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Uruguay Uruguay · montevideo
Críticas de sergiomalvin
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Críticas 42
Críticas ordenadas por fecha (desc.)
6
10 de mayo de 2024
0 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Me habían dicho que esta miniserie venía precedida de buenos comentarios, así que decidí sumergirme en ella, sin conocer nada sobre el personaje, ya que no he leído ninguna de las novelas de Patricia Highsmith, por tanto no hablaré de adaptaciones buenas o malas.

Al principio, dos o tres episodios, lo que engancha es la ambigüedad de los personajes, ya que no se sabe muy bien de qué juega cada uno de ellos. Especialmente el protagonista central, quien se revela intrigante, oscuro, inescrupuloso.

Durante el desarrollo, pasando por alto algunas incongruencias o resoluciones, se nota que hay un buen trabajo de los guionistas, que obligan al espectador a mantenerse atento todo el tiempo -tal vez en las novelas de la autora se trate de eso- para no dejar cabos sueltos.

El protagonista está muy bien, es un sicópata en toda regla, calculador, sumamente inteligente, capaz de pergeñar sus planes de manera casi obsesiva, como un jugador de ajedrez que puede proyectar varias jugadas hacia adelante, con una capacidad de concentración que ya la quisieran muchos padres para sus hijos a la hora de estudiar.

Dakota Fanning aporta mucho a la historia, especialmente en sus miradas penetrantes, convenciéndonos de que ella está despierta, avispada, dispuesta a terminar con la farsa, a descubrir al personaje maquiavélico que los maneja a todos cual titiritero, y cuando está a punto de encontrar la punta de la madeja... (al spoiler).

Párrafo especial para la ambientación sesentera de la serie. El blanco y negro realza la belleza de los paisajes y colabora mucho para sentir que estamos en la época. Ese tiempo en que los diarios en papel eran una parte importante del paisaje cotidiano, se jugaba a las cartas en las mesas de los boliches (término que usamos por aquí para referirnos a bares y cafeterías), no había nada parecido a internet, y conseguir un teléfono de línea era más difícil que acertar la lotería. Hay cierta atmósfera hitchconiana allí.

La música también merece la mejor nota, crea la tensión donde es necesario, y acompaña correctamente cada escena, a mi gusto no le quito ni un acorde.

Otro punto a favor: el acercamiento al público de la obra de un pintor estupendo como Caravaggio, aporta la curiosidad por conocer más sobre la historia de este hombre y su obra. La obsesión de Ripley por los cuadros del pintor, su buscado parecido físico, y algunos aspectos oscuros en la vida de ambos (el pintor y Ripley) le dan un toque de intriga al último capítulo, cuando presenta imágenes del año 1600, tratando de vincular un crimen de Caravaggio con las fechorías de Ripley.

Pero si todo está tan bien, ¿por qué no puntuarla con 9? Por el final. Como dije al comienzo, no he leído novelas sobre este personaje. Es probable que lo que contaré en el spoiler, sea más creíble en el texto de la novela, donde uno puede jugar con su imaginación, pero en la pantalla la resolución se acerca demasiado a la ridiculez. Y es una pena, porque tiene muchos puntos a favor la historia, como para estropearla de esa manera.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama. Ver todo
sergiomalvin
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3
9 de abril de 2024
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
Empecemos por el principio. Lo único que esta película tiene de remake es el título. Todo lo demás está a años luz de lo que Clouzot nos contó en 1953.

En estos días he vuelto a las fuentes, he pasado el plumero por mi videoteca, y he disfrutado del producto original. Las actuaciones de Yves Montand y Charles Vanel siguen siendo un placer para los sentidos, a pesar de los 70 años transcurridos. No puedo decir lo mismo de los actores de este flojo trabajo de 2024.

Menciono este punto de los actores, porque Clouzot basó gran parte de su trabajo en ellos, extrajo lo mejor de cada uno, los dotó de una profundidad dramática que en ningún momento aparece en la "remake". De Montand ya se ha hablado y escrito mucho durante años (aquí era todavía un joven que hacía uno de sus primeros protagónicos, pero ya mostraba su talento). Vanel realiza un descomunal trabajo, y es realmente el claro representante de lo que significa el salario del miedo. En cambio, los jóvenes dirigidos por Julien Leclercq nunca nos convencen del drama interior que estarían padeciendo al aceptar este tipo de trabajos casi suicidas.

Hasta el trabajo de los secundarios en la película original es una joyita: el personaje de Luigi (Folco Lulli), un entrañable italiano, obrero, solidario, alegre, con sueños apenas alcanzables, como volver a su lugar de origen y trabajar en el campo; o Bimba (Peter van Eyck), un misterioso personaje, del que vamos descubriendo su historia a través de unas pocas líneas de diálogo. En cambio, en la película que debería estar comentando, los secundarios no existen, o son tipos con ametralladoras, malos muy malos, que nadie sabe de dónde salen ni cuál es la causa que los motiva -suponemos que ha habido en ese sitio un golpe de Estado o el comienzo de una primavera árabe o vaya uno a saber qué otro episodio-.

Una es un drama; la otra es una aventura de la que te olvidarás al día siguiente de verla. Una es profundamente humana, la otra es demasiado superficial. Una es arte, la otra, entretenimiento prescindible. "Una" es la de 1953, "la otra" es la emitida por Netflix.
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sergiomalvin
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7
1 de enero de 2024
6 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Estupendo drama dirigido por Rodrigo García, que versa sobre una familia que se reúne en la finca y los olivares donde reside y trabaja el padre, Leo, muy bien interpretado por Daniel Giménez Cacho.

Allí van llegando las hijas de Leo, cada una con sus historias a cuestas: la destacada profesional, con un trabajo muy bien remunerado en Estados Unidos, la más joven, en conflicto con sí misma y sus elecciones de vida, y la del medio, Julia, en plena crisis matrimonial.

La historia fluye con buen ritmo, y se acelera de forma dramática una vez que Leo les da la noticia inesperada, que produce un efecto distinto en cada una de las afectadas. Estoy hablando en femenino, y eso es injusto, porque Benny (Ricardo Selmen), el hijo de Leo, hermano de las otras tres, es un puntal de la película.

Una vez enterados todos de la oferta que Leo ha recibido por el negocio familiar, que incluye la finca en la que todos nacieron y tienen vívidos recuerdos de su niñez y adolescencia, se desatan los conflictos y reproches, de las hijas para con el padre, y viceversa. Pero siempre flota en el aire una sensación de que hay mucho afecto, a pesar de los desencuentros.

No falta el humor, que amortigua los momentos más tensos. La música acompaña sin estridencias, y por allí aparece Roberto Carlos, recreado por la memoria de las hermanas.

Julia, interpretada por Cassandra Ciangherotti, es la rebelde que enfrenta y cuestiona a su padre, pero al mismo tiempo es capaz de comprender las necesidades de éste. El personaje está muy bien logrado, tiene una gran profundidad, muchas contradicciones, y la actriz le aporta credibilidad.

Mariana (Natalia Solián) es la menor de las mujeres, rebelde, disruptiva, pero a la vez insegura, poco comprometida con las decisiones que va tomando, sea con la elección de sus parejas o con las consecuencias de sus actos. Solián también convence.

Rebecca (Ilse Salas) es la hermana mayor, autosuficiente, exitosa, confrontativa con su padre, pero al mismo tiempo insatisfecha, emocionalmente frágil. El personaje es rico, admite varios matices, y Salas supera la prueba con nota. Cuando se entera del mayor secreto de su hermana menor, sale lo mejor de ella, actuando como una madre que intenta guiar a sus hijos. Los rasgos de insatisfacción se hacen evidentes cuando emprende el regreso con su marido e hijos.

Benny, el hijo que padece sindrome de Dawn, dota a su personaje de una ternura conmovedora, con sus sentencias simples, pero profundas, con genuina ingenuidad, pero a la vez con agudeza en la observación de las conductas familiares.

Maribel Verdú (Clara) es un personaje secundario en la historia, pero adquiere importancia cuando empieza a descubrir que ese hombre que está a su lado, tal vez nunca haya dejado de amar a su ex esposa y madre de sus hijas/o. La sobremesa, cargada de ironías, preguntas y algunos gritos, es el arma que dispara las dudas de Clara.

El final está muy bien, pero lo dejo para la zona prohibida.
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sergiomalvin
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5
19 de diciembre de 2023
4 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Decir si es una buena o mala adaptación corresponde a quienes han leído el libro en que se basa esta miniserie, y no es mi caso.

Partimos de la base de que el escenario es real, Saint Maló es una ciudad que fue literalmente destruida por los bombardeos de las fuerzas aliadas durante la Segunda Guerra Mundial, y esa parte, la de la destrucción, es recreada con mucho realismo. Técnicamente me parece más que correcta.

Hugh Laurie ya tiene su bien ganado prestigio, y aquí, como el tío Etienne, conmueve con su humanismo, heroísmo y determinación.

Aria Mia Loberti es la cieguita heroína de la película, convincente, adorable, cálida, inteligente, arriesgada, valiente.

Mark Ruffalo es otro que no necesita presentación. Padre amoroso, protector de su niña, dispuesto al mayor sacrificio, tanto por su hija como por su patria.

Louis Hofmann interpreta al joven alemán huérfano, inteligente, noble, de buen corazón, cooptado por los nazis para transformarlo en un soldado ejemplar y útil a sus intereses. Es el muchachito de la película.

Buena recreación del tiempo histórico, excelente fotografía, actores que cumplen muy bien con los roles asignados...sin embargo, algo no funciona, no puedo conectar con la historia.

Y el problema está allí, en la superficie. Todos son buenos, héroes, nobles y patriotas. Y los malos son tan malos como idiotas, casi como una caricatura. Ojalá esos tipos hubieran sido tan estúpidos como los retrata la miniserie, y no los criminales responsables de matar a millones de personas sin el menor remordimiento.

Para colmo, la historia del diamante maldito hace todo más inverosímil. Estaría bien para una de Indiana Jones, pero no en este escenario.

Más en spoiler.
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sergiomalvin
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7
8 de diciembre de 2023
1 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Luis Brandoni es uno de los actores en los que siempre confío. Veterano de mil batallas, cada desafío que se presenta lo asume con total naturalidad, como el actor de raza que es. Hay pocos tipos que con su sola presencia en una película o serie me invitan a verla: Darín y Brandoni son dos de ellos, si me refiero al cine y televisión de Argentina. Podría agregar a Héctor Alterio y Eduardo Blanco.

"Nada" tiene sólo cinco episodios, y es la dosis adecuada para disfrutarla.
Brandoni interpreta a Manuel Tamayo Prats, un reconocido escritor que incursionó en la gastronomía, cuyos mejores momentos han pasado, pero sigue viviendo de la fama adquirida, fundamentalmente para comer "de arriba" en cuanto restaurante de la ciudad de Buenos Aires visita. Es más barato para estos sitios darle de comer a Manuel que exponerse a una crítica desfavorable.

La presencia de De Niro descoloca un poco, no hace a la historia, pero hay que admitir que causa gracia cuando de su boca salen los insultos que se pueden escuchar de manera constante en el vocabulario del porteño medio: "la concha de la lora", "pelotudo" y otros tantos del estilo.

Parece una comedia liviana, y en cierta medida lo es, pero también tiene un humor agudo, especialmente cuando desnuda a los personajes interpretados por Miglioranza, Kutika y Piñeyro, representantes de una clase social que vive de las apariencias y la banalidad, cuando no del engaño y la estafa.

Una agradable sorpresa -para mí- fue la actuación de Majo Cabrera, a quien no conocía. La joven paraguaya no desentona en ningún momento, y termina con su personaje convertido en protagonista principal de la serie. Para alguien con poca experiencia en el rubro no habrá sido sencillo compartir escenas con dos monstruos sagrados de la actuación, y, sin embargo, lo hace muy bien, con desenfado, y con esa forma de hablar tan particular de nuestros hermanos guaraníes, mezclando en la misma frase el tuteo y el trato formal. Inocencia, dignidad y perseverancia, tres rasgos que distinguen a Antonia, el personaje de Cabrera.

Entre los muchos aciertos de los directores hay que aplaudir la duración de los episodios.

Para finalizar, certera definición de De Niro sobre Buenos Aires y su gente, capaces de lo mejor y lo peor: "me recuerda a Nueva York".
sergiomalvin
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