Vuelvo a la realidad tras someterme al salvaje viaje lisérgico que supone "Climax", la última obra de Gaspar Noe, con la que parece querer disputar a Lars Von Trier el cetro de autor más polémico y violento -ya mostraba su talento en el empeño desde "Irreversible", que me dejo hecho polvo-.
Si el cuerpo te pide droga dura, truculencia, ésta es tu peli.
Es más una obra audiovisual que narrativa - la historia no tiene recorrido y me ha parecido un guiño al "Angel exterminador" de Buñuel.
Hay que reconocerle a Gaspar su maestría en el encadenado de travellings, planos picados y cenitales.
Y qué decir de la alucinante coreografía, los movimientos fascinantes de los actores-bailarines al ritmo de temas house y techno de la soberbia banda sonora electrónica (Daft Punk, Aphex Twin, Soft Cell ...)
Mejor película en Sitges. Atrévete.

Nunca hasta ahora me había enganchado Lanthimos, y mira que lo había intentado.
Las marcianadas metafóricas de "autor" -Canino, Langosta, El sacrificio de un ciervo sagrado- me aburrían, no me sentía implicado con sus relatos absurdos.
La favorita, en cambio, me ha parecido más que notable. Aquí las extravagancias éticas y estéticas tienen sentido:
Esa querencia por lo grotesco, está subordinada a la narración, una tragicomedia de época en la corte de Ana Estuardo, con personajes taimados y maquiavélicos (me he acordado de "Las amistades peligrosas" de Frears).
El uso del gran angular distorsiona las bellas imágenes y encierra a los personajes, asfixia a las tres mujeres en su dominio cortesano.
La actuación de las tres actrices - Olivia Colman, Emma Stone, Rachel Weisz- es portentosa.
Una sátira del poder -insólitamente detentado por mujeres- que hay que ver. Empezamos bien el año cinematográfico.

Espléndida película de Steven Spielberg, una vez más. Rigor y tensión en un montaje frenético, con los infalibles Tom Hanks y Meryl Streep.
Un canto a la libertad de prensa y de información, basada en sucesos reales durante la administración Nixon. La publicación de documentos secretos sobre la guerra de Vietnam abre un agrio litigio entre la prensa y el gobierno, y supone un duro tour de force para Katherine Graham (Streep), editora del Washington Post, aumentado por el hecho de ser mujer en un mundo -el del periodismo y la política de los primeros 70- absolutamente gobernado por hombres. En la ingente tarea es espoleada por el director del periódico, un periodista de raza (Hanks)
La conclusión con el anuncio del "Watergate" te deja un regusto optimista, que desgraciadamente no se corresponde con la realidad de la prensa hoy en día, al menos en nuestro país, más adocenada y atada que nunca, ahogada económicamente y sometida a los intereses políticos y financieros.
En fin, volviendo a "The Post", brillante puesta en escena, grandes interpretaciones. Sobresaliente en el panorama del cine actual.

Todos los años me pasa: una película bendecida unánimemente por la crítica y favorita para los Oscar me parece burda y tontorrona. Me ocurrió con “Dallas Buyers Club”, “Her”, y últimamente con las obras del aclamado Damien Chazelle “Whipash” y “La La Land”. Este año le toca a “Tres anuncios en las afueras”.
Y eso que la trama encaja de maravilla con mis gustos literarios y cinéfilos. Adoro a Flannery O´Connor – hay un guiño a su obra al comienzo de la cinta-, a Cormac McCarthy y Donald Ray Pollock y sus maneras de retratar esa América profunda habitada por paletos miserables y malsanos. Me encantan los Coen de “Fargo” y “No es país para viejos”. Pero, a diferencia de todos ellos, Martin McDonagh no sabe contenerse y a medida que avanza la cinta, siento hartazgo ante tanta desmesura, los presuntos mordaces diálogos me parecen insustanciales -hay excepciones- y la posible sátira paródica del mundo rural deviene esperpento disparatado y sin gracia. Probablemente el ejercicio de inmolación que supone mostrar una sociedad tan zafia - el éxito del palurdo presidente actual se fundamenta en el voto rural- le da ese aura de progresía expiatoria que gustará en los círculos de Hollywood.
Nada que objetar a la estupenda interpretación de Frances McDormand, brillante - una vez más- en el papel de madre coraje desesperada, y tampoco desentonan en absoluto el resto del reparto , Woody Harrelson, Sam Rockwell…
De todas formas, atendiendo a las puntuaciones que le otorgan, también en Filmaffinity, va a resulta que el cateto soy yo. En fin, yo doy mi opinión. Una película mediocre.

Maravilla de principio a fin esta hermosa miniatura de la animación por su profunda humanidad.
Calabacín, un pobre niño pobre, vive con su madre alcohólica y sobrelleva la situación gracias a la fantasía y a su inseparable cometa, hasta que un desgraciado accidente viene a trastocar del todo su vida obligándole a ingresar en un orfelinato. Allí conocerá a otros niños marcados por el abandono y la desidia de una sociedad insensible.
La animación en Stop Motion es sencilla pero eficaz y limpia como el alma del pequeño. El relato es hermoso e intenso y el dolor del desamparo es vencido por el poder de la inocencia.
"La vida de Calabacín " es un espléndido cuento moral para deleite de niños y adultos, Premio del público en el Festival de San Sebastián y galardonada como mejor película de animación europea del año, una joya, pura ternura y sensibilidad.