No sé por qué a la gente le atrae tanto la cultura vikinga, pues si hacemos caso a lo que nos muestra la película, los vikingos son unos personajes que se pasan el día haciendo declaraciones altisonantes y después dando gritos como monos.

En la película sólo aparecen esas dos cosas, además de una banda sonora bastante molesta. No hay acción o un argumento destacable y, además, la peli es, o se hace, muy muy larga y eso que la vi en dos partes, la mitad un día y el resto varios días después.

Lo dicho, se me han quitado las ganas de ver cualquier otra serie o película sobre vikingos para 3 décadas.

Un escritor en ciernes al que le ha abandonado la inspiración.
Dicen que lo mejor es que si vuelve te pille trabajando, sin embargo nuestro protagonista se marcha de casa y decide ir a una gran ciudad, para buscar inspiración o algo así. En el camino se une a todo bicho raro con el que se encuentra y cuando no se dejan llevar por la molicie y la apatía generalizada, dan algún paseo o mantienen conversaciones desganadas.
Si de esas experiencias saca algo de chicha para iniciar una novela, no se menciona.
Lo dicho, un rollo; el falso movimiento fue pulsar el botón de "play" y si conseguí no apretar el de "stop" hasta completar sus 100 minutazos, es por los bonitos paisajes alemanes, esos ríos majestuosos y navegables y ciudades grises que aparecen.

Tenía buenas expectativas con esta película, pero me ha decepcionado bastante. Me esperaba una historia sencilla e intimista, al estilo de Una historia verdadera, pero me he encontrado con una especie de canto a la libertad impostado, bajo las formas de un videoclip o un anuncio de colonia. No bastan unos paisajes apabullantes y una banda sonora cuidada – aunque a mí Eddie Vedder me parece un rollo - para levantar una película tan larga y aburrida. Y si el protagonista tuviera cierto carisma y se pudiera empatizar con sus motivaciones, aún podría verse con agrado, pero este chico resulta ser un pijo aburrido y egoista, que se hace antipático desde el primer al último minuto.

No le gusta la sociedad capitalista, por eso rechaza el coche nuevo que le ofrecen sus bienintencionados (malvados) padres y se queda con su viejo cacharro que contamina el triple y que a las primeras de cambio deja abandonado en el desierto, ¡toma ya!
El dinero lo quema, pero la necesidad manda, así que tiene que trabajar en el Burger King para poder hacerse con armas, víveres, etc, porque, claro, no se puede vivir como un Sioux en pleno siglo XX.
Quiere vivir su vida en solitario, alejado del mundo, pero no para de rodearse de gente para autoafirmarse en la decisión tomada y engordar su vanidad. Estamos en 1992, pero de haber sucedido su escapada en estos tiempos le hubiésemos dado nuestros likes en su blog y cuentas de Instagram, Facebook y demás, que a buen seguro hubiese creado para tal fin.
En fin, estas y otras muchas contradicciones, que ya han señalado varios usuarios, se unen a lo más incomprensible de todo, que es la tortura a la que somete a su familia, que no sabe si está vivo o muerto, mientras él está de cachondeo con sus amiguetes.. ¡mucha sensibilidad y un rico mundo interior, pero con su familia se comporta como un zoquete!

A mí no me idealicen a este niñato como si fuera un héroe moderno, porque no es más que un egoista que huye de sus responsabilidades, no sabe ni lo que quiere y tortura a su familia injustamente.

No soy muy aficionado a Tarantino y no he visto muchas de sus películas, e incluso debo añadir que los diálogos marca de la casa los suelo encontrar chabacanos y cargantes. Sin embargo, Erase una vez...me ha gustado mucho, pues me encanta el "cine dentro del cine" y conocía muchas de las referencias, películas y nombres que se citan. Me ha emocionado la mención a Almería y a nuestro director Romero Marchent; sorprende que un director de Hollywood conozca a un director que es totalmente desconocido incluso en su propio país.
Sin embargo, entiendo las malas críticas, pues el guión es una declaración de amor a una época y su industria del cine, pero se pierde en estas cuestiones y no cuenta una historia ni tiene un argumento concreto.

Aunque me he enrollado mucho, no tenía intención de hablar de la película en sí, pues ya hay decenas de críticas que lo han hecho mucho mejor. Sin embargo, no he visto ninguna que hable de la escena del rancho, una de las mejores de la peli, que a mi me parece claramente inspirada (o plagiada, según gustos) en "¿Quién puede matar a un niño?", de N.I.Serrador...
¿no les parece?

A mi me ha gustado mucho. Siempre me ha parecido muy interesante conocer lo que opinan de nosotros los extranjeros que nos visitan, saber dónde han estado, qué vivencias han tenido, etc. Ya sea a través de la literatura: Ford, Borrow, Merimee, etc; como en el cine, dónde además puedes ver los paisajes, pueblos y gentes.
Lo más acertado aquí ha sido los destinos elegidos: nada de Sevilla, Barcelona o Madrid, sino otros más desconocidos (incluso entre nosotros) del interior: Zaragoza, los dinosaurios de La Rioja (que también existen, aunque no sean tan famosos como los de Teruel), Cuenca, Sigüenza, etc.
De lo que visitan no se cuenta demasiado: un poco de los moros, otro poco de la Guerra Civil o de Don Quijote, pues las conversaciones son más bien gracietas y coñas entre los protagonistas. Este recurso, que al principio funciona muy bien, con esas imitaciones tan graciosas de famosos, acaban cansando un poco hacia el final, por repetirlas tanto.
Este es el único punto negativo de la película, que se hace repetitiva y demasiado larga, por lo demás, estupenda.