Creo que el lastre mas importante de esta notable pelìcula de Isasi-Isamendi es el recuerdo de su predecesora, la exitosíma "Scaramouche" dirigida por George Sidney e interpretada por Stewart Granger. Pero, nobleza obliga, hay que reconocer que esta versión no està nada mal, muy por el contrario.
Lejos de la opulencia de Hollywood, pero con muy bellos escenarios, un cuidado vestuario y las sorprendentes actuaciones de Gérard Barray y Alberto de Mendoza -acompañados por un elenco que no desentona- "La máscara de Sacramouche" sorprende todavía por su gracia y frescura a casi cincuenta años de su estreno.
Recuerdo haberla visto a mis 11 años, a inicios de los años 70, en un cine de las afueras de Rosario (Argentina) y sentirme deslumbrado por esta película de aventuras hablada en mi propio idioma. Ayer he vuelto a verla y, ademàs de pasarla bomba, me he vuelto a sorprender por la calidad de esta superproducción latina injustamente maltratada por la crítica.

Sin intentar acercarse a la versión paradigmàtica de Fellini, Edouard Niermans nos ofrece un colorido fresco de época, donde un maduro y vulnerable Marqués de Casanova -convincentemente interpretado por un veterano y atractivo Alain Delon- se pone a prueba intentando conquistar, quizá por última vez, el corazòn de una joven mujer.
Sobresalen en la pelìcula Fabrice Luchini (componiendo una suerte de Leporello mozartiano, que derrocha ingenio y gracia) y Elsa Wadek Stanczak (una belleza agreste de alto impacto).
A pesar de que el director no siempre logra mantener el ritmo de la historia, creemos que este film supera en mucho a posteriores abordajes sobre la vida del seductor literato veneciano.
No obstante la baja puntuación de los críticos (¿contaminada quizás por la antipatía que despierta en muchos el políticamente incorrecto Alain Delon?) esta es una cinta que no defraudará a quienes busquen entertenerse con una buena pelìcula de época.

Asombra la naturalidad y la efacacia con que la joven y talentosa directora Mona Agache traslada la historia mínima, registrada en el diario de una niña que observa al mundo con inteligencia crítica. Nada hay de grandioso en un filme que nos conmueve, sin embargo, por unos personajes que aportan visiones sensibles de la vida y que sin abandonar el mundo -entrañables los protagonistas Balasko y Togo- logran poetizar sus existencias, a pesar de la miseria moral y alienada que impone el capitalismo. Porque esta es, felizmente, una película sin inocencia (llena de metamensajes y guiños al espectador informado), generadora de un clima de profundidad y belleza que invita al ejercicio del pensamiento. Para ver mas de una vez, siempre con deleite.

Pocas veces ocurre que una película logre introducirnos en la los entresijos de la cultura popular, vale decir en la sensibilidad de una época. El film de Chávarri lo logra sobradamente debido a una hábil dirección, una cuidada ambientación y un espléndido equipo de profesionales que se ponen al servicio de un guión y una banda de sonido muy elaborados. Aquí hay una buena historia, belleza y emoción. En la Argentina esta película tuvo un éxito extraordinario, así como su banda de sonido, que se te mete inevitablemente en el cuerpo y el corazón.

A veces resulta difícil entender la postura -parcial, exagerada y decididamente autoritaria- de algunos críticos de películas de esta Web. Este film de Chávarri, al igual que su primera parte, está dirigida a un público específico, que siente nostalgia por cierto pasado, ama la copla y busca un programa de entretenimiento. No mucho mas. Aclaro que amo el cine y ejerzo mi crìtica sobre los productos fìlmicos, especialmente aquellos que aspiran a ser incluídos en la categoría de gran arte. Pero este no es el caso. Creo que "Las cosas del querer 2" es una película bien hecha, dirigida a un pùblico amplio y cumple holgadamente con el objetivo de entretener y deleitarnos con bellas canciones. Vivo en la Argentina, donde la comunidad española es muy importante debido a la inmigración y al exilio. Demás está decir que dentro del cine he visto a mucha gente (me incluyo) disfrutar y emocionarse con esta película. Podrán argumentarse algunas fallas en el guión, algún exceso, pero son notables la recreaciòn histórica, así como la interpretaciòn de los protagonistas. Alcanza sobradamente para salvar una tarde de lluvia, o una noche de aburrimiento. Algo que hay que agradecer, aunque la película de marras no vaya a revolucionar la historia del cine.