Los zombies están de moda. La TV, el cine y la literatura se han apuntado al carro de The walking dead con mayor o menor éxito. Guerra Mundial Z es una de las películas que siguen la estela de las películas de zombies. No aporta nada nuevo que no hayamos visto en cientos de películas, pero sí está por encima de la media. La trama no se centra exclusivamente en mostrar primerísimos planos de zombies sino que ofrece algo más. Una lucha por la superviencia en la que los zombies son sólo el desencadenante de un apocalipsis pero no los protagonistas de la historia Recomendable para los/as fans de los zombies, de las películas de sci-fi y de los seguidores de un Brad Pitt que mejora con los años.

A la media hora de proyección ya estaba contando los minutos que faltaban para que terminara la película. Admito que Sofia Coppola tiene una gran habilidad para la dirección, la fotografía, el montaje... pero como guionista no siempre está a la altura. Esta película es un ejemplo de ello. El guión es más plano que una tabla de planchar, los personajes están totalmente desdibujados y el montaje de estética videoclip hizo que me saliera de la historia cada dos por tres. Supongo que el objetivo de Coppola era proyectar la vacuidad y superficialidad de los personajes que protagonizan la historia pero tanta desidia acabó por matar mi interés como espectadora. No me interesa la frivolidad de las niñas ricas ni su obsesión por la moda... Aburrídima si no eres un/a fashion victim...

Una miniserie alemana que se adentra en las atrocidades del nazismo con una verdad y una visceralidad deslumbrantes. En los últimos años el cine alemán está recuperando la memoria histórica que tanto tiempo ha mantenido debajo de la cama. Después de décadas de silencio, el cine alemán vuelve a los ojos hacia el pasado y nos muestra las atrocidades de la guerra, las vidas truncadas de los jóvenes que creyeron en un proyecto suicida, la miseria y la inmoralidad de la violencia. Un ejercicio cinematográfico sublime. No es una historia bélica sino una historia sobre vidas truncadas.

Me decidí a ver esta película después de que fuera seleccionada por la Academia de Cine para representar al cine español en los Oscar. No entiendo cuáles son los criterios de los académic@s a la hora de votar. La película es muy muy previsible, el guión está cogido con pinzas y la interpretación de Arón Piper es peor que pésima. No hay frescura en la narración, ni originalidad, ni siquera el conflicto entre los personajes está contado de una manera visceral. Sólo se salva la interpretación de Maribel Verdú.

Después de aburrirme soberanamente con Balada triste de trompeta (no tengo en cuenta la soporífera Los crímenes de Oxford porque el guión no era de Álex de la Iglesia), esperaba que el director regresara a lo que mejor sabe hacer: escribir historias originales, gamberras y excesivas. Las brujas de Zugarramurdi supone el regreso de Álex de la Iglesia a su seña de identidad. Una historia sin prejuicios, gamberra, enloquecida y con mucho sentido del humor. He pasado dos horas muy divertidas en las que me han sorprendido muy gratamente las interpretaciones de Hugo Silva y Mario Casas.
Hay algunos elementos que impiden que la película sea redonda: las apariciones de Santiago Segura y Carlos Areces travestidos de brujas acólitas, la historia entre los personajes de Hugo Silva y Carolina Bang y sobre todo la escena final en el teatro lastran una historia que podría haber funcionado perfectamente prescindiendo de tramas superfluas y personajes innecesarios. A pesar de esto, Las brujas de Zugarramurdi es, junto a El día de la bestia, lo mejorcito de Álex de la Iglesia.
Lástima que todas sus películas tengan un tufo misógino que me cuesta digerir...