con cambio de look radical como Victor Zsaz, muy correcto también.
Un saludo,
Tess
"Psicológicamente hablando, la venganza raramente trae la catarsis que esperamos".

No me extraña nada que en los Goya del año 90 esta película arrasara con prácticamente todos los premios a los que optaba y que dejara a Pedro Almodóvar y a su "Atame" con un palmo de narices, ya que una vez vistas las dos películas, una no puede dejar de decantarse por Carlos Saura y compañía. Saura no es ni ha sido nunca santo de mi devoción, pero aquí se luce y gran parte de ese lucimiento se debe a un trío de actores que se comen la pantalla, empezando por un sorprendente Andrés Pajares que se roba la función y que ha sido un descubrimiento para mí. Es una auténtica pena que un actor del calibre de Pajares sea sólo conocido por sus escándalos familiares y por su más que repetido papel de salido en las películas de la época del destape español. Pajares es mucho más que éso y es un caso más de los muchos que forman ese grupo de actores que no han sabido aprovechar la fama para enriquecer su carrera de artista. Afortunadamente, Saura supo darle este papel protagonista de Paulino antes de que las drogas, la cirugía estética y los desvaríos familiares acabaran con él. Junto a él, una de las grandes de nuestro cine, una Carmen Maura que lo mismo te baila, que te canta, que te hace reír, que te hace llorar... Aquí se cambia de bando y abandona por un momento a su por aquel entonces director habitual como era Almodóvar para realizar una magnífica actuación con un director con el que creo que no ha vuelto a repetir en su carrera hasta la fecha. Muy merecido su Goya a mejor actriz, está simplemente perfecta. El tercero en discordia es Gabino Diego, interesante actor al que su especial físico ha encasillado, definitívamente, en papeles de chico con cierto retraso. Una pena que haya sido así, porque Gabino Diego es un actor que puede dar mucho más de sí mismo. Aquí se llevaría también su premio como mejor actor de reparto, olé por él. De los secundarios, destacar el gran parecido físico de Maurizio de Razza con un joven Fernando Rey.

Maravillosa película, me ha encantado, real como la vida misma, sencilla, sin grandes estrellas pero con un elenco de actores maravillosos, Quim Gutiérrez me ha hecho que se me encoja el alma cada vez que asoman lágrimas a sus ojos, ha sido una auténtica revelación este joven actor. Su personaje de Jorge es de lo mejorcito que he visto últimamente. Junto a él una más que correcta Marta Etura, y unos creíbles Antonio de la Torre, Hector Colomé y Raúl Arévalo. Como masajista profesional tenemos al actor Roberto Enríquez y, como curiosidad, decir que los que vean la exitosa serie de Tele 5 "Escenas de matrimonio" reconocerán a Dani Muriel, el chico de la pareja más joven, en un papel totalmente secundario.
Preciosa, hay que verla.