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Críticas de Piano y yo
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Críticas 87
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
9
9 de noviembre de 2022
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No entiendo nada de flamenco y es algo que nunca me ha gustado ni llamado demasiado la atención. El argumento de la película es lineal y hace hasta gracia como se resuelve en la parte central todo el tema de los "peligros" que acechan al turista inglés millonario. El caso es que, a pesar de ello, emociona siempre ver a Paco Martínez Soria y todavía más a la maravillosa Mary Santpere, con esa mezcla de mujer de altura física para su época, -yo creo que debía medir como poco 1'80 metros y hace que el ya de por sí bajito Paco Martínez Soria lo parezca aún más-, y, a la vez, mujer de altura digamos intelectual, -pues en esta película al ser ella y su marido turista los únicos que saben hablar inglés, este hecho los sitúa por encima de cualquier otro personaje de la película, de la cual muchas bromas se basan en usar argot típico español, ya sea andaluz, madrileño, o lo que toque, y, por si fuera poco, Mary Santpere también irradia esas ganas sanas de divertirse y de reirse, que con su simple aparición en pantalla, por lo menos yo, ya me doy por satisfecho.
Como la película tampoco tiene un argumento como para tirar cohetes, aquí concluyo y en el spoiler relato una broma breve, que me ha hecho bastante gracia.
Así que, como digo siempre, al final de mis críticas, apaguen el ordenador, dejen de leer críticas y vean esta película, si quieren. La emitían en el canal Somos, centrado en cine español.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Piano y yo
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7
26 de agosto de 2022
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Es el enredo de la enredadera enredada, quién la desenredará?... El desenredador que la desenré, buen desenredador será...

Con ello quiero decir varias cosas, que sin duda sube puntos por la simpatía y el "karma" entre las dos maravillosas actrices que son Ana Belén y María Barranco, con dos papeles que les van como anillo al dedo a ambas; una pena que al director, por meter más enredo o cizaña en el guión, no se le haya ocurrido convertir al trío Puigcorbé-Ana Belén-María Barranco, en un cuarteto, quinteto, sexteto, que creciera cual el Bolero de Ravel, y no lo tenía demasiado difícil, pues hubiera bastado con añadir un competidor masculino al hombre-alpha "Puigcorbé-Doro-Theo", que podría haber salido simplemente de añadir un poco de picardía o maldad al tal "Christopher" novio tibetano de María Barranco, por ejemplo dándole a éste un toque como de hombre celoso, y desdoblándolo en "Chris-topher", en lucha con "Teo-doro", o desvelando la identidad del primer cliente de la putilla-adolescente-por falta de dinero hija de Ana Belén, -del cual ella afirma ser un hombre de 55 años y con hijos, y del que ella ha caído enamorada al instante, esto es, al primer polvo, la editora de los libros argentina, que tiene pinta de estar más interesada en cualquier cosa más que en la literarura.
Pero quiero que se me entienda bien, el guión siendo más de lo mismo del eterno dilema del cine español, "ay hija, que buena estás, a ver si nos acostamos..., etc, léase landismo en los 70, destape o lo que se quiera", es lo único malo de esta película. Es emotivo para gente de mi edad, nacido en el 1971, ver escenas en el Retiro, pues en el mundo post-internet, ya nadie te echa las cartas, no hay payasos que caminen por las calles, ni nada de eso a lo que cantaba Aznavour en su gran canción "Los comediantes", -que le encanta a José Luis Garci, lo que suele significar que me encanta a mí-.
No sé si tuvo mucho éxito o no la película en taquilla, me imagino que se debió ver perjudicada, pues el aire ochentero y todo el dineral ya se lo había llevado, con todo el mérito, la maravillosa y pionera "Mujeres al borde de un ataque de nervios" (Almodóvar, 1988, esto es, 5 años antes de la que nos ocupa.
Por lo tanto un 10 para Ana, un 10 para María, y un 10 para Juanjo, -pues aunque este haya hecho demasiadas veces este papel de "machote español al que le gustan todas", es verdad que tiene su gracia y lo hace muy bien-; y por lo tanto solo le resto puntos a lo que es la historia en sí; lo siento señor Colomo, sus historias se suelen repetir bastante, ya ví la tal Miss Caribe, también con Ana Belén, y me pareció bastante aburrida. Por ello la bajada mi nota del 10 de los actores al 7 en general. Entretenida y hasta buena, pues hay escenas bastante graciosas, -la anciana cantando un Salve Regina en el pasillo, impagable, por ejemplo-, y eso siempre es un tesoro en el cine y en la vida.
Música maestro, apagen el ordenador, no lean más críticas, y véanla, si quieren...
Piano y yo
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9
26 de junio de 2022
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Es la típica película que se desarrolla entera en un universo temporal (la vida dentro de una oficina bancaria durante unas Navidades) y de localización muy concreta (dicho Banco está dentro de un centro comercial en Toronto, Canadá), en la que el protagonista es un terror, suspense, o como se le quiera llamar, con un tufillo a acción ochentera tipo Tiburón, Superman, E.T., en la que el happy end está clarísimo antes de que desciendan las cortinas, (bueno justo en esta de Testigo silencioso, esto del Happy end no lo tengo yo tan claro).
Es cierto que es una película totalmente imposible de encontrar en DVD o Blue ray, que yo sepa. Solo la he podido grabar desde la televisión en Junio del actual 2022 emitida desde el Toro TV, emisión Madrid.
Así que ya saben, música maestro, apaguen el ordenador, enciendan el televisior, no lean más críticas y empiezen por lo menos a ver o disfrutar de esta joyita de la década más putrefacta del cine.
P.D. Para quien quiera seguir mi trayectoria como cinéfilo, hay dejo otra lista de las mías:
Si tuviese que elegir una película por cada década que pudiera catalogar como simplemente entretenida, lo cual en cine significa mucho, pues equivale a maravillosa, eterna, perfecta, etc, etc, en mi caso, que llevo vistas a mis 51 años, unas 1.400 películas, las siguientes:
Años 20, Ladrón de Bagdad (muda, 1924, Walsh)
Años 30, Sucedió una noche (34, Capra)
Años 40, El bazar de las sorpresas (40, Lubitsch)
Años 50, Pero … ¿quién mató a Harry? (55, Hitchcock)
Años 60, El apartamento (60, Wilder) o Blow – up, deseo de una mañana de verano (66, Antonioni)
Años 70, Esta que nos ocupa hoy, Testigo silencioso (78, de un tal Daryl Duke, desde Canadá)
Años 80, Jó que noche (85, Scorsese)
Y de los 90 hasta hoy ya no voto, pues en mi opinión el cine de verdad falleció el año 1975 con la maravillosa Alguién voló sobre el nido del cuco (Milos Forman dirige a Jack Nicholson y su maravilloso resto del reparto coral).
Piano y yo
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10
15 de mayo de 2022
9 de 10 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empezemos pegando fuerte con esta crítica -golpe bajo, por el que me caerán muchos votos negativos en contra-:

Tanta fama tanta fama, Alain Delón y su gabardina en el Silencio de un hombre (1967 Melville), película ésta que solo me lleva a justamente mi propio silencio, -pues la resumiría diciendo que estoy de acuerdo con que Alain Delón es tan guapo y en esa película tan repetitivo como cualquier modelo de los anuncios siempre iguales desde hace décadas de Emidio Tucci y el Corte inglés, pero lo que es en si mismo el guión de El silencio de un hombre me parece un rollo gigantesco-, y resulta que los franceses de aquellos tiempos nos han dado, que yo sepa, una trilogía de obras maestras de cine negro, que serían para mí No toquéis la pasta (1954, Becker, con un tridente inigualable Jean Gabin, Lino Ventura, Jeanne Moureau), Hasta el último aliento (1966, Melville, inconmensurable de nuevo Lino Ventura), y la presente Policía Python 357 (1975, Corneau, con otro tridente magnífico Yves Montand, Simone Signoret y Stefanía Sandrelli). Que ganas tengo de ver La evasión (1960, Becker).

Empezemos con esta película: Dos hombres solitarios se aburren, ambos policías, el jefe (Francois Perier) cercano a la jubilación, casado con una ricachona medio inválida, pero más lista que el hambre (Signoret), tan hastiados el uno del otro, que hablan sin pudor de lo bien que les resulta a su relación el que el jefe lleve unos 8 años acostándose con una chica joven (Sandrelli), que lleva en Francia solo esos 8 años y que ambos esposos intuyen con acierto que la chiquilla tiene un turbio pasado de medio prostituta, -ahora decora escaparates de tiendas pero a altas horas de la madrugada-.

Un peldaño más abajo en el rango polícial, -que no en el de la soledad, pues está tan solo como su jefe Perier), Montand es el típico policía amante de su profesión, que vive en una especie de búnker, lleno de armas, y que vive con amargura su miserable sueldo mensual,, ¡como no, es obvio que le gustaría tener el nivel de vida de su jefe, -que mala consejera es la envidia!-, además de su poco éxito con las mujeres, que por lo visto viene de siempre.

El caso es que es conocerse Sandrelli y Montand, gustarse, y ya tenemos el follón montado, de manera que esta película es como un desprendimiento de tierra o nieve en la montaña, va creciendo y creciendo sin que nadie lo pueda parar. Desde el principio sabes que todo aquello no va a acabar ni medio bien.

Por debajo de Montand, otra pareja de policías, actores desconocidos para mí, también actúan muy bien.

Por si fuera poco, la película está trufada de objetos que los policías implicados van escondiendo, según van produciéndose los asesinatos, y que dan una importancia a la trama policial tan importante como podrían ser los objetos o pistas en la memorable Crimen perfecto (1954, Hitchcock con la más que bella y gélida Grace Kelly y el siempre fantástico Ray Milland, con las cartas de amor del amante de ella, las medias, el dinero en billetes pequeñas, las llaves de la casa), ahora sustituidos en Policía Phyton por el reloj regalado por A a B, que luego B regala a C, (como en la magnífica Madame de …, 1953, Max Ophüls), las fotos llenas de pistas que la hasta entonces solitaria y enigmática y a la vez alegre Sandrelli esconde en su casa, -inciso, frase memorable de Signoret a su esposo, Sandrelli cambió a A por B, o a B por A, porque simplemente le gustan los policías, y a mí me gusta Sandrelli, fin del inciso-.
El guión avanza, sin causar ningún tipo de aburrimiento, caída o desvarío, con más asesinatos obviamente, hasta llegar a un final donde nunca mejor dicho explota el drama (memorable las últimas escenas de Signoret, ver spoiler) y acaba en un aparcamiento vacío de un Carrefour, donde Montand se redime de haber sido el culpable de todo, o al contrario, de no haberlo sido (el que quiera saberlo, que deje de leer esta crítica, y como digo siempre, música maestro, encienda la televisión y la vea. (la tienen a día de hoy, en Filmin)

Posdatas varias: Otra gran película desarrollada en una comisaría es Brigada 21 (1951, Willam Wyler y un poderosísimo, como siempre, Kirk Douglas)
Alain Delon, perdóname, pero actuaste en mejores películas El eclipse (1962, Antonioni, con la bella Mónica Viti) o Rocco y sus hermanos (1960, Visconti y la también bella Claudia Cardinale). La de silencio de un hombre debiste dejar que la interpretara Luis de Funes o Cantinflas.
Que grande Signoret, tanto como en Las diabólicas (1955, Clouzot)
Y Que grande es el cine Querido José Luis Garcí y que magnífico eres tú y tu libro Noir, todo un decálogo y biblia del cine negro y tus películas de El Crack 1, 2 y 0.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
Piano y yo
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8
18 de abril de 2022
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Agradable combinación la que ofrece la trama de esta película: por un lado, la parte semierótica, con la siempre bellísima y esta vez enamorada Edwige Fenech, que no tiene que luchar contra otra fémina para disfrutar de su novio el ex-boxeador “Ghandi”, que solo pega con ganas a los que odia, -lo que le impidió ser campeón mundial según la película-, ya que la rival de la Fenech son las obsexiones políticas de “Ghandi”, -ambos trabajan por sueldos bastante bajos según parece, y el además es el representante de los trabajadores ante los capitalistas de la empresa-, pero mientras ella prefiere disfrutar de las 3 horas libres del sábado para bailar, etc, él necesita informarse más aún sobre el socialismo y la revolución social, y lo primero es siempre los sábados ir a ver películas soviéticas y el poco tiempo que quede a bailar.

La película pega un giro de temática cuando Gandi salva de una brutal paliza por parte de unos nazis a un chico joven, al que lleva a dormir a su casa, para que se cure, hecho que tiene varias consecuencias: el chico joven resulta ser gay y se enamora de “Gandi”, éste que odia a los nazis, y al mismo tiempo a los maricones, y que nunca ha sentido nada sexual por ningún hombre, sin embargo ve a su joven amigo como una buena persona, lo que despierta en ambos sentimientos mutuos de ayuda; el resto de las personas que rodean a Ghandi, esto es, su novia Fenech, los compañeros de trabajo de ambos, la divertida y super cotilla portera del edificio donde vive Gandhi dudan sobre si Ghandi, que hasta ahora ha sido presentado como el monstruo de la masculinidad, ex-boxeador, amante de la buena comidad y de su novia Fenech, ha descubierto su nueva sexualidad.

Las escenas durante casi todo el metraje son divertidas y no repetitivas. La película no es tosca, las escenas eróticas breves ciertamente son porque las pide el guión, y trata mucho más temas que la típica comedia italiana de los 70: aquí se habla de política, del que dirán, del amor, de buenos sentimientos.

En general yo suelo ser un defensor del cine erótico de los años 70 y 80 en España y en Italia, -sin ser un especialista sobre el tema-, pues, aunque seguro que son tantas que las habrá de todos los colores, algunas son bastante divertidas, (casi todas las de Edwig Fenech en Italia y las de los Ozores en España lo son), y además el director Steno sube el nivel de la película en todos los aspectos.
En definitiva, sin ser la octava maravilla del cine, entretiene y con buen gusto. Para lo que corre hoy día, todo un tesoro.
Así que música maestro y, en este caso, salud camaradas, dejen de leer críticas, enciendan la televisión y vean la película.
P.D. Que grande era Steno (Recomiendo Guardias y ladrones 1951, Totó el rey de Roma también 1951), y que grande Monicelli que trabajó mucho con él.
P.D. Esta película la programan con cierta regularidad en el canal 8 Madrid TV.
18 de Abril de 2.022.
Piano y yo
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