A través de varias historias entrecruzadas, vemos diferentes generaciones de chinos luchar por encontrar su lugar en un barrio pobre y conflictivo de las afueras, con todo lo que ello implica.
Una vez reconocido su justo valor documental, el análisis cinematográfico es más bien pobre. El hecho de querer contar tantas historias dificulta profundizar en ellas y predomina la descripción sobre el conflicto, el cual no alcanza a levantar el vuelo.
Al contrario que otras películas realistas, Chinas no consigue llegar a emocionar. Hay mucho dolor sin catarsis. Mucha tragedia servida en crudo, sólamente aderezada con alguna escena de bella fantasía y la gracia e inocencia de las niñas.
Concuerdo con una critica que subraya “un exceso de naturalismo que paradojicamente resulta artificioso”.
Recuerdo Gran Torino o Los Lunes al sol. Se puede hacer cine de denuncia social de otra forma. Para dolor y lágrimas ya está el telediario.
Con todo, película valiente que pelea por dar a conocer una realidad cercana y, sin embargo, tan lejana.

Película histórica muy subestimado, casi desapercibida, castigada quizá por el fenómeno Braveheart, la película de Mel Gibson que se rodó simultáneamente y consiguió un enorme éxito de taquilla.

Rob Roy es un film completísimo, con muchas sorpresas, un guion trepidante, aventura, romance, historia y, sobre todo, épica. Hay suspense desde el principio y la acción no se detiene hasta un final de infarto donde todo está en juego. Los bellos paisajes de las tierras altas, la banda sonora y un vestuario de primera terminan de redondear una película imprescindible.

Pocas veces se ve en la gran pantalla un contraste tan descomunal entre héroe y antiheroe. Los personajes de Liam Neeson y Tim Roth son puros contrarios. El primero representa la valentía, la integridad y la gallardía. El segundo todo lo opuesto. Y lo hacen de una forma tan creíble que conmueve al espectador desde el minuto uno.

Al contrario que Braveheart, donde Mel Gibson se tomó muchas licencias artísticas, Rob Roy es muy fiel a la historia y está muy bien considerada en Escocia.

Rob Roy, épica e historia en estado puro.

Grata sorpresa del cine español, con acción feroz y doble ración de denuncia, que te hace sentir como un testigo directo de los hechos, exactamente como un videojuego de realidad virtual donde estás en medio del fuego cruzado.

Excelente la selección de actores, especialmente la protagonista, con un personaje complejo lleno de contradicciones y expuesta a toma de decisiones bajo máxima presión que pondrán a prueba su sistema de valores.

Guión interesante que no deja títere con cabeza, aunque ya se sabe que cualquier parecido con la realidad es pura coincidencia…O eso dice en los créditos. Corrupción, mafias y mucha violencia descarnada al estilo Tarantino. Seguro que si fuese una película de Hollywood estaría en los primeros rankings.

Gran parte del ritmo de infarto es “culpa” de la fotografía que, gracias a la cámara pegada a quemarropa, hace sentir al espectador en la piel de la protagonista.
Una película realista con máxima sensación de realidad.

Desde el punto de vista cinematográfico, la historia de Joy Mangano es digna de película biográfica: una mujer luchadora que se se subrepuso a toda clase de dificultades. Las actuaciones, la banda sonora y la dirección están a gran altura, combinando comedia surrealista y tragedia con habilidad. El suspense se mantiene alto y resulta conmovedora en algún momento.

Desafortunadamente, Joy es un inmenso alegato del capitalismo voraz que resulta muy irritante: la vieja historia de héroe hecho a sí mismo que vence toda clase de adversidades y alcanza dinero, fama y poder, aquello que todos debemos anhelar. Éste es el subtexto, el mensaje oculto de Joy.

Joy es una historia inclusiva, de acuerdo, una película que se sube al carro de lo políticamente correcto, la tendencia del cine norteamericano hoy en día, con colectivos tradicionalmente secundarios convertidos ahora en protagonistas. Hablo especialmente de mujeres, afroamericanos y latinos que ahora toman el relevo del hombre wasp: white anglo saxon protestant.

No obstante, detrás de una bonita historia de superación y empoderamiento vemos el trasfondo podrido de tantas otras películas, la ecuación de siempre: cuanto mas dinero más felicidad.

Película que mezcla bastante bien realidad y ficción, dos mundos dispares que se retroalimentan y cobran sentido a través del joven protagonista. Una bella historia llena de imaginación y con una animación fascinante que resalta por bellos dibujos de acuarela y tinta corrida.

Al contrario que películas como La historia interminable o Laberinto, en esta historia la realidad y la fantasía van de la mano. Ninguna absorbe la otra. Y además de una forma creíble, gracias en gran medida al soberbio trabajo del actor principal. Sin su naturalidad y madurez el film quedaría cojo.

La historia, por su parte, ofrece drama y magia a partes iguales. Es, al mismo tiempo, dura y esperanzadora, impecable y soñadora, áspera como la vida misma y colorida como un cuento de princesas y dragones.

Por desgracia, la película no llega a emocionar como me esperaba. El guión no está a la altura del derroche técnico y el sabor final es de melodrama.